------Punto de Vista de Ian------
Kendall se acercaba a mi pequeña Mielle, aún tenía ese cuchillo en su mano, y yo no podía acercarme, la desesperación recorría todo mi ser, no podía perderla, el pánico se estaba apoderando de mi, solo pude cerrar mis ojos con fuerza y sentir como mi pánico aumentaba, hasta que sentí como el suelo debajo de mi se sacudió. Abrí los ojos con sorpresa, y pude ver antes de caer inconsciente que Kendall también se sorprendió.
Cuando desperté me encontré en una habitación que no conocía, lo cual si tenía en cuenta que llevo menos de un día en este mundo no es tan raro, mientras estaba sumergido en mis pensamientos pude escuchar pasos que se acercaban a la puerta, guarde silencio en un intento por averiguar que pasaba, cruzando por la puerta apareció Kendall, estaba sorprendido, ¿Qué hacía él aquí? ¿Por qué me ayudo? Y ¿Qué le hizo a Mielle? Esta última pregunta estaba carcomiendo mi cerebro.
-Veo que ya despertaste-. me dijo Kendall mientras entraba y se acercaba a mí. Su actitud me desconcertó, primero intenta matarme y ahora me cuida, es bipolar o que le pasa.
-¿Dónde está Mielle? ¿Qué le hiciste?-. Sujete con fuerza sus hombros, gritaba y lo sacudía a la vez, Mielle, mi dulce niña.
-Cálmate-. Kendall, sonaba irritado, y me miraba frustrado, era estúpido que él fuese el ofendido, cuando intento matarme y hacerle quien sabe que a mi bebé. -Está bien, ya le di su poción, ahora está durmiendo-.
Lo miré como si una segunda cabeza le hubiese crecido de pronto, pellizque mi mejilla derecha, para confirmar que no estuviese teniendo un extraño sueño, tal y como creía, estaba despierto. Este tipo estaba loco.
-¿Por qué me ayudas?-. Le pregunté entre gritos, Kendall se soltó de mi agarre, y se dirigió hacía un estante que se encontraba en al pie de la cama en la que me encontraba, y se puso a rebuscar en ella. Hasta que encontró un pergamino en un cajón, y se acercó a mí.
-Quería disculparme, estabas diciéndome la verdad y no te creí-. Estiró hacía mí ese pergamino, no sabía si tomarlo o no.
-¿Qué te hizo cambiar de parecer?-. Kendall seguía insistiendo en que tomara el pergamino, y al final lo hice, pero al igual que con los letreros no podía leer lo que decía. -No se leer-, era una verdad a medias, ya que no sabía leer el lenguaje de este mundo.
-Que extraño, como sea, ese pergamino es el resultado de un examen médico que te hice mientras estabas inconsciente, en el dice que aún eres virgen, por tanto esa niña no puede biológicamente tuya-.
Ese descarado se atrevió ha hacerme un examen médico sin mi consentimiento, creo que noto mi molestia, ya que levanto su ceja y puso una sonrisa burlona en sus labios.
-Como sea, como te decía, la bebé esta bien, tenía hipotermia y el pecho congestionado, si toma sus pociones y la abrigas bien deberá recuperarse pronto.-
Su actitud me estaba sacando de quicio, ni siquiera se a disculpado por tratar de matarme y aquí esta mirándome como si no hubiese pasado nada.
-Bien, como quieras, ¿Dónde está mi hija?-
-Ella no es tu hija-
-Me importa muy poco si no nació de mí, ella solo me tiene a mí y yo solo la tengo a ella-.
Se encogió de hombros y me dijo -Se encuentra en la habitación de a lado, quiero que esta noche se quede para observar su evolución.-
Me levanté con cuidado y me dirigí a ver a mi pequeña, tal y como dijo en la habitación de a lado se encontraba Mielle, pero se encontraba en una especie de capullo, podía verla así que estiré mi mano para tocarla, hasta que Kendall me detuvo sujetando mi muñeca.~¿Qué te pasa?~
-A menos que quieras perder la mano te recomiendo que no lo hagas.-
-¿De qué hablas?-. Tenía miedo, Kendall tenía prisionera a mi hija.
-Como te decía, necesito que se quede en observación por esta noche, para asegurar su bienestar, la he puesto en un capullo de energía, este evitaría que se contagie con algo más mientras aún esta tan débil.
-Se puede saber ¿Qué esta pasando?, primero intentas matarme y ahora me ayudas-. La ira se estaba apoderando de mí.
-Como te dije todo era un mal entendido.-
-MAL ENTENDIDO, sigues diciendo que fue un mal entendido, pero sigues sin explicarme nada, y ahora quieres que ¿confíe en ti?, estas loco-.
-Como te estoy diciendo, solo fue un pequeño mal entendido- "pequeño, este tipo esta loco" -No soporto a aquellos que lastiman a los niños.-Cada segundo que pasa, más me convenzo de que esta loco.
-------Fin del Punto de Vista de Ian------
-------Muy lejos de ahí------
-Aún nada, te pago un muy buen dinero para que encuentres a mí hija, así que espero resultados-.
El hombre que hablaba era alto y corpulento, con un grueso cabello pelirrojo y vibrantes ojos verdes, se encontraba frente a un joven que llevaba una capucha que cubría su cabeza y rostro, el joven se encontraba sentado sentí acostado en un sofá café para tres personas.
-Y lo haré, esa mujer que la secuestró se ha escondido como la rata que es, pero la encontraré y traeré de regreso a la pequeña Iris-.
Y sin decir nada más, el joven que se encontraba sentado en el sofá se levantó y salió por la puerta que conectaba a un pasillo y de ahí a un bar, muy conocido por sus mercenarios.
-------De Vuelta con Ian------
Han pasado ya tres horas desde que Ian se despertó, durante todo ese tiempo se había sentado en una pequeña silla cerca del capullo de energía.
-No es necesario que hagas eso, mientras este dentro del capullo estará protegida-.
-Sigo sin confiar en ti, y aún si lo hiciera no me separaría de su lado-.
-Deberías comer algo, si enfermas no podrás cuidar de ella-.
-¿Ahora te importo?-.
-Tú no, pero ella sí-.
El ambiente era pesado y hasta asfixiante, Kendall le entregó a Ian un plato con sopa, estaba seguro de que este sería incapaz de procesar cualquier otra cosa.
-Solo quiero disculparme, mira se que cometí un error, y lo lamento.- Kendall volvió a salir de la habitación cerrando la puerta tras de si.
———A la Mañana Siguiente———
Ian se despertó por el llanto de Mielle, no sabía si estar feliz o no, por un lado el que tuviese hambre le preocupaba, pero el hecho de que pudiese volver a llorar liberaba el peso que llevaba el pecho. El capullo había desaparecido, así que tomó a la bebé y la acunó entre sus brazos. Mientras la mantenía entre sus brazos llego Kendall, quien sostenía una especie de biberón.
-No la sostengas así, levántale un poco más el cuello, sí así está mejor, toma dale el biberón, dáselo despacio.- Ian seguía las instrucciones que Kendall le daba, tomaba con cariño y devoción a Mielle. -Lo hiciste muy bien.- Por algún motivo desconocido para Ian, Kendall los miraba con lágrimas en los ojos.
-Gracias-. Al terminar de darle de comer a la bebé el estómago de Ian sonó, y Kendall soltó una carcajada.
-Ya mismo terminamos, acomódala contra tu pecho con su cabeza por encima de tu hombro, dale golpecitos suaves en su espalda para que eructe.-
-¿Por qué me ayudas?-.
-Ya te lo dije, no lo hago por ti. Pero si vas a cuidarla, tienes que aprender a hacerlo bien-.
Después de hacer dormir a la bebé, y acomodarla de nuevo en donde estaba, el capullo regreso una vez más, y Kendall instigo a Ian para ir a desayunar.
-Y bien, ¿Qué vas ha hacer ahora?-
-¿A qué te refieres?-.
Kendall estaba un poco exasperado con Ian, así que frotaba sus sienes para liberar su estrés. -Te estoy preguntando que ¡qué vas ha hacer?, me dijiste que no sabes leer así que ¿Cómo vas a sobrevivir?- Ian se quedó callado pensando en sus posibilidades.
-Yo, no lo sé-.
-Ahhh, eres todo un caso, bien, como disculpa por casi matarte te enseñaré a leer, eso me dará tiempo también para supervisar la recuperación de la beb...-
-Su nombre es Mielle-.
