Prólogo

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El día se había vuelto un poco inestable, desde el alboroto en la oficina porque un ex compañero llegó en estado de ebriedad a golpear al jefe hasta aquel cielo gris que anunciaba una pronta tormenta.

Thirawat se preguntaba cuando acabaría esa pesadilla, siempre era lo mismo: despertar todos los días, meterse a aquel reducido baño con su eterna agua fría, excepto en los días calurosos, tomar aquel jabón de oferta que había visto en el supermercado y tallarlo fervientemente en su cuerpo con la esperanza de que el olor de su compañero de aquella noche se quitará de su piel.

Cepillarse los dientes dos veces, el sabor a semen lo podía sentir aun en su boca y odiaba eso, peinarse, aunque su cabello nunca cooperaba con él, mirarse en ese pedazo de espejo que tenía en su pared, elegir que traje ocuparía de los dos únicos que tenía, el mejor trabajo que había conseguido era en una oficina de correspondencia, servicio al cliente, y si tenía suerte no sería despedido pronto.

Sus gafas se recorrieron un poco, él las acomodó de manera desinteresada. Todo el tiempo, había pensado que ese gordo sujeto que llamaban "jefe" era despreciable, pero nunca lo dijo en voz alta. No le convenía, la renta de ese mugroso cuarto de cuatro paredes se aproximaba.

Su vida era bastante carente como para alguien tan "trabajador" como él. Bueno, probablemente con el sueldo que le daban se podría mudar a un apartamento sin tanta rata, pero por el momento no era conveniente.

Su padrastro se había metido en problemas hace un año atrás con unos sujetos peligrosos...

"¿Qué dices?" Thirawat había mirado a su padrastro, aquel hombre con el que se había enredado su madre, y que en lugar de darle mejor vida los había llevado a la bancarrota. El restaurante de su madre lo había perdido, su casa, el coche usado que habían comprado con mucho sacrificio, todo. Thirawat sólo veía a ese hombre empacar apresuradamente...

"¿No lo entiendes? Si seguimos aquí, nos mataran a los dos"

"Esto es de mi madre, ¿por qué demonios tendría que irme?"

"¡Entiende! ¡Valora tu vida y hazme caso!" unos golpes fuertes sobresaltaron a ambos, Thira no sabía que hacer o qué decir, sólo sabía algo... tenían que huir en ese momento.

Tuvo que irse de Chiang Mai, llegó a la gran ciudad de Bangkok sin nada. Sin estudios terminados, sin dinero y... sin esperanza. No, quizás eso era lo único que tenía. Se metió de mesero durante una semana, pero lo terminaron corriendo por que golpeó a un hombre que le tocó el trasero. Al menos lo había dejado sin dientes. No llamaron a la policía debido a la situación, pero la dueña en lugar de ponerse de su lado simplemente lo desecho como si fuera basura.

No sabía por qué muchos de sus ex compañeros de escuela decían que Bangkok era el lugar de las oportunidades, él simplemente había acabado viviendo en una vecindad de cuarta, comiendo comida rápida y... consiguiendo más dinero después de entregar el culo a un par de hombres. Sí, era gay.

Pobre y gay, si Dios, Buda o quién fuese una divinidad en el cielo existía, cuando llegará su hora de verlos les preguntaría en qué mierdas estaban pensando para hacerlo de esa manera. Su madre había muerto de un paro cardíaco, a su padrastro le pareció buena idea enviciarse con las apuestas y... simplemente perdió todo aquello que ni siquiera era suyo.

Thirawat lo dejó a su suerte, no quería estar al lado del hombre que arruinó su vida. Su visión comenzó a verse afectada poco a poco por su estilo de vida, tuvo que empezar a utilizar anteojos al menos para leer, decidió comprarse un traje para solicitar trabajo. Y después de tantos intentos lo logró. Consiguió un aburrido trabajo, con una paga injusta, pero que al menos le daba para comer y comprar cosas indispensables como: pasta de dientes, jabón, pagar la renta, la luz y... los condones.

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