Sábado.

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Los sábados sin tí son más fríos, no podemos ir al cine juntos. Echo de menos tu fragancia a menta y la manera que tenías de arrugar tu nariz al reír. Estoy en un vacío en el que solo visualizo sogas y pastillas y no sé si podré aguantar más. Mi alma de poeta empedernido se agota poco a poco y ya apenas tengo fuerzas para pensar palabras. Ojalá pudieras volver, ah, espera, no quieres. Nadie nunca quiere regresar a mí, Isabel.

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Éste es el penúltimo "capítulo" de la novela... estoy ansioso por llegar al domingo.

Café helado. [Historia corta (y rara)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora