Maestros de Maya [Viper's #2]

Capítulo 19

Los pasos de Cam vacilaron cuando escuchó su declaración susurrada a Derek. Cam estaba bastante seguro de que no había sido su intención que él escuchara sus palabras, pero se le debería haber ocurrido que Maya amaría a Derek. Se conocían desde hacía mucho tiempo, aunque ahora era la primera vez que estaban juntos.

Continuó hacia el baño y cerró la puerta, necesitando unos momentos a solas con sus pensamientos. Conocía a Maya desde hacía menos de una semana. Ella había sido la primera persona que lo había necesitado desde su lesión hace seis meses, y de alguna manera Cam había confundido eso con amor. Parecía casi ridículo que pudiera confundir el sexo con algo más profundo, pero eso era exactamente lo que había hecho.

Era muy posible que incluso pudiera haber sido el catalizador para que Maya y Derek finalmente vieran la luz y se dieran cuenta de que eran perfectos el uno para el otro, pero eso no cambiaba el hecho de que él era la tercera rueda. Ni siquiera tenía trabajo. De acuerdo, tenía suficiente dinero ahorrado para mantenerse durante varios años, pero holgazanear mientras Maya y Derek se enamoraban más profundamente no parecía lo correcto.

Cam se echó agua fría en la cara y cerró los ojos contra el reflejo que vio en el espejo. Mientras había sido SEAL de la Marina, siempre se había negado a establecer una conexión permanente con cualquier mujer. No era justo pedirle a una mujer que lo amara cuando él podría tener que levantarse e irse en cualquier momento, incapaz de decirle a dónde iba o cuándo regresaría o incluso si regresaría. .

Tal vez sus sentimientos por Maya fueron solo una reacción al finalmente ser libre de hacer esa conexión con la conciencia tranquila. Cam se pasó una mano por la cara, casi gruñendo ante sus propias emociones cursis. No había conocido a la mujer el tiempo suficiente para enamorarse. Y ahora que le había confesado sus sentimientos a Derek, Cam no debería quedarse más tiempo del necesario.

Tan pronto como se hiciera frente a la amenaza de la pandilla callejera, volvería a su plan original y regresaría a casa.

Y, de alguna manera, ignoraría el dolor en su pecho que le producía la sola idea de dejar atrás a Maya.

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Maya de alguna manera logró pasar todo el día sin pensar en la noche anterior cada dos minutos. Gracias a las demandas de un restaurante ocupado y al millón de pequeñas cosas que parecían salir mal hoy, Maya casi había podido controlar su libido fuera de control, pero tan pronto como Derek entró por la puerta principal, todas las apuestas estaban fuera.

El hormigueo comenzó cuando él se movió hacia ella, creció a proporciones sísmicas cuando la besó y amenazó con explotar cuando escoltó al último miembro del personal hacia la puerta principal.

Esperó sus instrucciones, queriendo quitarse la ropa, dejar a un lado a Maya “la sensata mujer de negocios” y simplemente ser la sumisa de Derek y Cam, pero la orden no llegó.

Derek tomó asiento en la mesa de la esquina donde Cam había instalado su puesto de observación. Desde donde estaba sentado, Cam podía ver la puerta principal, la entrada a la cocina y, a través de la ventana de la puerta batiente de la cocina, la salida trasera. No tenía ninguna duda de que él sería capaz de llegar a la puerta trasera antes de que alguien pudiera abrirla y entrar. Durante la última semana había pasado los turnos de almuerzo y cena sentado allí haciéndola sentir más segura que en toda su vida.

Pero ahora mismo se sentía molesta.

El restaurante estaba cerrado, las persianas bajadas y todo el personal se había ido a casa. De todo lo que habían discutido la noche anterior, ahora era el momento en que sus roles de Dom-sub se volverían formales. Sin saber qué hacer, Maya se paró junto al mostrador y observó a los dos hombres hablar. Ni siquiera estaba lo suficientemente cerca para escuchar lo que decían.