Alor

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Al día siguiente Khan salió a cazar como todas las mañanas después de desayunar con Arya, solo que esta vez al regresar Alor estaría en la casa siendo un integrante más.

Arya salió de la cueva para ir a buscar a Alor y proponerle ser su pareja. Su prominente vientre le hizo demorarse un poco al bajar a la tribu. Ya tenía dos meses y medio y sentía que su barriga no paraba de crecer. Khan le había dicho que normalmente nacen de 2 a 4 cachorros por lo que ella deseaba que solo fueran 2. En su mundo siempre escuchaba de cuán doloroso es el parto y recibir a 4 bebés no sonaba muy agradable.

Dejo de pensar en sus cachorros cuando diviso a lo lejos a Alor. Estaba en un campo de flores a las afueras de la tribu, seguramente recogiendo algunas para darle de regalo lo que la hizo sonreír.

Y no se equivocaba, Alor se había despertado tempra para recoger un ramo de flores para dárselo a Arya. Había descubierto que las rosas azules eran su favoritas pero estas se encontraban lejos. Las recogió un día que había perseguido a su presa un poco más que de costumbre y al verlas pensó en Arya. Sin embargo, hoy no tenía tiempo para ir hasta allá ya que una delegación de la tribu de los osos venía a intercambiar vienes y tenía que recibirlos. Por lo que decidió ir al campo de flores afuera de la tribu y recoger la segunda flor favorita de Arya, petunias miradas.

Al verlo de espaldas a Arya se le ocurrió sorprenderlo ya que estaba tan concentrado que no se volteó cuando ella estuvo a su lado.

-Bu!- Esa simple palabra dicha cerca de su oreja de lobo hizo saltar de un susto a ese alto y fuerte hombre lo que ocasionó que Arya se comenzará a reír con fuertes carcajadas.

Alor no podía estar más avergonzado, no escucho la escuchó no sabía ni siquiera cuando había llegado. Y ese susurro en su oreja lo sonrojó tanto que parecía un tomate. Pero ver a Arya reír así le hizo sentir una gran felicidad, pero definitivamente tenía que descubrir cómo se acercó tanto y el no pudo notarlo.

-Soy muy sigilosa, también asustó a Khan cuando puedo. Me gusta verlo sonrojado jajaja. -fue lo primero que dijo Arya cuando su risa se calmó y vio la cara avergonzada de Alor.

-Nunca alguien me había asustado así, te creo lo de ser muy sigilosa. -a Alor le encantaba que ella se acercara a hablarle como había hechos últimos días. Podían hablar sobre el tema más tonto hasta cosas serias donde Arya daba su opinión y sugerencias para ayudar a la manada. Le encantaba eso de ella, que aparte de hermosa era tan inteligente y amable.

-Oye Alor quería hablarte de algo- comenzó con un tono nervioso. En serio quería que fuera su pareja, se sentía tan cómoda con el al igual que había pasado con Khan. Así que se armó en valor y lanzó la pregunta- Quisieras ser mi pareja?- lo dijo como en un murmullo que si no fuera por la increíble capacidad auditiva de Alor seguramente no la habría escuchado.

-Es enserio? -Alor no podía creerlo al fin lo había aceptado y quería que fuese su pareja, todo parecía un sueño hecho realidad y cuando vio a Arya asentir con su cabeza supo que era verdad así que la alzó sin pensarlo dos veces para darle un beso que tomo a Arya por sorpresa pero no se separó y al contrario lo siguió con la misma emoción. -claro que acepto, gracias por elegirme. Prometo hacer todo lo posible para hacerte feliz y sentir segura conmigo.

-Yo también prometo hacerte feliz y quererte tanto como quiero a Khan. Gracias por aceptar ser mi pareja. - y después unieron su bocas en un segundo beso lleno de cariño. -pero no podrás marcarme hasta una semana después de que nazcan mis bebés.

-No te preocupes por eso, mientras tu estés a mi lado puedo esperar todo lo que quieras.

Luego de esta plática Arya llevó a Alor a su casa para esperar a Khan que llegaría pronto con su carne para el almuerzo. Ahora que eran pareja Alor viviría con ellos lo que lo tenía un poco nervioso ya que el tigre era bastante fuerte y tendría que pelear con el para que lo aceptase como parte de la familia. Pero el también era fuerte y se enfrentaría a todo con tal de estar con Arya y verla feliz. Ahora que lo había aceptado se aferraría a ella tanto como pudiera.

Reina en un mundo de bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora