Parte 1

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—¿Qué deberíamos hacer? —Pregunto el pelinegro con una sonrisa.

Al mismo tiempo el rubio rodó los ojos, sabía perfectamente cuál era el plan de su amigo.

—No lo sé, dime tú Jake —Los ojos conectados de ambos brillaron.

En un instante los dos se levantaron y comenzaron a correr, Jacob en su forma lobuna y Edward más rápido que la luz. El juego era sencillo, ver quién podía llegar más rápido a la casa Cullen, pero más que un juego era una competencia, que por más que se esforzarán siempre llegaban al mismo tiempo.

Era algo extraño porque por mucho tiempo, Edward siempre a sido el más rápido de la familia y que un lobo llegará casi a arrebatarte ese título, era indignante pero también era divertido, más cuando ambos llegaban a su límite.

—Y nuevamente llegaron al mismo tiempo —Exclamo la rubia sin importarle realmente.

El lobo le dirigió una mirada extraña pero la ignoro después de eso.

Jacob se sentó sobre sus patas traseras sin transformarse aún y poco después se hecho sobre su pecho, al estar en esa posición olió su pata delantera derecha, al olerla comenzó a lamerla y un pequeño quejido escapo de su gran boca lobezna, su pelaje tenía pequeñas manchas de sangre que no había notado hasta que casi al llegar, comenzó a sentir dolor.

Era extraño, después de todo su factor curativo no estaba ayudándolo en este momento.

—¿Estás bien Jacob? —La pregunta ligeramente preocupada de Edward fue ignorada, pero la mente sumamente abierta de Jacob le ayudo a saber que pasaba.

—Ahora qué te paso, ¿Qué no se supone que los lobos pueden curarse en un instante?  —La pregunta sarcástica de Rosalie solo tenía como propósito esconder su preocupación.

Rose y Jacob se habían hecho buenos amigos, ya que el segundo se la pasaba casi todo el tiempo en casa y con tanta convivencia y el carácter tan similar de ambos solo habían hecho que se hicieran amigos. Por supuesto, a veces tenían problemas que solo terminaban en una gran plática del Cullen mayor, que siempre terminaba en ambos abrazados por quince minutos como disculpa.

Jacob al transformarse en su forma humana solo pudo ver la gran cortada en su mano, pero era un poco más grande su vergüenza por estar desnudo así que rápidamente se puso el pantalón y la sudadera que Edward muy amablemente le había dado.

—Sera mejor que Carlisle te revise, no es normal que tú herida no se haya cerrado —Pidio Edward casi empujando a Jacob para que entrara.

—No es nada, seguramente en unos minutos más se curará —A pesar de su respuesta, los apices de duda en su voz eran notables.

A regañadientes los tres fueron donde el doctor.

—Adelante —Carlisle los recibió con amabilidad, después de todo ya estaba acostumbrado a los problemas que siempre le llegaban al tener a sus hijos jugando o peleando todo el tiempo.

Al momento de revisar su mano noto dos cosas importantes.

—Cuando corrías ¿No te llegó un olor dulce? Me refiero a un olor similar al nuestro pero que no sea de nosotros —Pregunto Carlisle con esperanza de que el pelinegro dijera que no, porque de ser lo que él estaba imaginando estaba seguro de que los problemas estaban a la vuelta de la esquina, otra vez.

—Sí, pero solo era un olor muy desvanecido, creí que era de ustedes por eso no me preocupe.

—¿Hay más vampiros en la zona? —La pregunta curiosa de Edward solo hizo que el mayor se sintiera en conflicto.

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