Bright por Jessica Jung (Traducción al español)

⭐DOS⭐

La CIA debería contratar a +EVER para trabajar para ellos. Las habilidades de rastreo de nuestros fans están a otro nivel. En cuanto salimos por la puerta de llegadas del aeropuerto internacional de Incheon, nos recibe una multitud de fans gritando nuestro nombre.

Nuestra afición se ha bautizado a sí misma con el nombre de +EVER, pronunciado y nunca. Es un juego de palabras con el "Forever" de nuestro nombre, pero también significa que estarán a nuestro lado toda la eternidad. A veces, los +EVER compran billetes de avión en el mismo vuelo que nosotros para estar cerca. La mayoría de los fans que hacen esto son muy dulces. Si nos ven, son totalmente respetuosos y respetan nuestro espacio. Ni siquiera necesitan hablar con nosotros. Simplemente están contentos de estar en nuestra presencia, una señal silenciosa de apoyo.

De hecho, estoy segura de que cuando me levanté para estirarme en nuestro vuelo de vuelta a casa, vi a un par de +EVER a través de la cortina entreabierta que separaba la primera clase de la clase turista. Sonreí y pude ver cómo se les iluminaba la cara antes de volver a mi asiento.

Pero ahora que hemos aterrizado y estamos rodeados por todas partes de más fans, nuestros guardaespaldas intentan mantener a todo el mundo a distancia, dejando espacio suficiente para que podamos salir del aeropuerto. Aun así, nuestros fans no dejan de hacernos fotos y gritarnos.

"¡Chicas para siempre, para siempre!"

"¡Unni, te quiero!"

"¡Rachel, eres un icono de estilo!"

"Fashionista para siempre".

Sonrío. Estoy especialmente contenta con mi atuendo de hoy: una americana clásica de Nell Kramer, combinada con unos vaqueros boyfriend de dobladillo crudo y unos botines de tacón. Para rematar el look, me he puesto unas gafas de sol negras circulares en la parte superior de la cabeza, con el pelo rizado y natural sobre los hombros.

La moda de los aeropuertos es muy importante en Corea. La mayoría de las veces, nuestros fans sólo nos ven en los conciertos, donde llevamos nuestra ropa de actuación. En el aeropuerto es donde pueden vernos con nuestros estilos personales. Hay tableros enteros de Pinterest y cuentas de Instagram dedicadas a la moda aeroportuaria del K-pop, y sé que entre esas fotos, la mía circula mucho. El resto de las chicas van muy guapas, pero nadie dedica tanto tiempo como yo a peinarme, ni se divierte tanto haciéndolo. Básicamente, trato el aeropuerto como una pasarela.

Mientras salimos del aeropuerto y nos dirigimos a las tres furgonetas que nos esperan, me coloco mi Prada boho camel al hombro y hago una mueca de asco. El bolso fue la primera gran compra que me hice después de nuestro primer número uno, que parece que fue hace un siglo. Sigo adorándolo, pero es lo único que no me gusta de mi atuendo actual. Llevo una eternidad queriendo comprarme un bolso de mano nuevo, uno que se adapte a mi estética, pero aún no he encontrado el elegido.

Leah dice que soy más exigente con las maletas que con los hombres. Es posible.

En la furgoneta, Sunhee empieza a leer en voz alta su libro. Es un romance de época exagerado sobre un conde y una criada, pero a pesar del lenguaje vulgar, me he metido de lleno en la historia de los amantes cruzados. Aunque el mundo intenta separarlos, se sienten atraídos el uno por el otro con la fuerza imparable del amor verdadero. Ojalá fuera así en la vida real. "Sasha se estremeció cuando Francisco la llevó a la alcoba..." "Ugh. Sunheeeee," Youngeun gime.

En el espejo retrovisor, veo a nuestro conductor y ambos reprimimos una risa. Jongseok es uno de los seis encargados que nos llevan de un sitio a otro y organizan nuestros horarios. A diferencia de nuestro jefe, que nos llena el día como si tuviéramos treinta y siete horas, no veinticuatro, Jongseok siempre aboga por que tengamos tiempo para descansar y nos entretiene con historias sobre sus temerarios pastores australianos. Además, cuando las otras chicas se ponen tontas, se puede contar con él para que me mire con cara de circunstancias.