Capítulo 1 - ¿Qué quiero?
El clímax aumentaba mientras la sangre hervía, ninguno de los dos guerreros cedía a los ataques del enemigo. Danzaban bajo la luna llena como bestias imbuidas en la mirada de su contrincante. A la vista de extraños podría parecer una lucha pareja, pero no lo era, uno de ellos apenas podía mantener su respiración, mientras el otro poseía una risa irritante que por más que intentaba no podía borrar. Disfrutaba el instante, la lucha cercana y el constante peligro de perder la vida, lo excitaba el potencial de su contrario, hacía tiempo no se encontraba alguien digno de su capacidad. Pero ya el joven estaba en su límite, el desgaste era insoportable y aunque sus golpes mantenían el mismo ritmo no así sucedía con la potencia.
—Vaya que me he divertido contigo— Musitó el hombre de la sonrisa permanente, alto y de porte imperial, mientras hacía distancia entre los dos —Es una lástima que todo terminé así— Se mordió el labio inferior mientras observaba detenidamente las paredes desgastadas de barrio pobre, el callejón en el cual se encontraban no tenía mucha iluminación y solo podían vislumbrarse por el brillo que el astro celeste les regalaba —Tenias un gran potencial jovencito…— Sacó un pañuelo de su pantalón blanco en un principio y se secó el sudor que corría por su cuello, peinó con la mano izquierda su largo cabello marrón acto seguido restregó sus manos para calmar las ansias, la risa malévola tomó control de su rostro.
— ¡Hablas como si ya estuviera muerto! — Gritó el jovencito intentando mantener el autocontrol y no caer en una provocación que lo llevaría a la muerte. La pelea ya se remontaba a más de veinte minutos y aunque él era uno de los mejores del barrio no pudo en todo el tiempo colocar un golpe certero que lo llevase a la victoria, caso contrario, estaba seguro que aquel hombre de estilo amanerado no había demostrado su verdadero poder.
—Jajajaja… que lindo— Cubrió su rostro y tapaba su boca para reprimir las carcajadas — ¡Estás muerto! — Fijó sus ojos amarillos en el mozalbete que estupefacto por tal penetrante mirada no pudo reaccionar a una estocada en su pecho. Vio como un rayo lo atravesó y lanzó de bruces sobre los tinacos de basura cercanos, rodó varios metros antes de comenzar a jadearse en busca de oxígeno que alimentara sus pulmones, había sangre en su boca y el sabor amargo era lo único predominante en su mente.
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Era de madrugada ya, Augusto no podía dormir de la emoción y aunque estaba lejos de ser su primera vez seguro fue la más excitante. Mordía su antebrazo derecho para sentirse vivo mientras abría y cerraba su mano izquierda.
—Este poder… ¡es divertido! — Saltó de su cama y empezó a bailar con música que el mismo tarareaba, así fue por varias horas antes de caer rendido ante el Dios de los sueños.
El canto de las aves lo despertaron, odiaba las mañanas y su esplendoroso brillo, prefería la noche y su magnífica oscuridad, donde se disimulaba todo y se podía ser quien quisiera sin temor a ser reconocido.
—Señor Augusto— Alguien tocaba la puerta, pero muy bajo, con temor de ser escuchado —Señor… recuerde que tiene presentación hoy— la voz seguía temblorosa.
— ¡No me digas que hacer plebeyo! — Gritó abriendo la puerta de un golpe —Soy de la nobleza y puedo hacer lo que desee, cuando y como quiera — Acercaba su cara intranquila y con un tono de despotismo a la del empleado que apenas tenía días de ser contratado.
—Su ma… dre, me pidió que lo… lla… ara Se… se… ñor— Augusto estaba muy cerca y el joven criado se sentía acosado y sudaba sin control, inhalar se le hacía difícil, era como si su garganta estuviera sellada.
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Alma fría
Mystery / ThrillerSiempre se ha dicho que el alma es una extensión divina, el aliento sagrado de los seres superiores. Estas divinidades cuentan con un poder que va más a allá de lo imaginado y lo reservan para su uso exclusivo dejando a los seres creados con pocas c...