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Después de aquel incidente, ____ decidió volver a su cuarto con ayuda de una mucama, evitando así perderse por los pasillos de la mansión, estaba más que molesto la idea de que lo igonoraran y lo mandarán a la mierda lo enfureció. Arrastrando sus pies de un lado a otro, dando vueltas en su habitación llevando sus manos hacia su rostro tallando con frustración respirando de manera agitada, quería llorar si, pero la razón no era de tristeza si no de coraje.
— son un par de idiotas... estoy harto de toda esta porquería....
Se mordió un labio frustrado, no tenia en mente lo que iba a hacer estaba jodidamente perdido. El sonido de un par de golpes suaves en la puerta lo hizo volver a su mundo, camino hasta ella entiendo lan puerta encontrándose con su ¿mayordoma? Alzó una ceja mirando a la alfa con visible curiosidad, ¿la habrán mandado? Se pregunto asi mismo.
— perdón si lo interrumpí señorito, pero el almuerzo está listo es hora de que baje.
El moreno la miro dando una ligera sonrisa, la alfa se hizo aún lado permitiendo que el Omega saliera de su habitación cerrando la puerta en el proceso.
— sígame por favor.— Meghan dío una media vuelta de manera elegante comenzando a caminar en pasos suaves, ____ la siguió pocisionandose a un lado de ella. Era demasiada alta y bastante atractiva tenía un aura agradable pero a la vez pesada e intimidante eso le causó ligeros escalofríos.— antes de irse, azul-sama permitió que usted explorará la mansión si así lo desea.
— oh, gracias por decirme podré por lo menos salir de esa habitación y no aburrírme... por cierto, espero no sonar entrometido pero ¿siempre has trabajado con ellos?.
Meghan soltó una risa, mirando alegre al más bajo, la respuesta era clara, Meghan desde que tenía memoria había ofrecido sus servicios a los tres alfas. No desde obstante desde que era pequeña.
— claro, he servido a los tres amos desde que tengo memoria, por así decirlo desde que era pequeña.
____ arrugó la nariz algo disgustado, se imaginaba todo el trabajo que la chica debió de llevar desde su infancia. Un gran sacrificio para el, sin decir; por lo menos el no había tenido una infancia tan estricta y jodida. Había uno o que otro momento de felicidad aunque no era siempre.
