Capítulo 1. Deuda

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El grito que soltó Thira fue uno lleno de frustración, se preguntaba hasta cuando su padrastro dejaría de joderle la vida. A penas estaba teniendo un pequeño respiro, sin tenerse que preocupar por lo que iba a comer ese día o dónde iba a dormir, cuando al menos tenía un miserable plato de sopa instantánea en su mesa, ese tipo venía y se lo quitaba.

El golpe de su vecino a través de la pared lo hizo frustrarse aún más.

− ¡Guarda silencio, maldito loco!

Thirawat apretó con fuerza su mandíbula, ¿podrían romperse sus dientes con esa acción brusca? Sólo eso faltaba que pasará, no le sorprendería si empezarán a caer uno por uno.

Necesitaba embriagarse, pero ni siquiera podía considerar tocar el poco dinero que tenía ahorrado. Se quiso reír de sí mismo, a esas alturas en donde su vida estaba siendo amenazada aun le preocupaba pagar la renta. ¿Un muerto pagaría algo por entrar al paraíso o a donde sea que fueran los muertos? Seguramente él sería de esos fantasmas en pena que no los dejaron entrar por falta de pago.

Tomó su chaqueta, arregló su cabello mientras sus ojos que aun conservaban ese poco brillo de esperanza en ellos se reflejaban en aquel pedazo de espejo. Tenía una historia significativa ese espejo, aunque nadie sabía de eso.

Cuando llegó a Bangkok sin nada más que lo que llevaba puesto...

"Eso es todo. ¿Una disculpa? Perdimos todo, salimos huyendo por tu culpa... porque ofreciste cosas que no te pertenecían y aun así..." levantó el puño para pegarle a aquel hombre un poco menos alto que él, pero se detuvo. Lo bajó inmediatamente al ver como éste se ocultaba como un gato asustado. "No sé por qué mi madre se tuvo que fijar en alguien tan ruin como tú..."

"Ya, ya... estamos juntos en esto" tartamudeo un poco y se descubrió su rostro al ver que Thirawat ya había bajado el puño.

"Te equivocas, no me quedaré contigo. Se acabó, si me quedé hasta el momento fue por el respeto a la memoria de mi madre. Pero no hay otra razón por la que tenga que seguir aguantándote" dijo Thirawat con desprecio. Ese hombre había sido la perdición de su madre, pero no dejaría que fuera la suya. Se dio la vuelta y empezó a caminar lejos de ese tipo, se detuvo al escuchar un grito de su parte.

"Un chico maricón como tú, ¿crees que encontrará su lugar en este mundo? ¡Me necesitas para sobrevivir!" gritó con todo el desprecio que puede tener una persona en su interior. Thira volteó a verlo y se acercó, aborreciendo en cada paso que daba hacia él aquella sonrisa irónica que tenía.

Sabía muy en el fondo que esas palabras le dolían, pero no porque las haya dicho él... sino porque muchas veces lo pensó. Su madre cuando se enteró que era gay, le prohibió quedarse solo con su nuevo marido, le prohibió salir con sus amigos e incluso cuando Thira le dijo que un profesor le acosaba, ella lo culpo a él porque según ella su hijo era un desvergonzado que seducía al profesor. Ahora que lo pensaba detenidamente... ¿realmente amaba a su madre? Quizás sí, un poco... si aguanto mucho fue para obtener algo de aprobación de ella, lo cual nunca llegó.

La situación se volvió mucho peor. Si él le llegaba a contestar para defenderse de aquellos insultos que le lastimaban, una vara se azotaba contra su espalda. El mundo te enseña que debes amar a tus padres a pesar de todo, pero él sentía realmente que no encajaba en ese mundo de fantasía, donde tenías que amar a tus agresores y más al ser de tu sangre.

En la cabeza de Thirawat se empezó a formar la idea de que en realidad odiaba a su madre por darle la espalda de esa forma, pero aquellas enseñanzas mundanas le perturbaban su mente diciéndole que debía aguantar porque ella lo había traído al mundo después de todo. Aun así, aguantar esas palabras de alguien como ese sujeto... no lo iba a permitir.

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