Las manos de Minho subieron su camisa lentamente, acariciando toda la piel que iba siendo expuesta pero sin detenerse en algún punto. Tomó la orilla de la prenda y le indicó a Felix con el mismo tono de voz que llevaba usando.
— Muerde.
Felix le observó con vergüenza antes de tomar la de su camisa con los dientes, dejando así su pecho en disposición a las morbosidades de su amigo.
Minho llevó los labios a su cuello, soplando justo atrás de la oreja de Felix, enviando así una corriente de anticipación por todo su cuerpo. Pegó la boca a su pulso y chupó, chupó con fuerza, era obvio que el muy desgraciado quería hacerle una marca. Pero con lo vulnerable que se sentía en esos momentos, Felix no pudo detenerlo, sólo cerró los ojos ante el asalto qué pasó a recorrer cada espacio de su blanquecino cuello.
Cinco o seis chupetones después, Minho bajó hasta su clavícula. La delineó con los dientes de forma tentativa mientras sus manos acariciaban el tenso de Felix.
Llegó a los pectorales. Se quedó mirando los pezones erectos y rosados de Felix con una expresión extraña, pero el menor no tuvo tiempo de taparse cuando la mirada de Minho vagó hasta su barriga, donde empezó a lamer y mordisquear, sacándole uno que otro sonido ahogado. Toda esa zona era un punto erógeno para él, y Minho -el muy maldito lo sabía y lo aprovechaba.
Una húmeda lengua se deslizó fuera y dentro de su ombligo, y Felix se sintió temblar ansiosamente, su camisa dejando los jadeos que deseaba soltar atorados.
Ni cuenta se dió cuando los labios de su mejor amigo subieron de nuevo hasta su pectoral izquierdo. Lo notó cuando la punta de la lengua rozó su sensible pezón. Se estremeció, Minho lo rodeó con sus labios y chupó. Empezó a succionar el botón con un morboso sonido húmedo que repercutía en la polla de Felix, sintiendo su pezon dolerle y ponerse hinchado mientras Minho lo estimulaba con su lengua.
— ¡Oh, Minho! — Abrió la boca cuando los dedos subieron hasta su otro pezon y lo jalaron sin cuidado. Dolió, dolió mucho. Felix no entendía porque su polla estaba sacudiéndose dentro de sus pantalones, él no era masoquista.
Minho liberó su mojado pezón para mirarle con reproche. Su camisa se había interpuesto entre su boca y el botoncito.
— Mal, Felix. — Negó con la cabeza. Pasó su brazo por debajo de Felix para alzarlo, silenciosamente exigiendo que se quitara la camisa.
Felix lo hizo con movimientos torpes, sus dedos no respondían ante las olas de calor paseándose por su sangre. Cuando por fin tuvo su pecho desnudo Minho le ayudó a quitarse los pantalones, quedando sólo en un bóxer de bob esponja.
Irónicamente, esto no le apenó ni un poco. Muy al fondo de su nublada mente, él sabía que en esos momentos Minho llevaba ropa interior a juego.
Más allá de eso, cuando notó cómo su amigo se sonrojaba por verlo en la prenda amarilla y blanca, se confundió un tanto, terminando por removerse incómodo.
—¿Algo mal? — Dijo ruborizado.
Minho negó y bajó la cabeza de nuevo, tomando el otro pezón entre sus dientes para así tirar suavemente, jugando con el pezón dentro de su boca.
Felix jadeó y aferró una mano a la camiseta de Minho, enterrando sus cortas uñas en la tela para intentar controlarse y no gemir como una puta. Trabajo difícil cuando tu sexy mejor amigo te está mamando el pecho como un jodido bebé hambriento.
Cuando el pezón estuvo lo suficientemente duro a opinión de Minho, y todo su pectoral estaba lleno de saliva, lo liberó y subió para besar a Felix en la boca, deslizando sus labios lentamente mientras paseaba las manos por sus suaves y tonificados muslos. Felix suspiró y le regresó el beso de esa forma tan atontada que hizo a Minho gruñir y hundirle la lengua en la garganta. Quizás se excedió un poco, ya que Felix sufrió una arcada que lo obligó a separarse.
ESTÁS LEYENDO
Estrechez [MINLIX]
FanfictionMinho está sexualmente frustrado. Con su fama de playboy a un lado, él ha aceptado dejar pensar en el sexo como algo prioritario y decide salir con una chica formalmente. Cuando acepta ser novio de Hyebin y deciden tener relaciones, él no está feliz...