Epílogo - capítulo especial

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—Mamá....mamá mira, lo hago sin salirme de la línea

—Yo también quiero, déjame un poco a mi también

—Te la paso, cógela —le contestó el otro—

—¡Atlas!...—le miró desde la otra punta y luego me miró a mi— ¡Mamá! —vino rápido—

—Cuidado a ver si te vas a caer. Dime mi amor

—Me das agua, porfi

—Sí, toma —saqué una botellita de agua del bolso y se la di— pero nos vamos a ir ya, ¿vale? —asintió mientras bebía agua— avisa a tus hermanos e ir saliendo, yo os espero aquí

—Vale —me contestó el pequeño de mis hijos mientras jadeaba y me devolvía la botella de agua, tiene que estar más cansado...—

Después se acercó a sus hermanos. Yo les estaba mirando desde el borde de la pista embobada.

De verdad que son lo más bonito que tengo en la vida, me tienen loca, embobada, y mirarles jugar al hockey, patinar de un lado al otro, me encanta. Los tres desde que son super pequeños han estado siempre de arriba a abajo en el hielo, al final es con lo que se han criado y a ellos les encanta, se lo pasan super bien, podrían estar horas y horas que si no les sacamos nosotros ellos no salen.

Y cuando se juntan con sus primos ya vamos, nos podemos olvidar de los niños.

Entre el hockey, el fútbol y el surf son...tan tan iguales a nosotros.

Salieron ya y se sentaron a mi lado en un banco a quitarse los patines y todo.

—Atlas, ¿puedes ayudar a Tyler cuando termines, por favor? Que yo no puedo agacharme

—Si

—Yo puedo solo —dijo Tyler—

—Vale, vale, si puedes tú solo, mejor —le contesté, todo lo independientes que puedan ser mejor, así aprenden a usar sus propias herramientas y salir de sus problemas solos—

El mayor es Atlas, tiene 6 añitos, le tuve con 25, joven, pero nos lo podíamos permitir, y es la mejor decisión que he tomado nunca.
Después Dean, que tiene 4 añitos y Tyler, que tiene 2, aunque cueste creerlo por lo que habla.

Se llevan genial genial, se quieren un montón los 3, Atlas les ayuda en todo, es el hermano mayor perfecto.

—¿Por qué nos vamos tan pronto, mami? Yo quería quedarme un poco más —dijo ahora Dean—

—Lo se, pero tenemos que terminar de recoger todo para mañana

—¿Qué pasa mañana? —preguntó Tyler—

—Que nos vamos a la casa de la playa, se te había olvidado loquillo —le hice cosquillas, él se rió—

—Es verdad, es verdad

Me llamaron por teléfono.

—Hola Syd

—¡Hola! ¿Qué tal estás?

—Bien, la verdad bastante bien, ¿y tú?

—Bien, una cosa, ¿tenéis vosotros una sillita del coche de sobra? Es que se nos acaba de romper la nuestra

—Uff...pues ni idea la verdad, ahora cuando llegue a casa miro y te digo

—Valeee

—Ahora te llamo, ¿vale? Que estamos aquí en la pista recogiendo ya para irnos

—Sí, tranquila, si necesitas ayuda o lo que sea me dices

—Vale, te quieroo, adiós

—Hasta luegoo, te quiero

Los mejores años de mi vida (parte 2 del mejor verano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora