Capitulo 2

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El día de clases pasó rápidamente. Fyodor y Nikolai no compartían el mismo salón que él, algo que era de esperar puesto que hubiese sido muy difícil no notar un par de individuos tan peculiares como ellos.

Durante las clases se limitó a mantener su vista en su cuaderno a la vez que tomaba apuntes, y cada vez que era hora de receso intentaba esconder su cabeza entre ambos brazos sobre la mesa. Sin embargo, Nikolai estaba decidido a buscarlo apenas tocaba la campana, obligándolo a salir de su burbuja para ir a caminar por los pasillos de la escuela, ir al patio o estar junto a las máquinas expendedoras charlando.

Sigma, siendo honesto, no le molestaba mucho la presencia de aquellos dos. Aprendió que ambos eran parte del programa de estudiantes de intercambio, Fyodor siendo de Rusia y Nikolai de Ucrania. En un principio, ellos habían creído que Sigma también lo era, recibiendo un par de miradas de incredulidad al tener que explicar que había nacido y crecido en Japón durante toda su vida. Pudo entender aquel escepticismo, puesto que su apariencia física no era el estándar japonés.

Ambos se sintieron satisfechos al decirles que su padre era ruso, pero su madre japonesa. Fue lo suficiente para que dejaran de interrogarlo incesantemente y que Nikolai dejara de insistir en que “dijera la verdad”. En aquel momento no pudo evitar sentir molestia, pero no quiso decir nada por temor a estar exagerando.

Por otro lado, no logró encontrar a la chica de pelo castaño, resignandose a guardar las hojas en su mochila hasta reencontrarse con ella. El encuentro con ella apoderó su mente durante la mañana de clases, sintiendo incomodidad y preocupación al recordar la interacción entre ella y el pelianaranjado. Esperaba que no fuese nada serio, pero al juzgar por las vendas y el trato brusco del muchacho que caminaba a su lado…

Se preguntó por un momento si los docentes de la escuela estaban haciendo algo al respecto.

Su mirada estaba centrada en el lápiz que sostenía, el cual constantemente giraba mientras comenzaba a disociar y divagaba en sus pensamientos acerca de aquella misteriosa estudiante. Le causaba demasiada intriga.

— Dazai, ¿estás seguro de que no quieres ir a enfermería? —escuchó una voz masculina.

— Estoy bien, no miento. —aclaró con dulzura.— No es necesario que se preocupen por mí.

Sigma se sobresaltó con solo escucharla, ¿dónde había escuchado esa voz?

Levantó la mirada y no tardó en encontrarla, reaccionando con un notable asombro. Se quedó paralizado, en todo el día no recordaba haberla visto en el mismo salón ni tampoco la escuchó presentarse.

Allí estaba ella; siendo rodeada de estudiantes masculinos, parecían unos perros ansiosos por un poco de atención femenina. Dazai no parecía interesada en ellos, pero aun así, siempre mantenía un tono lleno de dulzura con tal de recibir objetos valiosos, comida, o quien sabe que más.

— ¿Es popular? —Sigma murmuró para si mismo.— ¿Será de esas…?

Negó rotundamente con su cabeza, no le importaba saberlo. Después de todo, su única intención era; acercarse, devolverle las hojas y volver a su escondite.

No lo pensó dos veces y se aproximó hacia ella. Su caminata captó la atención de quienes la rodeaban, hasta que Dazai alzó su mirada y lo observó. Fue la única en asombrarse, sabia de su presencia pero no pensaba que se le acercaría. Ya que, según ella, pensó que se trataba de un rarito más.

Él se detuvo frente al pupitre y extendió las hojas.

— ¿Qué es esto? —Dazai alzó una ceja.

— Choque contigo y dejaste caer estas hojas.

A Little Death || Sigma x DazaiFem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora