capitulo 4

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07 de diciembre de 1941
Flota del Imperio Sakura - 20 minutos antes del ataque

El viento suave acariciaba el rostro de Compiler, una sirena de piel pálida y ojos dorados que flotaba sobre las vastas aguas del Océano Pacífico. El aire salado traía una sensación extraña, de calma antes de la tormenta, pero dentro de ella, solo había confusión.

"¿De dónde vengo? ¿Por qué estamos en guerra? ¿Cuál es el verdadero objetivo de todo esto?" murmuró, observando sus manos translúcidas, completamente inhumanas, y luego llevándolas a su cabeza en un gesto de frustración.

Desde que tenía conciencia, sus días habían sido un vacío, una neblina de órdenes y batallas, sin respuestas claras a las preguntas que la atormentaban. Apenas sabía quién era, y mucho menos, qué papel jugaba en esta guerra. Sus pensamientos eran un eco constante de dudas y vacíos

Suspirando con resignación, decidió dejar de volar. Descendió lentamente desde el cielo, como una sombra que se fundía con el horizonte, hasta quedar oculta entre las rocas que bordeaban la base de Azur Lane. Desde su posición, podía ver la actividad frenética en la base: chicas de todas las flotas, risueñas y confiadas, caminaban entre los puestos, entrenando, bromeando, preparándose.

A lo lejos, algo capturó su atención: un hombre vestido con uniforme blanco caminaba con una chica que parecía provenir de la Royal Navy. Algo en ese hombre la inquietaba.

"Debe ser el comandante que Observer me prohibió matar... ¿pero por qué es tan importante?" murmuró para sí misma, mientras su mirada se endurecía. El recuerdo de su última conversación con Observer como un eco: "No debes matarlo. Si algo le sucede a ese hombre, tú serás la siguiente en caer."

Un día antes, Observer la había contactado. Sus instrucciones habían sido claras: debía apoyar indirectamente el ataque del Imperio Sakura a la base, pero bajo ninguna circunstancia permitir que ese hombre muriera. La amenaza de lo que sucedería si fallaba seguía grabada en su mente.

Oculta por su camuflaje, comenzó a flotar por encima de las chicas, evitando ser detectada mientras se desplazaba sigilosamente. La base estaba mucho más concurrida de lo que esperaba. Puestos de comida, un gimnasio, una escuela... "¿Qué es esto? ¿Una base militar o un maldito parque de diversiones?", pensó, irritada al ver un grupo de destructoras jugando voleibol en la playa.

Pero no perdió tiempo. Sus ojos seguían fijos en el comandante, que ahora conversaba animadamente con sus acompañantes. Se acercó, deslizándose por el aire como un susurro invisible, y trató de escuchar la conversación.

"Fuerzas de la Eagle Union y la Royal Navy se están reuniendo en esta base," comentó una de las chicas, señalando a un grupo de destructoras que compraban flores.

"Es la guerra, después de todo. Pronto, este lugar se convertirá en el centro de todo," respondió la otra chica, mientras miraba al comandante en busca de su aprobación. Él simplemente asintió con serenidad.

Compiler continuó siguiéndolos, cada vez más intrigada por el misterioso comandante. "¿Qué hace a este hombre tan especial? ¿Por qué Observer lo considera crucial?"

Compiler seguía observando desde las sombras cuando algo la inquietó. El comandante... la estaba mirando. Sus ojos azules se posaron directamente en ella, como si pudiera verla a través de su camuflaje. "¿D-de verdad me está viendo? ¡Eso es imposible!" pensó, retrocediendo de manera instintiva. Un sudor frío le recorrió la espalda mientras sus armas comenzaban a cargarse por puro reflejo.

"Comandante, ¿pasa algo?" preguntó una de sus acompañantes, al notar que él había detenido su paso.

El hombre negó con una sonrisa tranquila. "Lo siento, creí haber visto algo, pero supongo que estoy algo paranoico," dijo mientras se rascaba la nuca, riendo suavemente. Las chicas rieron con él, y el momento pasó.

soy una sirena (Reinicio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora