Todo rey necesita una reina
Toda mujer debe Casarce al llegar a la mayoria de edad, muy pocos son los q cuentan con la capacidad de casarse con quien aman en la nobleza.
La familia Yoshida, era una familia principal directamente vinculada con la economía en dos reinos, el trebol y la Pica. Los Yoshida controlaban un monopolio comercial, sus relaciones con países como el sol naciente y el corazón eran apreciados por todos los reyes. X esta razón, eran tan importantes. Esta familia, acostumbraba a tener hijos varones q fueran fuertes y gozarán de gran salud. Sin embargo, hubo una generación donde, nacieron dos mujeres. Melissa y Lucía Yoshida. Unas gemelas q contaban con gran belleza, cabellos tan negros como la mismísima noche y tan suaves como la seda. Mientras sus ojos brillantes eran verdes y azules respectivamente.
Para estas gemelas, el destino había creado una prueba cruel. Nacer en la familia más machista posible. Donde eran tratadas como meros objetos. Allí, se les enseñó q la mujer noble solo tenía dos usos: uno, concebir hijos y dos, ser figuras públicas. Simples rostros bonitos q sus esposos puedan presumir. X esta razón ambas eran muy conscientes, su padre las cambiaría hasta x un trozo de pan viejo. X esto, llenaron la debilidad con la q habían nacido en su familia con resultados.
Resultados sociales, personales, familiares, pero sobretodo, monetarios. Cuando el dinero comenzó a llegar a casa de su parte, cuando sus relaciones entre los reinos aumentaron creando un monopolio de comercio, cuando sus "padres" comenzaron a ser cariñosos y darles regalos. Entendieron q habían logrado algo q sus padres querían y como giraba entorno a su imagen, las cosas cambiarías a nivel familiar. Pero no mucho.
Desde q había conocido a Yuno, meli solía escaparse de casa durante horas y volvía en compañía del antes, nombrado.
Paseaban x campos, hacían picnis, solían acostarse a ver las estrellas en la hierba. Hacían cualquier cosa con la excusa de simplemente pasar tiempo juntos. Ninguno conocía el apellido del otro, a los dos les valía su clase social. Ambos simplemente, disfrutaban el momento en tranquilidad
Pero una noche, mientras volvían a casa, sus citas dejaron de ser fantasmas.
Gracias Yuno, me divertí mucho contigo hoy- exclamaria meli con una pequeña sonrisa, abrazándolo durante unos segundos
Nos veremos mañana, enana- Yuno había aprendido q a Meli, realmente no le gustaba especialmente q le llamaran x su nombre así q disfrutaba llamarla enana. Aprovechando q incluso tenía q ponerse de puntillas y estirarse para poder darle un beso en la mejilla.
Ey, no seas malo- golpearia juguetonamente su hombro, dándose media vuelta para dirigirse a la mancion de su familia
Cuídate, enana- Yuno Pronunciaria, mostrando una sonrisa. Mientras desaparecería en una arca de viento
Pero, entre la oscuridad q rodeaba la Mansión unos ojos habían observado todo el intercambio y pensaba q hacer. Debía avisarle inmediatamente a su jefe pero sabía q podría traerle problemas a la señorita Meli, ella siempre le había ayudado. Pero nada quitaba q ella trabajaba para su padre y q su familia necesitaba del dinero q ganaba y sería despedida inmediatamente si ocultaba información del monarca de la familia. Entre la espada y la pared. Aquella sirvienta q respondía al nombre Kuromi. Se dirigió hacia el piso subterráneo de la Mansión
Oh, kuromi, ¿q haces aquí cariño?- la esposa del monarca fue la primera en recibirla. Ella era una mujer muy amable q tuvo q casarse con quien es actualmente el monarca y habia soportado x años su machismo, solamente xq el divorcio estaba muy mal visto.