IX

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─ Demonios. Se me había olvidado. No puedes dormir con el calor de mis brazos...

:Ese pequeñito detalle sin importancia había causado todo esa situación, si tan solo la hubiera abrazado, quizás pudiera haberlo hecho sin problemas, el caso es que ya era muy tarde para hacer algo, su esposa estaba disfrutando de sus muslos, mucho más de lo que el esperaba, aunque el manjar para su esposa, era sin dudas, su glande cremoso, que ella personalmente, se encargaba de limpiar, gota por gota, no dejando escapar ninguna para sus labios y poder así, disfrutar de su sabor:

─ Si...creo que ser muy travieso. Me ha salido muy caro...

:Si solo con las lamidas, ya dejaba en una situación bastante complicada al vigor del varón, la cosa iba a peor cuando empezo a masturbarlo. Su mano era implacable con su falo, estimulando este con facilidad, al punto de devolverle la rigidez a este, pues lo había perdido levemente con la primera corrida, pero ante tremenda paja, era imposible no ponerse cachondo:

─ Bueno. Con eso no lo puedo discutir... Ahhh!

:La escena estaba siendo un deleite, cual Hentai, el cámarografo, descendió la vista hasta el trasero goteante de fluidos vaginales de la femina, mientras se observa al varón y a la femina, al fondo. Ella se movería de arriba a abajo sin parar, estaba devorando esa polla qué profanaba lo más profundo de su garganta, haciéndole expulsar quejidos ahogados y húmedos pues se escuchaban las succiones golozas qué está daba a tremenda polla:

─ Joder cielo... Me encanta como me estas deslechando. Vamos nena. Sigue comiéndote mi rabo!

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