-Bien, como decía, eso me dará tiempo para supervisar la recuperación de Mielle-
Ian no sabía que hacer, por un lado estaba el hecho de que no tenía trabajo y no sabía nada de este mundo, y por el otro lado, estaba el quedarse con Kendall unos días, alguien que había intentado matarlo, pero podría aprender a leer y Mielle estaría a salvo.
-Bien, acepto, pero si noto cualquier cosa contra Mielle no durare en marcharme-. Ian miraba ferozmente a Kendall.
El resto del día paso sin muchos problemas, las clases de Ian habían empezado, Kendall le explicaba pacientemente, Ian se estaba esforzando por aprender, por recomendación de Kendall una vez que aprendiese a leer se uniría al gremio de aventureros.
Con esta rutina diaria, pasaron cinco días, en los cuales Ian había aprendido a leer de una manera muy precaria, el poco dinero que tenía se le estaba acabando, y tal como le habían dicho, Mielle se estaba recuperando, con el poco dinero que aún tenía, compro ropa y un carga bebés para Mielle, y se registro en el gremio de Aventureros.
Cuando se registro cargaba a Mielle entre sus brazos y pudo notar que todos se volteaban a mirarle y cuchicheaban sobre él, algunos incluso le señalaban, se sentía incómodo, pero no era nada que él no supiera aguantar ya.
Abrazó a Mielle y dándole un beso en la frente la acomodó en su carga bebés, salió del pueblo con rumbo a un bosque cercano, era un bosque relativamente seguro, y tenía una misión fácil, tenía que recolectar unas cuantas plantas, así que llevaba una canasta en su mano, la misión era sencilla, pero aún así llevaba una pequeña daga en su bolsillo, que irónicamente era la daga con la que Kendall había tratado de matarlo.
Ian ya había recolectado varias plantas, y cuando estaba por regresar apareció de entre la hierba una una criatura pequeña, era una especie de conejo-antílope, el animal trató de atacarlo, debía ser solo una cría ya que sus cuernos eran pequeños, Ian tomó la daga con una mano mientras con la otra protegía a Mielle, y sin dudar la clavo en el pecho del animal. La sangre se derramó, Ian cogió al animal y lo guardo en una bolsa. Al llegar al gremio de Aventureros, entregó la canasta llena de plantas dando así por cumplida su misión, le dieron cuatro monedas de cobre por ellas. Kendall también le había enseñado sobre las monedas de ese mundo, cien monedas de cobre daban una de plata y cien de plata daban una de oro, con esas cuatro monedas podría vivir un par de días con gastos mínimos. Decidió no entregar el extraño conejo, y llevarlo a Kendall, quien sabe y se pudiese comer,
Las miradas de despreció que le daban todos le molestaba, pero el sabía como manejarlas, solo tenía que ignorarlas.
Ian entró al local de Kendall, este estaba ocupado, así que esperó un momento, cuando Kendall se desocupo, Ian se acercó.
-¿Qué haces aquí?-
-Quiero saber si esto se puede comer-. Ian puso sobre el mostrador la bolsa en la que llevaba al conejo-antílope. Kendall la sacó de la bolsa y dijo.
-Una cría de jackalope, es comestible, pero debes tener cuidado con los cuernos, sus cuernos se pueden usar para pócimas curativas, si me das los cuernos lo cocinare-
-Tú también lo vas a comer, te los doy a cambio de tres pócimas-.
-Dos y es un trato- Kendall sonreía con descaró, lo que sin duda significaba que era un trato beneficioso para él.
Ian fue a la parte de atrás para alimentar y cambiar a Mielle, mientras Kendall daba por terminada su jornada y cerraba la tienda.
------Punto de Vista de Ian------
Tal y como había dicho Kendall, el conejo-antílope... no el jackalope, era comestible y tenia un buen sabor, es extraño pero en estos últimos días me he sentido más cómodo con la presencia de Kendall, me estaba enseñando pacientemente a leer y escribir, pero aún tenía una duda, ¿qué fue aquello que sentí ese día?
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Yo Ganaré Está Apuesta
FantasyIan es un chico que ha sufrido a manos de sus padres y su hermano, después de una paliza de su padre termina en el limbo, en donde oye una extraña voz que se proclama así misma como la muerte, quien le propone una apuesta, al aceptar y abrir sus ojo...