Con Kazuki // Rosa Millenial

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Con Kazuki // Rosa millenial

Kazuki cocina Miso porque hace frío. Corta los cubos de tofu sobre la barra con una maestría que a Rei le hace dudar si en el realidad no será un excelente asesino que quizá realmente si fuera un genio de la actuación como para sostener esta máscara de bonachón por comodidad.

Miri no está en la guardería y está en el piso de la cocina jugando "El suelo es lava" sobre los banquitos y tapetitos que Kazuki puso por todos lados para que ella tuviera donde treparse y mantenerse ocupada.

Kazuki está en todo y a Rei le parece tal vez demasiado.

Porque el rubio sigue cocinando y haciendo edamames, mientras coloca en botecitos el pudín de vainilla recién hecho y vigila que Miri no se vaya a lastimar. De vez en cuando Miri se desbalancea sobre su banquito y parece que se va a caer, pero es la pierna de Kazuki quien la mantiene en pie y le regresa a su punto de equilibrio mientras le sonríe y sigue en lo que esté.

Para Rei, Kazuki es un misterio.

Lo pensó siempre, desde el minuto uno que lo vio.

Porque Kazuki es un imbécil sin agilidad, pero también es fluido como el agua y se adapta con facilidad.

Después de mandar a Miri a lavarse los dientes y cambiarse para la cena, miró tranquilamente hacia la mesa y luego hacia Rei, que se sintió como un tonto por haber sido atrapado mirando al rubio sin ningún tipo de razón.

El corazón de Rei dio un salto. Fue como haber sido pillado desnudo y aunque eso no le supone un problema en lo general, en esta ocasión fue un poco vergonzoso y atinó a mirar hacia la ventana pretendiendo que realmente eso no ocurrió.

- ¿Tienes hambre?-

- No demasiada. –

- ¿Te gustaría que sacara tus edamames de la vaina o prefieres hacerlo tu?

Rei se encogió de hombros, realmente le daba igual.

- ¿Quieres un abrazo? –

- ¿Qué dices? -

La nuca de Rei se erizó en el acto ¿Qué era eso tan de repente? No fue como su hubiera ocurrido algo en particular. El pelinegro se hizo estatua y no pudo apartar sus ojos de Kaz.

Que se quitó el delantal y apagó la sopa. Estiró los brazos hacia arriba como si estuviera dispuesto a calentar antes de un maratón. No le quitó los ojos de encima incluso cuando Rei comenzó a negar compulsivamente con la cabeza. ¿Qué carajo?

-Llevas toda la tarde raro- Kazuki sonrió -Te he visto mirarme como si tuvieras algunas dudas y creo que sé por dónde la va cuestión.- El Rubio era directo, no tenía necesidad de alardear o alargar.

Rei dio un paso hacia atrás cuando Kazuki estuvo tan cerca que sólo los separaba la regadera para las plantas que recién compraron en una venta 2X1  especial.

- ¿Tienes miedo? - Abrió sus brazos y su pecho se agrandó. Rei lo vio con los labios apretados y no supo cómo había terminado aquí.

Ni siquiera tenía sentido, Kazuki mismo era un misterio y una fuerza natural imposible de prever. ¿Qué si tenía miedo? Desde luego que no.

- Debería temer ¿A tu suéter rosa o al perfume picoso que utilizas últimamente como si no hubiera un mañana? -

- Rosa Millenial. –

- ¿Qué? –

- Es el color, y la nota del perfume es de pimienta rosa ¿Quieres oler? –

Lo dijo mientras ponía una mano en su cadera y recargaba su peso en una pierna. También se tomó el borde de su suéter con un dedo y tiró de él hacia abajo dejando ver su esternón. Estaba encantado con la confusión fría en los ojos de Rei, pero lo estaba más con el rubor de sus orejas que le hacía lucir como el tonto más lindo del mundo.

Simplemente se dejó llevar.

Rei seguía hundido en su confusión, aprisionando contra su pecho la regadera ya vacía en un ligero pánico muy particular.

Kazuki la robó de sus manos y la aventó hacia la sala. Hizo presente el paso que lo separaba de Rei y sin darle tiempo de reaccionar, lo abrazó hacia sí, tomando su linda nuca con su mano derecha y enterrando esa afilada nariz en su propio cuello.

Rei era suave y Kazuki estaba loco por él.

Recargó su mejilla en la cien y cara de Rei, disfrutando cada segundo dispuesto a continuar hasta que Rei intentara romperle el cuello.

Para su sorpresa eso no pasó. De hecho, lo sintió suspirar y hacer un ruido que sonaba como una derrota y le correspondió. A su manera, claro está. Lo hizo como gatito reservado, levantando la punta de su nariz y enterrándola en su clavícula al suspirar. Sus dedos tomaron las orillas rosas del suéter del Rubio y Kazuki pudo sentir a Rei respirar entre sus brazos.

Todo esto casi lo hizo gemir.

Con su pecho empujó a Rei un poco hacia adelante, buscando sus ojos para entender hasta donde más lo dejaría llegar.

Lo supo cuando sus mejillas se pintaron de rosa pero aún con la entereza de sostenerle la mirada. Kazuki sabía que podría tomar el primer beso de Suwa Rei y la idea le electrificó la espalda completa con una euforia que no se podría definir.

Lo presionó un poco más hacia adelante. Sus labios bajaron casi lo suficiente para tocarlo, a dos centímetros de su rostro, Rei pestañeó varias veces y entonces Kazuki podría simplemente....

- ¡Yo También quiero un abrazo, papá!

................ X ................

Otra cosa que acabo sin un final aparente. Pero es que yo amo la tensión y las cosas lentas, posiblemente no se besaren ni se aproximaren al otro durante un largo tiempo, pero es que amo la contemplación.

Cuando yo escribo me proyecto de lo que desearía yo. A veces me acuerdo de lo que era experimentar enamoramiento y pienso en que me gustaría volver a sentirlo.

Pero creo que mis afectos son muy lentos y silenciosos, de progresiones muy sutiles. Creo que es por eso que no puedo escribir algo más subido de tono, pese a que eso es lo que quería intentar.

Sin embargo, creo que eso también es muy Rei. Así que espero que me entiendan el porqué lo termine justo ahí.

Hasta otra.

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