Destino

12

La luz del sol se colaba a través de las persianas y alrededor de las cortinas con la intención de iluminar la habitación. A un lado, una escultura de vidrio filtraba el haz creando un efecto de arcoíris que salpicaba la cama en la pared opuesta. Los colores brillantes fueron lo primero que llamó la atención de Jennie. Se movió solo lo suficiente para ocultar su rostro bajo su brazo derecho en un intento de evitar el brillo ofensivo. Eso duró solo unos minutos más hasta que la creciente intensidad la persiguió fuera de la tierra de sus sueños. Se volvió hacia un lado y abrió lentamente los ojos. Su cerebro reaccionó rápidamente a la luz brillante y, entre los ojos entrecerrados, la cabeza palpitante y la boca seca, Jennie diagnosticó fácilmente la situación. "¡Genial! Una resaca", gimió pasándose una mano por el pelo. 

 Poco a poco, Jennie comenzó a asimilar su entorno. El color de las paredes, los muebles colocados alrededor de la habitación, las cortinas y el piso, nada parecía familiar. ¿Dónde estoy? Jennie comenzó a entrar en pánico mientras rodaba sobre su espalda. "Ese no es mi techo". Confundida, Jennie se volvió hacia un lado y sus brazos se encontraron con almohadas grandes y cómodas. "Estas no son mis almohadas y esta NO es mi cama". El latido del corazón de Jennie se aceleró cuando pateó las cobijas solo para ser golpeada por una brisa fría.

 Al mirar hacia abajo, Jennie vio que solo vestía una camiseta sin mangas ajustada y bragas. Sorprendida, instantáneamente se cubrió el cuello con las cobijas en un esfuerzo por ocultar sus extensiones de carne expuesta. "¿Qué demonios?" Trató de recordar los eventos de la noche anterior pero fracasó miserablemente. Jennie se movió rápidamente para inspeccionar la habitación una vez más. Sus acciones aumentaron diez veces el dolor en su cabeza y se dio cuenta de que no era la mejor decisión que había tomado. 

  Mátame, solo mátame ahora.

Volviendo a hundirse en las almohadas, esperó a que cesaran los latidos. Cuando lo hizo, Jennie giró lentamente la cabeza hacia un lado y dejó que sus ojos vagaran por la habitación. En la mesita de noche había una nota, un frasco de pastillas y un vaso alto de agua. Jennie se inclinó, tomó la nota de debajo del vidrio y la leyó. 

Buen día, Lo siento, pero no pude quedarme a despertarte debido al trabajo. Dejé un par de Tylenol para el dolor de cabeza que seguro vas a tener. Bebe toda el agua, te ayudará. Hay café fuerte y caliente en la cocina si lo desea. Siéntete libre de tomar una ducha o cualquier otra cosa que necesites. Tu ropa está cuidadosamente doblada en el sillón cerca de la ventana. Me tomé la libertad de quitarlos anoche, ¡pero no te preocupes, no me aproveché de ti! Hay comida en la nevera y puedes quedarte todo el tiempo que quieras, nadie te molestará aquí. Cualquier otra cosa que necesites solo llámame, mi tarjeta está al lado del teléfono. Disfruta tu estancia, 

 Lisa. 

 "Sabe cómo tratar a una dama, detective". Un dejo de sonrisa cruzó los labios de Jennie mientras tragaba el Tylenol que Lisa le había dejado. Jennie se recostó contra las almohadas soltando un suspiro de satisfacción cuando los destellos de la noche anterior comenzaron a regresar a ella.

Lisa llevó a Jennie a un bar temático mexicano y le indicó que se dirigiera a una mesa vacía. Jennie vio a Lisa saludar al cantinero y sonrió ante el encanto natural de la mujer mientras hablaba con algunos otros clientes mientras esperaba que les prepararan las bebidas. Jennie sintió una punzada en el corazón cuando una mujer pelirroja se acercó a Lisa y la abrazó por detrás susurrándole algo al oído. Decidiendo ignorar el sentimiento, Jennie apartó la mirada y se concentró en el entorno. El bar estaba más oscuro que la mayoría, débilmente iluminado solo por varias luces de ferrocarril pasadas de moda que colgaban al azar alrededor del techo. Había una enorme bandera mexicana colgada en la pared detrás de la barra y algunos taburetes a lo largo del mostrador. Jennie vio a Lisa acercándose a la mesa con dos vasos de margaritas congeladas con pequeños sombreros encima.