Algo atrancaba la puerta. Liam volvió a empujar de la puerta, pero ésta solo se abrió unos centímetros. Ya estaba preocupado. Después de que su amigo Niall le había llamado, para avisarle que se iba a tomar tres días de vacaciones, estaba feliz. Pero ahora, 8 días después de esa llamada, ya estaba preocupado.
Volvió a empujar, la puerta se abrió un poco más. Tomó aire y empujó de nuevo. Asomó la cabeza y se dio cuenta de que un sillón era lo que obstruía la entrada. Frunciendo el seño, entró por la pequeña abertura de la puerta.
La casa estaba completamente obscura. La poca iluminación que había era la luz que se filtraba por las orillas de las ventanas, donde las cortinas no alcanzaban a cubrir. Las mesas estaban llenas de basuras y el piso, de ropa.
Entró a la cocina. La encontró llena de cajas de comida rápida, y obviamente, en ellas todavía había comida en descomposición.
- Al menos no te vas a morir de hambre - pensó con cierto asco. Por fin, tomando lo que consideró una decisión temeraria, entró en el dormitorio de su amigo. Inmediatamente, el olor a alcohol le inundo la nariz, lo que hizo que empezara a toser. - Hombre, ¿cuánto tiempo llevas así? - dijo para sí.
Se dirigió a la ventana y de un tirón abrió las cortinas. La luz del sol inundo la habitación, provocando un gruñido por parte de su habitante.
- Cierra las cortinas - exigió. Liam no lo hizo. - ¡Maldita sea, ciérralas! Tengo un dolor de cabeza insoportable. Ciérralas -. Liam se compadeció de él y las cerró un poco, pero con esos breves instantes se dio cuenta de que por lo menos había cinco botellas de whiskey, vodka, coñac, brandy y tequila tiradas por el cuarto.
- No me sorprende la resaca que tienes si te tomaste todo eso tú solo -. Le dio la vuelta a la cama y se sentó a lado de su amigo. Tú jamás tomas más de la cuenta. ¿Qué pasó?
Niall se sentó masajeándose las sienes - Camilla, ella pasó. - Dio un quejido de dolor. Liam no dijo nada y esperó a que su amigo continuara. - Hace tres días fui a su casa, o al menos eso creo, no estoy muy seguro de que día es-.
- Jueves - le aclaro Liam.
- Entonces fue hace una semana. No estaba, así que decidí llamar a su oficina para ver si estaba ahí, y en efecto, ahí estaba. Pero no estaba sola estaba revolcándose con el viejo rabo verde de su jefe - en su voz, la furia iba en aumento - y cuando me vio, la muy zorra, todavía me dice que ella no quería, que él la obligó.
- ¿Así que la señorita presumida al fin se destapó? - dijo meditabundo - ¿Por eso estás así?-.
- ¿Y cómo quieres que esté? Era mi novia. Es más, mira - abrió uno de los cajones de su buro, sacó una cajita negra de terciopelo y se la aventó a Liam - hasta le compré un anillo de compromiso. Iba a llevarla a cenar para dárselo y ella me pone los cuernos.
- Lo mejor que te puede pasar, Niall, es que no te pase. Ella no es para ti y lo descubriste justo a tiempo, antes de verte encadenado a una mujer así toda tu vida -.
- Todas las mujeres son así, Liam. ¿No lo ves? Todas son unas interesadas -.
- No, no todas son así. No puedes creer que todas las mujeres sean así solo porque una te engañó -.
- Sí lo son - dijo con resentimiento.
Obviamente no iba a conseguir que Niall cambiara de opinión, así que decidió cambiar de estrategia. - Pues si lo son, no debes permitir que te afecte -.
- No me afecta -.
- No, claro que no - dijo con sarcasmo - claro que te afecta, Niall, jamás habías tomado más de una copa en una noche, jamás habías faltado al despacho, tu casa siempre había estado impecable, tu carro limpio, tú siempre vestido muy formal y ahora mírate - levantó una mano señalándolo -.
- Tú mismo dijiste que necesitaba vacaciones - le reprocho.
- Sí, pero no así. Todo esto es culpa del alcohol, y el alcohol no te va hacer olvidar lo que camilla te hizo -.
- ¿Y qué sugieres que haga? -.
- Que recuperes tu vida. Limpia esta casa y tú vuélvete un poco más civilizado: rasúrate la barba, vístete bien, y vuelve a trabajar. Mantén tu mente ocupada -.
- No puedo pensar ahora - dijo dejándose caer en la cama.
- Pues te tengo una sorpresa, un caso que no te va a hacer pensar mucho. Es una pintora -.
- ¿Pintora? No. Ahora no quiero tener nada que ver con mujeres - dijo en un gruñido.
- En un caso pequeño. No creo que te lleve más de una semana. La señora dice que un hombre, al parecer su antiguo representante le robó unas de sus pinturas, y que la vendió como suyas -.
- ¿Es señora? -.
- Eso creo, la verdad no la conozco, pero dice que lleva toda la vida siendo pintora, así que supongo que ha de ser mayor, por lo que no provocara algún daño... A menos que te guste la necrofilia - dijo burlón.
- Está bien. Supongo que tienes razón, lo mejor será recuperar mi vida. ¿Cuándo la veo? -.
- Mañana a primera hora. Tienes todo el día para desintoxicar tu cuerpo de todo el alcohol consumido -.
