Nota de autor// A modo de cierre

129 15 4
                                    


Tenía años sin escribir. Lo último que hice (antes de Buddy Daddies) fue una tabla de 30 vicios (cuando 30 vicios era lo top de lo top ) de Good Omens que jamás terminé. Y me refiero a que eso lo escribí cuando leí el libro, ni siquiera existían los rumores de una serie ¡Así de tiempo había pasado! 

Amé Buddy Daddies y en específico el personaje de Suwa Rei. Recuerdo perfecto lo que pensé cuando comencé a ver el episodio 1. Yo venía a ver husbandos de la versión Gay de Spy x Family (tal lo que había visto en los Tiktok) pero, cuando terminé el episodio; mi corazón sintió una alegría extraña y no pude parar hasta terminar.

Conforme lo veía y episodio tras episodio sonreía y hubo un par de veces que lloré. Comencé con expectativas bajas y alrededor del episodio 3 yo supe que esto me estaba haciendo bien.

Cuando me enamoré, al poco tiempo mi corazón se rompió. Aquel a quien yo amaba no me veía de la misma manera, pero tampoco me respetaba nada, así que estuve en un limbo doloroso donde no me dejaba ir pero tampoco me mantenía ahí.

Es una historia larga y horrible, pero el punto es que me sentí congelar. Mis emociones y todo colapsaron, lo único que podía percibir era dolor y vergüenza, rabia e incertidumbre. El día que me elegí por sobre de él, pese a que sabía que era lo correcto, supe que mis emociones estaban agonizando y que esto iba a doler.

Lo hizo.

Todo dejó de parecerme importante, vivía en el hartazgo y el fastidio, en la apatía y la resignación.

Un buen día adopté a mi Gatita Chai y luego a Yokai. Para ese entonces ya me sentía mucho mejor y mis emociones comenzaron a sanar.

En general me sentí mejor. Comencé a disfrutar el llegar a casa y tener amor que dar y recibir, de la manera que fuera, con la forma que éste tuviere.

Pero pensé en que esto sería todo y no habría más.

Es muy difícil para mi explicarlo, pero a través de este anime de temporada que no parecía nada de otro mundo, sin notarlo comencé a sentirme mejor. A tener fe en las relaciones con otros, a entender que todos tenemos derecho a sanar y revirar nuestra vida. Que los vínculos puedes encontrarlos de muchas maneras, de muchas formas, de maneras inesperadas y que sólo necesitamos ese algo que nos conecte a otros. Como lo fue Miri para Rei, Miri para Kazuki, y ambos para ella.

La serie trata del trauma y la sanación. De querer ser distintos y poder ser distintos no importa el pasado y lo que fue.

Cuando terminé la serie lloré. Lloré durante media hora con una sensación de ligereza y felicidad.

Aun ahora mientras escribo esto, siento ganas de llorar.

Quiero poner estos sentimientos aquí y tratar de darles forma, quiero leer mis palabras en unos años y recordar como me siento en este momento. Lo agradecida que estoy de haber nacido en este momento de la vida y haber tenido la oportunidad de conectar tan profundamente con esta historia en particular.

Soy muy visceral con lo que respecta a Rei. Incluso me hice un tatuaje en el antebrazo de una ilustración de Lily que me encantó, cosa que esta totalmente fuera de contexto en el arquetipo estético que estoy creando de mi cuerpo y mi comunicación visual a través de la tinta. Lo hice porque lo amo, y porque se que no me voy a arrepentir.

He disfrutado también cada fanfic que he leído. Porque me recordaron lo mucho que yo disfrutaba pertenecer a un fandom y disfrutar una comunidad.

En este momento, me siento sumamente honrada por existir.

Gracias por leerme si llegaste hasta aquí.

Felicidades, Rei papá.

Un abrazo, bai *

Relaciones InterpersonalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora