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Te despertaste cubierto con tus edredones cuando tu teléfono sonó un par de veces haciéndote gemir y frotarte los ojos, sentándote, tomaste tu teléfono e hiciste todo lo posible para leer cualquier mensaje que recibiste.
¿Numero desconocido? Abriste tu bandeja de entrada y lentamente comenzaste a leer los textos. Tu visión borrosa dificultaba la concentración.
"Oye, este es Tom". ¿Lees el primer texto, Tom? Pensaste para ti mismo.
¡Tomás! Hizo clic en tu cabeza, el guitarrista con el que te habías acostado hace unas noches.
"Olvidaste tus anteojos, pensaste que los querrías de vuelta".
¿Tus lentes? ¿Qué gafas?
Extendiste la mano hacia tu mesita de noche, revolviendo las cosas mientras notabas que faltaba algo , tus anteojos.
Tus gafas dior.
"Joder..." murmuraste mientras marcabas el número desesperado por recuperar tu costoso accesorio.
"¿Hola?" Llamaste, "Oye, ¿es (T/N)?" Dijo la voz al otro lado de la línea.
"Sí, sí... umm, olvidé un poco mis-", "¿Gafas? Sí, sé que están aquí ahora mismo". Tom terminó la oración por ti con una sonrisa.
