Epílogo

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Minho y Felix eran, de por sí, una amistad sumamente cariñosa. Era muy rara la vez en la que los veías y Minho no estaba acariciando el cuello de Felix, o qué Felix no estuviera sentado en las piernas de Minho. No importa lo que estuvieran haciendo siempre tenían que estar tocándose.

Por eso nadie se mostró sorprendido cuando llegaron caminando, al día siguiente, con las manos entrelazadas.

Felix iba con una sonrisa tímida y la cabeza un poco gacha, saludando en voz baja a quién les hablara. Minho, por su lado, iba mucho más alegre, casi brincando mientras exclamaba "¡hola, lindo día!" a todo el que les pasara por un lado.

¿La razón? ¿Qué, no es obvia?

Entraron al aula deslumbrando como siempre, las chicas suspirando cuando Minho les sonreía enérgico o cuando Felix hacia una corta y educada reverencia. Siempre sosteniendo sus manos.

Se reunieron con los demás que los esperaban sentados encima de las mesas, Bangchan escribía en su celular mientras que Changbin y Han jugaban con un balón de basket, y Jeongin estaba sentado encima de Seungmin, sólo descansando su cabeza en el hombro de su novio mientras éste le hacía cariñitos en el pelo.

— ¡Hey, Minho! — exclamó Han pasándole la pelota. Minho soltó la mano de Felix para atajarla ― Hay un partido de baloncesto hoy en la tarde, ¿quieres?

— Suena bien, pero no puedo — lamentó devolviéndole el balón. — Tendré una cita con Felix, quizás otro día, amigo.

Todos los presentes emitieron un baaah de decepción.

— Les dije que una vez que se hicieran novios nos dejarían de lado — dijo Jeongin mirándose las uñas.

— ¡Oigan, ustedes querían esto! — rió rodeando el cuello de su novio -novio, ah- con un brazo ― Este niño me prestó su corazón y para ello puso condiciones, yo sólo soy un seguidor cuyo deber es cumplir.

— Yo no te presté mi corazón, tonto — Felix le codeó, sonriendo. — Siempre fue tuyo.

Minho lo miró risueño antes de dejar un casto beso en sus labios. — Eres precioso, ¿lo sabías?

— No más que tú, PendejoMin —susurró besándole de nuevo.

Changbin emitió un ruido de asco. —¡Wacalá! ¡Basta, deténganse antes de que vomite el Nesquik!

Felix y Minho rieron alto, el último se acercó a Changbin con una mueca traviesa.

— ¿Qué, Changbinnie? ¿Extrañas mis mimos?

— Cierra la puta boca y alejate, Minho, o no respondo — dijo el más alto, intimidado.

— ¡Changbinnie! — Minho se lanzó a abrazarlo por el cuello, pegándose a él cómo si fuera una garrapata.

Changbin comenzó a chillar mientras lo empujaba sin éxito. — ¡Ayuda, violador! ¡Joder, lunático, suéltame! — exigió cuando Minho comenzó a restregarse en su mejilla. — ¡Felix, controla a tu novio, mocoso!

— A mí no me mires, soy turista — hizo el símbolo de amor y paz con los dedos antes de sentarse.

Changbin lloriqueó mientras Minho comenzaba a maullar cómo un retrasado. Todos reían a cantaros hasta que se vieron interrumpidos por un grito incrédulo de Bangchan, que miraba su celular como si fuera la cosa más extraña del mundo.

— ¿Qué pasa, Bangchan hyung? — preguntó Seungmin curioso.

— ¡Minho, hijo de puta! — exclamó este, furioso.

— ¡Yo que hice! — Minho, alarmado, se separó de Changbin, alzando las manos inocente.

Bangchan les enseñó su celular, era una conversación.

Estrechez [MINLIX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora