Después de una media hora llegaron a la residencia de los Volturi. Y fueron dirigidos a empujones hasta la sala principal.
Las expresiones tranquilas de los Cullen inmediatamente se vieron afectadas al ver un espectáculo para nada agradable.
En el centro de la sala, el cuerpo moribundo de Jacob colgaba desde el techo con una luz sobre su cuerpo y siendo sostenido por varias cadenas, sin camisa, sin zapatos y solo con un pantalón de mezclilla. Su cuerpo se veía notablemente más delgado y maltratado con heridas aún abiertas y moretones demasiado grandes, su cabello negro era más largo que le tapaba ligeramente el rostro, además de las gotas de agua que goteaban desde sus pies desnudos.
Todo estaba mal en esa sala.
Edward no estaba seguro de que Jacob aun siguiera vivo, pues el movimiento del mismo no se podía distinguir.
La sorpresa dentro de él se fue convirtiendo en enojo y este en furia, eran tantos sus pensamientos que su instinto y el lazo que aún lo unia con Jacob hicieron que actuará.
Sin fijarse en alguien más logro bajar el cuerpo de Jacob, los guardas de Aro quisieron detenerlo pero con una sonrisa cómplice del mismo no se movieron.
El cuerpo de Jacob no pesaba, era demasiado ligero, su temperatura no era la normal, estaba frío casi helado, su respiración era tan tenue que apenas y podía escucharse. Edward limpiaba el agua del rostro de Jacob al mismo tiempo que quitaba los cabellos de su rostro, los ojos del pelinegro estaban rodeados por ojeras moradas y su labio inferior al igual que una de sus cejas estaban abiertas.
—Jake, ya estoy aquí, no me dejes, te prometí que volvería a ti y es lo que estoy haciendo, no te vayas por favor, por fin encontré lo que quería en mi vida, por fin te encontré a ti —Sus labios estaban pegados a la frente del pelinegro, susurrando todo lo que pensaba. —No me puedes deja Jake, que voy a hacer sin ti, que van a hacer tus amigos, tu padre, no me dejes.
Los ojos opacos de Jacob se abrieron ligeramente y un par de lágrimas salieron de ellos.
—Lo siento Edward, no pude cuidar bien tu sudadera —Al hablar, todo el aire salió de sus pulmones, así que volviendo a tomar aire, levantó su mano y un pequeño pedazo de tela café cayó en su pecho —, ellos me la quitaron y esto fue lo último que quedó.
—Ay, por fin la feliz parejita se encontró ¿Te gusto mi regalo Edward? —Pregunto Aro desde su trono con una sonrisa —. Créeme que tú noviesito es demasiado hablador pero en cuanto le dije que es lo que le haría su sonrisita se fue.
Edward lo miro con odio, pero noto una cosa, los ojos descritos por su padre eran los mismo que todos los presentes tenían, así que al regresar su mirada a Jacob vio como un delgado hilo de sangre salió de su nariz.
—No pudo quitarme toda mi sangre —Susurro dejando escapar una sonrisa de victoria —. Le gane...
—Jake, ya no hables por favor, la sudadera no me importa, me importas tú, tú me importas —Al decir aquello, coloco suavemente sus labios encima de los contrarios. —Ya te conozco Jake y decido quedarme contigo.
Sus ojos se centraron en el rostro de Jacob, ignorando todo lo que sucedía a su alrededor.
Observo cada lunar que Jake tenía en su rostro y parte de su cuello, los contó cada uno e incluso los unió. Se fijo en sus pestañas y se dio cuenta que estás eran muy largas y gruesas, se fijo en sus labios y a pesar de su palidez, estos seguían siendo muy rosados y gruesos. Su mirada se centro en su mandíbula y vio lo marcada que era, al igual que sus pómulos, sin duda Jacob era un joven muy atractivo.
Al levantar la mirada se dio cuenta que ahora era su familia poseedora de los ojos índigo, y se le hizo curioso, en Rose sus ojos la hacían ver aún más angelical y al mismo tiempo le daban un aire de peligrosidad. En su madre, sus nuevos ojos la hacían ver más delicada y finalmente en Alice, le daban un toque infantil.
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Sacrifice
FanfictionPara que una relación funcione, las dos personas deben de conocerse primero. Porque aunque mientas y finjas, la personalidad no se puede esconder. Jacob Black x Edward Cullen.