Prólogo

22 7 2
                                    

Me odio a mi mismo.

Un día normal para cualquier otra persona, pero un infierno para mí o al menos así lo veo. Es cierto que nuestro punto de vista hace que sintamos que estamos pasando una situación única, quizás hay otras personas que también se sienten como una mierda y aún así tratan de hacer algo por sus miserables vidas, pero yo estaba ahí, en la cama, no me había levantado, una puta hora tirado como una cagada, no estaba dormido pero no quería levantarme.

_ Puedes levantar el culo? Son las 3 de la tarde, se supone que tienes que ir a trabajar a las 4:30 pm.

Como siempre, hay algo más importante que yo mismo que hace que me sienta en la obligación de hacer algo que no me importa ni un poco.

Levantarme es casi un mérito para una medalla, una redonda, que reconozcan todos y cada uno de los músculos qué ameriten esto.

_ Molestas como una yaga en el culo, lo sabias? -_ Le dije a mi hermano el cual acababa de llegar de trabajar.

Él no hizo mucho ante lo que le dije, solo me ignoró, encendió el televisor y empezó a jugar con la consola.

Aún así, yo me encontraba ahí, acostado, sin moverme, solo respirando de la forma más tranquila posible mientras veía todas esas luces del televisor, mientras mi cabeza seguía pensando en nada y en todo a la vez.

No tuve elección, el tiempo no se detenía y me di cuenta que tenia que ir al trabajo, odio muchas cosas, pero sobre todo a las personas que son una carga, no quería ser eso.

Hoy hace un día tan normal, el sol quema, el viento corre, los árboles aun son verdes, el cielo tiene ese azul chillón. Un día como cualquier otro, levantarme, bañarme e irme a trabajar para llegar en la noche y luego irme a dormir y repetir este proceso.

Después de analizar cada cosa como si realmente importara salí de casa, esperé el bus en la parada que está al borde de la calle y como casi todos los días, llegó a tiempo, paró por mí y me llevó a un trabajo que odio, en una rutina que detesto sentía como mi alma se escapaba todos los días.

Llegar a mi trabajo, marcar mi entrada, entrar en la reunión matutina para repasar la lista de quehaceres del día, todo eso es tan robótico, tan cansino, me hace pensar en si realmente estoy apreciando mi vida, sí realmente estoy viviendo como debería. Aún así ¿Qué más podría hacer?

El día fue tan normal, que casi es pesado decirlo, trabajar horas, luego descansar y seguir trabajando para luego salir hacia mi casa. Claro que hay momentos en los que alguno de mis compañeros ase acercan y tratan de hacerse los chistosos, me rio quizás hasta de forma sincera, bromeo y se me olvida incluso que todo es una mierda, es gracioso como mi mente es así de olvidadiza.

Al volver a casa, escuchando música a todo volumen recordé muchas cosas de mi pasado que ahora no recuerdo, pero me hace pensar en si alguna vez ha merecido vivir, si en algún momento he estado feliz con los momentos de mi vida.

Mi vida es tan triste, sin un significado claro, solo olas y olas de desesperación en un mar de melancolía, pensar de más y jugar con mi consola son mis únicos pasatiempos, no tengo amigos, no tengo familia más que mi estúpido hermano, no estoy y ni siquiera recuerdo la última vez que estuve enamorado, quizás nunca lo estuve de una forma sincera.

Hoy llegué a mi casa y me senté a ver el reloj, era tarde, me quedé un rato más en mi trabajo porque faltaban unos reportes, no tenía nada más que hacer que dormir apenas llegué, pero a veces tengo miedo de acostarme, cerrar los ojos y "descansar". No tengo una idea realmente de a que le temo, simplemente no soporto saber que el tiempo va a seguir mientras yo duermo, que el mundo sigue moviéndose igual mientras yo aún sigo quieto.

Era tarde y yo solo estaba quieto, viendo el reloj, como las agujas se mueven, cada segundo y cada minuto, creo que añadiré "ver como avanza el tiempo" a mi lista de pasatiempos. Realmente es aterrador ver como yo estaba tan quieto y ese sonido inquietante se apodera de mi cuarto, un sonido de tic tac, quizás así suenen los pasos del tiempo, como cuando caminas sobre el pasto y tus pasos hacen un sonido relajante, se escucha como quiebras alguna que otra hoja, quizás ese tic tac era el tiempo caminando, dando pasos sobre nosotros y quebrando a más de uno.

No dormí lo suficiente, no porque no quería, más bien porque mi cerebro no me dejaba, pasé pensando en miles de cosas pero lo curioso es que no recuerdo ni una bien, cosas que me quitan el sueño pero al día siguiente sigo viviendo igual.

Como es costumbre de mi mala suerte, me dormí una hora antes de irme a trabajar, también me desperté tarde, como si el destino se burlara de mí haciéndome caer a unos instantes antes de tener que irme. Me alisté rápido, salí de mi casa y el bus pasó enfrente de mis ojos sin poder hacer nada, estoy realmente cansado porque no he dormido más que un par de horas.

Traté de alcanzarlo, corrí junto al bus llamándolo para que parara, pero como dije, el mundo no hace más que reírse de mí y me tropecé.

Aún no lo proceso bien, no entiendo que pasó, me caí muy cerca del bus y luego todo estaba oscuro...

Un día normal para cualquier otra persona, pero un infierno para mí o al menos así lo veo. Es cierto que nuestro punto de vista hace que sintamos que estamos pasando una situación única, quizás hay otras personas que también se sienten como una mierda. Espera ¿no dije esto ya?

Huellas En El TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora