Capítulo IV

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Las noches en el dormitorio no son lo que esperaba, esperaba sentirme un poco incómoda por el espacio, por estar prácticamente sola, en una escuela y en un nuevo país, pero es todo lo contrario, me siento cómoda, me gusta el saber que hay muchas cosas que tengo que descubrir, personas con las que me toparé, y si siguen siendo tan lindas como las que he conocido, seré muy feliz.

Escuché un par de golpes en mi puerta –Vero, soy yo, Zack, abre ̶ me paré de la cama, dejando a un lado el computador, y fui a abrirle.

̶Hola Zack, pasa –cerré la puerta una vez que el chico de ojos verdes entró

̶Hay que hacer algo hoy ¿te apetece?, es que las cosas en el dormitorio están bastante aburridas, y te quiero dar un tour por la ciudad.

Zack estaba en el edificio de a lado, él se había "mudado" unos días antes de que yo llegara, por lo que el sí tenía compañero.

̶Y mi compañero no hace nada, literalmente, está como encantado, le hablo y se asusta, está como Dudley cuando ve a los dementores, lo juro.

Reí por la comparación con el chico de Harry Potter –Vamos, alguien no puede ser tan asustadizo, deja me cambio y vamos por tu compañero –caminé hacia mi maleta, aún no sacaba nada de ahí ̶ ¿Cómo se llama?

̶No lo sé, intenté preguntarle, pero no me contestó.

Me puse unos janes, unas botas, y una sudadera; aún no me acostumbraba al clima de Edmonton.

Salimos del edificio rumbo a la habitación de Zack – ¿lista? ̶preguntó Zack una vez que estábamos parados frente a la puerta de su dormitorio.

̶No es como si fuera un asesino serial o algo, solo es tímido y no te tiene confianza.

̶ ¿Cómo sabes que no está actuando y en realidad si es un asesino? –Arqueó una ceja

̶Bueno, em, no lo sé, espero que sea tímido nada más –abrí la puerta de la habitación ̶ ¿Hola?

̶Eh, hola –el chico con gafas, cabello alborotado castaño y con un jersey de Ravens salió disparado hacia su cama ̶ ¿qué hace ella aquí Zack?

̶ ¿No que no habían hablado? –Murmuré en dirección a Zack.

̶No lo hicimos, te lo dije, es un asesino serial –susurró él

̶ ¿Te gusta? –pregunté refiriéndome al equipo del jersey del chico, él, frunció el ceño ̶ Ravens, es que llevas la camiseta del equipo –hice señas con la mano, señalándome el torso

̶Ah, sí, son un buen equipo. –habló con un poco más de seguridad

Intentamos sacarle plática, no logramos sacar más cosas allá de su nombre, que es Noah, que estudiará edición y creación de programas, y que tenía diecinueve años al igual que Zack; lo convencimos de salir con nosotros.

El plan era conocer más la ciudad, llegar a lugares pequeños que pocas personas conocieran.

̶Y Noah –empecé a sacarle plática mientras caminábamos por una calle de la ciudad ̶ ¿eres de aquí?

̶No ̶silencio

Vaya, a este chico no le puedes sacar más palabras.

̶De acuerdo, Zack, ¿A dónde vamos ir?

̶Pues, hay varias cosas que ver, está el zoológico, o podríamos ir a un mall acuático, aprovechando que está haciendo algo de calor –lo miré con extrañez.

̶ ¿Calor? Si estamos como a -30°.

̶De hecho estamos a 15° ̶por fin habló Noah, Zack y yo volteamos inmediatamente la cabeza en su dirección ̶digo, no hace tanto calor, pero tampoco llegamos a tan bajas temperaturas.

Seguimos caminando por la ciudad, Noah iba soltando comentarios de a poco, ya hablaba más, hasta que se le ocurrió que fuéramos al barrio antiguo de Strathcona, así que tomamos un taxi hasta aquel lugar; los tres bajamos del transporte y empezamos a explorar.

Según Noah, el clima sería cálido, pero después de unos 5 minutos después de predecir el clima, empezó a llover, la caída del agua era paulatina, no era necesario irse a resguardar, la caída de la lluvia, no era ni lo suficientemente fuerte y abundante para lograr empapar; se había nublado, pero según los chicos con los que iba, aún no era lo suficientemente frío para morir congelado.

Vale, ya me caía mejor, ahora no era la única que no tenía futuro de vidente.

Seguimos caminando por las calles de Strathcona, las calles si hacían ilusión al nombre del lugar barrio antiguo de Strathcona, pisos con diseños, edificios mucho más bajos que los de donde estábamos, calles tranquilas, se veían pocas personas en autos, la mayoría iba caminando, en dirección a sus casas, porque la lluvia se comenzaba a hacerse abundante.

̶Creo que es hora de irnos, antes de que pesquemos un resfriado y faltemos a la primera semana de clases –los tres caminamos hasta la señal de autobuses

̶Está lindo, deberíamos de venir algún otro día, un día que no llueva a cántaros.

̶Tampoco está lloviendo tanto Vero, pero si, tienes toda la razón, hay que hacer un tour, no conocía aquí, y eso que toda la vida he vivido en Alberta, sabía de la existencia del lugar porque los tíos de un amigo viven aquí, pero nunca lo había visitado –seguíamos esperando el bus.

Poco a poco la calle se iba llenando de agua, cualquiera que pasara rápido, nos arrojaría agua y quedaríamos empapados.

Dicho y hecho, un jeep negro pasó por la calle, arrojándonos el agua que yacía debajo de la acera; el conductor del auto se asomó por la ventana, un chico con el cabello castaño y piel clara; gritó lo que me pareció escuchar el nombre de Zack y volvió a meter la cabeza al auto.

̶ ¡IDIOTA! –Grité, pero supongo que fue inaudible para aquel chico ya que ya se veía lejos de nosotros.

Los chicos a mi lado se quedaron quietos, Noah, tenía el aspecto de Dudley que había dicho Zack, limpiando las gotas de agua de sus gafas, y Zack, tenía una sonrisa pequeña mientras sacudía levemente la cabeza.

Genial, ahora tenía más frío por estar mojada.

̶Ve el lado positivo Vero. ¡Nos hemos refrescado! –Reté a Zack con la mirada ̶ ¡Vamos! Hacía calor, te lo dije.

Después de unos minutos el bus por fin pasó, anhelaba llegar a mi cuarto y cambiar la ropa mojada.

̶Lo siento, así mojados no los puedo dejar entrar. Están empapados, ¿Dónde se han metido?, no está lloviendo tan fuerte. –Exclamó el conductor y nos hizo retroceder hacia la salida del trasporte

Quedamos otra vez esperando a que alguna alma bondadosa, tuviera piedad de nosotros y nos dejara entrar a su transporte.

Noah estaba viendo algo en el celular –Creo que tendremos que caminar hacia el campus, ese ha sido el último autobús que va hacia la universidad.

Y caminamos, y caminamos y caminamos más...

Y nadie se apiadó de nosotros.

Así Somos (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora