Destined [Christopher Morgan]

Cap 51

—Oye—Christopher sale al balcón y miro sobre mi hombro justo a tiempo para sentir sus brazos rodear mi cintura y sus labios dejar un casto beso sobre mis labios—. ¿Por qué estás despierta tan temprano?

—Náuseas—murmuro recostando mi cabeza en su pecho—. ¿Tú?

Las náuseas... dios, el bebé no ha sido bueno hoy. He estado desde las cuatro de la mañana vomitando constantemente.

Christopher apenas lo supo, porque anoche apenas pudo dormir debido a su malestar y no quería despertarlo cuando por fin pudo dormir un poco.

—Dolor de cabeza—bufa—. ¿Quieres volver a la cama?

—No, quiero disfrutar del aire frío—respiro profundo—. Lo siento mucho por lo que dije en ese momento. No te odio.

Estuve pensando en lo que dije ayer, mis palabras... probablemente fueron dolorosas para él y yo me sentía traicionada, pero ahora que conozco la realidad, sé que debo disculparme.

—Tenías razones para decirlo—besa mi sien y sonrío mientras mis ojos se llenan de lágrimas

—Eres tan bueno conmigo—tomo su mano y la llevo a mis labios dejando un casto beso en su dorso—, nadie creería que eres el Christopher que se la pasa enfadado, con cara de culo y tratando mal a todo el mundo. Casi no pareces tú.

—Hace tiempo que aprendí que si no me abría a ti, iba a perderte—suspira—. Te gusta que no me contenga, que sea yo, pero no le aguantas mierda a nadie, y yo no iba a ser la excepción.

—Así es—río—. Me gusta que no te contengas conmigo, que sientas la confianza para ser... cursi, amoroso, mi Chris.

—Siempre fui tu Chris, Malika—besa mi mejilla—. Solo contigo, porque te amaba y te sigo amando.

—Lo sé—sonrío—. ¿Recuerdas que nadie creía en nuestra relación? Todos alegaban que ibas a dejarme o ponerme el cuerno, que yo no sería buena para ti o viceversa—me burlo—. Pues míranos ahora. Somos papás, estamos comprometidos, vamos a casarnos en un par de semanas y tenemos otro bebé en camino.

—¿Te refieres a los idiotas de tu universidad?—ríe besando mi cuello—. Les di una paliza a algunos de ellos.

—¿Qué?—jadeo volteándome a verlo y él se encoge de hombros acariciando mi cintura mientras se inclina a besar mi hombro—. ¿Por eso me tenían miedo?

—Te respetaban—corrige—. Querías llevar una vida normal en la universidad, y lo hiciste, ellos dejaron de acosarte.

—No me acosaban—río—. Yo les gustaba, Christopher.

—Para mi es lo mismo, Malika—sus manos se meten debajo de mi camisón de seda, acariciando mis caderas con sus manos—. Sabían que tenías un novio, insistían... para mi eso es acoso, y nadie acosa a mi novia.

—Supongo que debieron pensarlo dos veces antes de intentar meterse con la novia de Christopher Morgan, ¿eh?—me burlo y asiente—. ¿Cuántos más?

—Oh, tranquila, nadie que verdaderamente te importara—murmura en mi oído y cierro los ojos disfrutando de sus manos.

«Le creo. Y me da igual lo que haya hecho con esos chicos de la universidad. Ellos conocían a Christopher y decidieron desafiarlo... a la mierda, no me interesa»

Siempre me gustó. Por muy enfermo que suene, siempre me gustó ver el comportamiento de Christopher celoso; verlo casi asesinar con la mirada a los chicos que me coqueteaban, golpear a los que intentaban pasarse de la raya y al que me acorraló una vez intentando desnudarme... no se supo de él nunca más.