Destino

9

Lisa apagó el motor y miró hacia el segundo piso de la estación de policía donde se encontraba la división de homicidios. El despegue repentino de una horda de mariposas en su estómago la hizo agarrar el volante con ambas manos. Cerró los ojos y giró el hombro en un esfuerzo por relajarse. 

En cambio, hizo justo lo contrario y los músculos de su hombro se acalambraron. La afluencia de dolor la tomó con la guardia baja y Lisa se preguntó si todavía era por el tiroteo o por la ansiedad de volver a su antigua vida. Respiró hondo y dejó salir el aire lentamente mientras miraba el edificio con temor. Lisa se miró en el espejo retrovisor y vio algo en sus ojos que nunca antes había visto, vacilación. Lentamente, abrió la puerta y salió del auto sintiéndose un poco mareada mientras se levantaba. Caminó unos pasos hacia la estación de policía preguntándose por qué su corazón latía tan fuerte. 

 "Me dispararon". Un repentino sentimiento de vulnerabilidad hirió su altivo ego. Salvaste una vida. Su voz interior rápidamente le dio la vuelta. "¡¡Mierda!! Me derribaron. Ya no soy su súper policía indestructible".Todo el mundo tiene sus defectos y tú no eres una Diosa. "¡Exactamente!" Lisa cruzó el estacionamiento y atravesó la puerta principal. "Soy un simple mortal que podría derrumbarse y caer como todos los demás". Al darse cuenta de que tenía miedo de no estar a la altura de las expectativas de sus colegas, se sintió inquieta, confundida e incluso un poco mareada. Lisa alcanzó el botón del ascensor y se dio cuenta de que estaba temblando. Atónita, Lisa se quedó mirando su mano temblorosa. "Cristo, ¿ahora qué?" De repente se sintió mareada. Lisa cerró los ojos muy consciente de su respiración.

 Sintió una opresión en el pecho mientras su corazón se aceleraba y latía como si fuera a explotar. Lisa respiró hondo al darse cuenta de que estaba al borde de un ataque de pánico. Aunque parecía una reacción poco realista, todavía no podía evitar que la sensación de hormigueo en sus manos viajara hasta sus pies. ¡Cálmate! Lisa entró en el ascensor y se frotó las palmas de las manos cubiertas de sudor en sus pantalones vaqueros. Su corazón latía tan fuerte que podía oírlo. El sonido de tintineo procedente de las puertas del ascensor al abrirse la sobresaltó un poco. "¡Mierda!"Lisa respiró hondo para calmarse y se esforzó por recuperar la compostura mientras salía. "Terminemos con esto." Lisa buscó profundamente su determinación y empujó hacia adelante para abrir la puerta con una sonora ronda de aplausos. Lisa se sonrojó cuando el saludo la tomó por sorpresa. 

Acostumbrada a ocultar sus emociones, no tardó en recuperarse y aceptar el homenaje que se le estaba brindando. Ella hizo una reverencia ostentosa y la ovación se intensificó. Una vez que superó su conmoción inicial, Lisa no pudo evitar reír mientras se deleitaba con los silbidos y los vítores provenientes del grupo de oficiales apretujados en la habitación. Lisa escaneó uno por uno sus rostros hasta que se encontró con Jin que parecía el gato que acababa de comerse al canario. Su ceja derecha se arqueó mientras entrecerraba la mirada en su dirección. Es hombre muerto, teniente. 

 "¡Habla, habla, habla!" La sonrisa de Jin se amplió cuando comenzó un canto propio. Pronto todos en la sala se unieron. 

"Habla, habla..."

"Está bien, está bien", dijo Lisa haciendo un gesto para que la conmoción se detuviera. Lentamente inspeccionó la habitación mientras pensaba qué decir. "Tengo que admitir que me has pillado con la guardia baja aquí. Realmente, no sé qué decir". Lisa se aclaró la garganta. "Me gustaría agradecerles a todos por el apoyo, ya sea en forma de visitas, tarjetas y/u obsequios".Una sonrisa triste cruzó los labios de Lisa al pensar en un regalo en particular. "Disfruté especialmente la colección Playboy. Gracias, BamBam". Lisa lo destacó. "Tengo que admitir que hubo algunos artículos excepcionalmente buenos ese mes".