- Eso lo puedo hacer. Entonces, la veré a las 11 de la mañana -.
- En realidad, cuando dije primera hora me refería a las nueve de la mañana -.
- ¿Nueve de la mañana? -repitió incrédulo - pero, si para los abogados la primera hora son las 11. ¿Qué le pasa a esa mujer?
- Eso mismo dije yo. Y es otra razón para creer que es mayor de edad. Quiere la cita a esa hora para no alterar sus horarios alimenticios -.
- En ese caso, espero que le hayas dicho que si quiere verme a esa hora será para que ambos desayunemos - dijo con cautela.
- Lo hice. Dijo que no había problema, que te vería en el restaurante Solea a las nueve de la mañana y que por favor seas puntual, no le gusta esperar a las personas -.
- Seguramente una mala experiencia de su juventud - soltó una carcajada. Al percatarse de ello, se calló inmediatamente, era muy cruel burlarse de una viejita. Se aclaró la garganta- ¿Y cómo nos vamos a reconocer? -.
- Dijo que hicieras la reservación a tu nombre, ella solo preguntará por tu nombre y listo -.
- ¿Y cómo se llama nuestra artista? -.
- ______.
- ______ ¿qué?
- Solamente _____, al parecer es su nombre artístico.Viernes. Eran las 8: 40 de la mañana cuando Niall llegó al restaurante Solea. Un mesero lo llevó hasta su mesa. Estaba lista, para dos personas. El mesero retiro la silla y Niall tomó asiento.
- Buenos días, señor, ¿algo de tomar? - preguntó el mesero.
-Sólo un café, gracias - respondió Niall.
El mesero garabateó algo en su pequeña libreta y se alejó de la mesa caminando lentamente. Niall miró su reloj. Maravilloso, faltaban 15 minutos para que su viejita llegara. Bueno, no tenía mucho que hacer así que decidió admirar el paisaje.
Claro que en un restaurante no había mucho que observar, hasta que sintió una mirada sobre él. Cuando levantó la vista se encontró con que una mujer lo miraba de cuando en cuando, con sonrisas coquetas y jugando con su rubio cabello. En ese momento el mesero obstruyó el contacto visual cuando le llevó el café a Niall.
Cuando volvió a ver a la rubia, ella lo seguía mirando discretamente por el rabillo del ojo. Niall le puso un poco de leche y azúcar a su café con la mirada fija en ella. La mujer volteó abiertamente, sonrió y le guiñó un ojo. Niall solamente levanto su café a modo de saludo y dio un trago, sin despegar la mirada de ella.
- Si ya terminó de estar coqueteando ¿puedo sentarme? - pregunto una voz femenina a su lado.
Niall se atragantó con el café, pero se puso de pie inmediatamente. Cuando miró a la joven que estaba a su lado se quedó anonadado. Sus ojos escrutaron cada centímetro de su cara, su sedoso cabello rojo que le caía por los hombros y sus... - No estaba coqueteando - logró al fin decir.
- No, claro que no - dijo ella dándole por su lado - ¿puedo sentarme?
- Aunque me encantaría compartir la mesa contigo, me temó que no puedes - aclaró él.
- ¿No es usted el Licenciado Tomlinson?
- Si, soy yo pero estoy esperando a.... -.
- A mi - dijo ella terminantemente interrumpiéndolo.
La mirada de Niall la recorrió por completo. Tratando de no demorarse mucho en su escote, miró su vestido floreado, sus blancas piernas y sus sandalias. Después de su riguroso examen volvió a mirarla a los ojos.
- No, creo que no, señorita. Yo espero a una pintora mayor.
- Si con mayor se refiere a una gran pintora entonces, gracias.
- No, yo hablo de una persona de la tercera edad.
- ¿Acaso parezco una mujer de la tercera edad? - La voz de ______ estaba teñida de indignación.
- No, por supuesto que no. Yo no dije nada así - se apresuró a aclarar Niall.
- Acabas de decir que estabas esperando a una mujer de la tercera edad cuando me esperas a mí.
- ¿Tú... tu eres _______? - preguntó un poco anonadado.
- Si, yo soy - Niall no dijo nada - ya puedes cerrar la boca, eh.
Instantáneamente Niall reaccionó, rodeo la mesa y retiró la silla para que _______ tomara asiento. - Perdón, es que... me dijeron que era una mujer mayor, simplemente no me esperaba a alguien como tú. Siéntate por favor.
- Gracias - pasó frente a Niall y el aroma de su perfume se quedó grabado en su memoria.
Niall volvió a su lugar y se sentó. No hizo nada, no habló ni se movió. Solo se dedicó a observarla.
- Si ya terminó con su examen sobre mi persona, ¿podemos empezar con mi problema? - sintiéndose un poco incómoda ante el estudio de Niall.
- ¿Puedo hacerte una pregunta antes de cualquier cosa? - ella asintió - ¿Porque hiciste una cita a tan temprana hora?
Esa pregunta no era para nada lo que ella esperaba - Pues porque tengo que desayunar, además, no tengo un horario bien definido y esta es la única hora a la que podía - ________ tuvo la sensación de que Niall no había escuchado ni una palabra de lo que dijo -este... ¿podemos comenzar?-.
-¿Qué?... Ah, sí, claro, claro. Voy a llamar al mesero para ordenar.