Destino

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Fuerte y enfocada desde el día que ingresó a la escuela de medicina, Jennie Kim pronto se convirtió en una de las mejores médicas de emergencia en la ciudad de Nueva York. Sus buenas habilidades interpersonales y habilidades de liderazgo le otorgaron el puesto de jefa de emergencias en el Hospital General del Condado. La doctora siempre tuvo un talento especial para la diplomacia; ella sabía muy bien cómo hablar para salir de situaciones estresantes. 

 "Taeyoung, ¿qué pasa con la actitud? Lo sé, tenemos mucho en lo que trabajar, pero no ves que mi cabello castaño se vuelva gris, ¿verdad? Además, tenemos seis meses para cambiar este lugar. Es una mejora" Jennie mantuvo un ojo en el estado del ascensor mientras dirigía con delicadeza la conversación con su colega. 

 "Lo sé..." El Dr. Dong negó con la cabeza exasperado, "pero ¿qué será diferente en seis meses?" 

 "Las cosas cambian, Tae. Quién sabe, tal vez dentro de seis meses seas el nuevo Jefe de Gabinete", dijo Jennie mientras se dirigía hacia las puertas del ascensor que se abrían. La expresión en el rostro de Taeyoung se volvió de perplejidad y rápidamente la siguió hasta el ascensor abierto. 

"¿Que se supone que significa eso?" 

 Jennie sonrió con gracia. "Digamos que su amigo, el Sr. Wilson y yo, tendemos a no estar de acuerdo". 

 Taeyoung sonrió, extendiendo una mano para evitar que la puerta se cerrara. "¿Alguien que dirige un departamento de emergencias ocupado se lleva bien con el gerente del hospital?" Abrió la boca para hablar más sobre el tema, pero su localizador lo hizo por él. "¡Maldita sea! Me tengo que ir, pero terminaremos esto más tarde", dijo dejando el ascensor para irse.

Jennie negó con la cabeza y regresó a la recepción. Examinó la pizarra, luego tomó algunos gráficos para revisar. "Evaluaciones de residentes" las palabras flotaron en el aire. "¿Cuándo vencen?" Jennie miró a su alrededor en busca de la fuente de la pregunta. Al no ver a nadie dentro de sus cinco pies, respondió con cautela mientras rodeaba el escritorio. "Siguiente lunes." Un gran montón de papeles en movimiento atrajo su atención cuando se resolvió el misterio de la voz incorpórea. Uno de sus médicos asistentes apareció, acurrucado detrás del escritorio, ocupado diligentemente en el papeleo. 

"Dr. Lee, ¿se está escondiendo de alguien?" 

 "Dios, olvidé cuánto papeleo es esto", murmuró. "Tengo pacientes muy enfermos en mi servicio y cada vez que me doy la vuelta hay un residente mirándome a la cara". 

 "Hemos estado allí y hemos hecho eso, mi querido Seungri. Así es como aprendimos". Jennie inclinó la cabeza hacia un lado y sonrió sarcásticamente. "Y ahora, estamos del otro lado del escritorio. Ese es el precio que pagamos por ser médicos de verdad". 

 "Cuando lo pones de esa manera, suena tan lógico" Seungri hizo una mueca. "Pero todavía no tiene que gustarme". 

 "Nadie dijo que lo hicimos". Jennie volvió a colocar el gráfico en su lugar. "Simplemente viene con el territorio, como despertarse de un sueño profundo a las 2 am". 

 "¡Ayuda, por favor que alguien me ayude!" 

 Jennie miró hacia arriba para ver a un joven que cargaba a un adolescente desmayado sobre su hombro. 

"Hablando del diablo", murmuró. 

 "Necesito ayuda, mi hermano ha sido estabilizado. Por favor, ayúdame". Los ojos expresivos soportaron su dolor, "Por favor". Fiel a su naturaleza, Jennie reaccionó agarrando una camilla y empujándola más cerca del dúo empapado de sangre.