𝗽𝘂𝗽𝗽𝘆 ✧ 𝖻𝗂𝗇𝖼𝗁𝖺𝗇

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Changbin soltó su maletín, dejándolo caer al piso. Había sido un día estresante.

Escuchó las risas de su familia, y todo el estrés fue liberado de su cuerpo con ese sonido. Se quitó los zapatos y caminó a la cocina del apartamento.

—¡Papi! —gritó el pequeño niño, con ojos almendrados, mejillas rechonchas y cabello revuelto, corrió hacia Changbin quien lo cargó justo al abrazarlo.

—¿Cómo te fue hoy?

—Bien, tía Jeongyeon me llevó al parque —Changbin sonrió y volteó a ver a su hermana agradeciéndole con la mirada.

—Bueno, dile gracias a tu tía y ve a dormir, estaré ahí en un minuto —el niño asintió y corrió a su cuarto tan pronto sus pies tocaron el piso. Changbin volvió su mirada a Jeongyeon—. Gracias.

—Oh, no es nada, me agrada el mocoso —Changbin rió—. Debo irme, te veo el lunes.

—¿Qué? No, me dijiste que podrías cuidarlo mañana.

—No, yo dije: "te aviso si puedo", ¿te avisé de algo? —Changbin negó—. Entonces significa que no puedo, ¿no crees?, hasta el lunes, hermanito —palmeó la espalda de Changbin un par de veces.

—¿Lo mañana lo tendré que cuidar yo? —Jeongyeon asintió mientras caminaba a la salida—. No puedo hacer eso —la mujer se puso sus botas y abrió la puerta—. Jeongyeon, ¿qué esperas que haga?

—No lo sé, llévalo a la oficina, no debe ser tan difícil. Tiene tres años, Changbin, no es difícil de entretener.

La puerta se cerró, Changbin se quedó viendo la madera hasta que el grito de Jisung diciendo que estaba listo se hizo presente.

Y no, Changbin no era un mal padre, de hecho era bastante bueno si considerábamos que la madre de Jisung vino un día con el bebé en brazos diciéndole a Changbin que sería inhumano no aceptarlo ya que el pequeño era su hijo. Sí, conoció a su hijo cuando este tenía apenas una semana de vida.

Un día después de que Changbin aceptó dejar que se quedarán con él y tratar de ser una familia, la madre de Jisung decidió irse y dejarle un pequeño humano como recuerdo.

Así que el alfa tuvo que arreglárselas a criar a un bebé, solo, hasta que su querida hermana se mudó a la ciudad y le ofreció ayuda al alfa en ese sentido.

Su hijo era su vida, había tratado de volver al juego de las citas pero los omegas que llegó a conocer no estaban dispuestos a unirse a su familia de dos. Así que Changbin se dio por vencido antes de herir el orgullo de su alfa.

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Al día siguiente, Changbin despertó más temprano que nunca a Jisung, que claramente, no estuvo alegre con este cambio. Un puchero en sus pequeños labios estaba bien formado desde que Changbin lo había comenzado a vestir.

Después de desayunar y bien abrigados ambos, subieron al autobús para ir a la oficina donde Changbin trabajaba. Jisung se quedó dormido, cosa que Changbin agradeció, la gente del colectivo lo miraban extrañados. Un alfa Ilevando a su cachorro a la oficina.

—¿Qué hace él aquí? —preguntó Hyunjin señalando a Jisung.

—Nadie más podía cuidarlo.

—Tienes una junta, Changbin. ¿Qué te pasa? —Changbin se descolgó la mochila de su niño y la puso en el escritorio de Hyunjin.