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Ahora que saben como la conocí empieza la tormenta.

(en la escuela/colegio)

- Para qué crees que te haya llamado la maestra de literatura Freen? -

- No lo se, pero me muero de nervios, ojala no sea nada malo -

Llegue a la puerta del aula, para mi mala suerte estaba Rebecca, la unica clase que compartíamos era historia. Al verla ahí sudada y con el pelo revuelto hizo que me temblaran muchas cosas.

- Hola maestra, ¿para qué me necesitaba? -

- Ven pasa -

La verdad no queria pasar pero Nam me dio un empujón y tuve que entrar, me dirigía hacia el escritorio donde se encontraba, parecía que el maldito camino que había de la puerta hacia el escritorio era interminable, sentía todas las miradas puestas en mi.

- Te hable por tu poema, queria que lo presentaras ante todos, pero mejor decidí que tu presentaras el nombre del poema ya que eres la autora pero -

- Pero... -

Estaba temblando del miedo.

- Quiero que lo presente Rebecca va a ser como un castigo para ella por algo que hizo, pero pueden ir a practicar al ''aula grande'' tu puedes ver como lee el poema si te gusta, entonces ella lo dirá -

- Ah la verdad no sé que decir, yo estoy de acuerdo si ella quiere -

La maestra sabía que yo no queria hablar enfrente de todos por eso le pedí que consiguiera alguien que lo leyera, pero Rebecca eso no me lo espere aunque solo era por un castigo-

La maestra volteo a ver a Rebecca y ella solo asintió, después de todo no tenía opción.

- Perfecto entonces puedes irte Freen -

Salí de ahí eufórica.

- Eso!!! por fin alguien va a rechazar a Rebeca, espero y le digas que lo hace mal así no lo dirá ella -

- Nam... sabes que no puedo hacer eso, la maestra también ira en veces a supervisar y me pedirá mi opinión -

- Bien, bien, pero si lo hace mal le dirás que no -

Las clases terminaron y cuando por fin llegue a mi casa me sentía tan... feliz por algún motivo.

- ¿Cómo te fue hija? -

- Bien, mamá, solo un poco cansada ire a dormir un poco, sí? -

Antes de que digiera algo ya estaba en mi cuarto acostada.

Pensaba mucho en esos ojos color avellana hasta que logre dormir algo antes de ir a la cafeteria con unos amigos.

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Holaaa, ahí viene lo bueno, no desesperen

Las miradas no mientenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora