Capítulo 2. Propuesta

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El joven no volvió a hablar después de esa pregunta, simplemente estaba bebiendo y fumando, mientras lo observaba. Tenía una mirada bastante penetrante, era como si estuviese desnudo enfrente suyo y no de una manera lasciva sino incomoda.

No esperaba realmente tener una larga charla con él, pero los demás sujetos con los que se había acostado, al menos trataban de conservar su papel de galanes inalcanzables; el chico no parecía ni siquiera interesado en iniciar la charla... odiaba tener que iniciarla él, pero teniendo una amenaza de muerte de por medio, suponía que hasta el tipo más serio podría volverse bastante parlanchín.

− ¿Vienes aquí seguido? No te había visto antes... −hizo una pregunta, seguida de un comentario que pedía alguna explicación de cierto modo. Aunque al parecer él no lo veía de ese modo.

−Creo que te acabas de responder tú mismo, si no me has visto es porque este lugar no es lo mío. –la conversación no fluyo.

−Ah sí... es verdad... −Thirawat no sabía que pensaba ese sujeto, sólo había chocado su bebida con la suya, se había sentado y... fumaba, ignorándolo. No entendía nada de lo que estaba pasando por la cabeza de ese chico, y eso le asustaba. Paso un largo rato sin decir nada, Thirawat se había equivocado en definir las intenciones de ese sujeto, pues era el peor sujeto que se le había acercado si realmente quería follar por una noche.

Soltó un largo suspiro, le dio un trago a su botella casi vacía y se levantó. Se había aburrido, no tenía tiempo para estarlo perdiendo con un mocoso egocéntrico y rico. Quizás lo último era lo importante, pero por más que necesitará el dinero no había forma de que él se ofreciera a alguien de esa forma. Eran ellos quienes siempre se acercaban porque le deseaban, no era él quien se ofrecía.

− ¿Ya te vas? –la voz de él hizo que sus pasos se detuvieran. Lo volteó a ver, esperando ocultar muy bien la molestia en su rostro.

− ¿Por qué debería quedarme? –maldijo el tono de voz que había ocupado, pero no podía ocultar su enojo.

−Que feroz respuesta –dijo el joven mirándolo, levantó su copa y bebió el ultimo sorbo. –A penas... me estaba divirtiendo. Nos volveremos a ver... yo también me tengo que ir.

Thirawat lo miró, sus movimientos eran tan delicados como si procurara que la copa no hiciera ruido al chocar contra la mesa en la que la había dejado, aunque realmente con la música alta y las luces, nadie podía mirar o escuchar estos pequeños gestos. En cuanto él le dio la espalda, la mano de Thirawat se levantó sola y lo detuvo. Fue una reacción involuntaria, su mano apretaba parte de la camisa de él y éste sólo sonrió.

− ¿Podemos... ir... a otro lado si quieres? –se le había ofrecido. Thirawat se sentía bastante avergonzado y humillado, era la primera vez que a alguien se le ofrecía de esa manera. Sin embargo, la desesperación que sentía era la responsable de que actuará de manera tan penosa. Soltó su camisa, sería aún más humillante que lo rechazará en ese momento.

El joven se acercó a él y sus manos se posicionaron en sus hombros, una pequeña fuerza hizo que Thirawat bajará su rostro a su altura... la voz de él se sintió en su oído como un susurro pasajero.

− ¿A tu casa? –sintió como si un frío recorriera su piel.

−Ni siquiera conozco tu nombre... deberíamos ir a...

−No sabes mi nombre, pero ¿me estás invitando a un hotel? No crees que es algo inapropiado.

−Tú tampoco sabes el mío...

−Exacto... −dijo aquel tipo, sonriendo de una manera que hizo que Thira se congelara por momentos. Sintió como tiraba de su mano y sí, lo llevó a aquellos baños que estaban adornados con luces azules. El humo del cigarro invadió su nariz, los gemidos de quienes estaban ocupando algunos se escuchaban, Thirawat sintió un fuerte golpe en su espalda al momento de que chocó contra la pared de uno de los baños.

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