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-Lo sé, pero realmente me gustaría pagar los gastos- Dijo extendiendo un papel con su número.
-Te dijo que no es necesario- Ryan estaba realmente celoso y no entendía la insistencia del chico desconocido.
-No sé si sabías, pero estoy hablando con él, no contigo- Lo observó por primera vez el otro chico y la forma en la que lo observó hizo que le hirviera la sangre, era una mirada socorrona y burlista, el chico estaba intentando hacerlo enojar.
-Y pues no sé si sabías, pero mi novio no necesita de tus servicios- El chico se quedó completamente pasmado sin decir nada. Ryan agarró el papel y lo tiró a un cesto de basura, tomó la muñeca de Jack y lo arrastró a la salida.
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-Hey! a dónde vamos?- Preguntó mientras era arrastrado por las calles.
-Tienes las manos lastimadas, así que vamos a mi casa- Espetó bastante serio el peliblanco.
-Vives por aquí cerca?- Dijo duditativo mientras se detenía.
Ryan asintió
-Tengo un departamento por aquí cerca, vamos y curo tus heridas- El pelinegro solo se dejó llevar.
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Al llegar Ryan sacó las llaves de su mochila y abrió la puerta, Jack pensó que realmente era un departamento bonito, este estaba en el tercer piso y era el número 12, se ve que le gustaba mucho ese número ya que también tenía un pin en su mochila con ese número, tendría que preguntar luego el por qué.
-Ok... Llegamos, espérame aquí, voy a buscar algo- Dijo para luego irse rápidamente a buscar algo a una de las habitaciones.
Jack se sentó en el sofá que estaba en la sala mientras esperaba a su amigo.
A los pocos segundo este apareció con un botiquín en las manos.
-No podías simplemente dejar que haga un hechizo de curación?- Cuestionó.
-Eso es imposible, eres un mago elemental no un mago de magia blanca, por ende no tienes el poder para curarte- Respondió simplemente.
-Y tú cómo sabes que soy un mago elemental?- preguntó algo sorprendido.
-Cuando vas a la clases de pociones tienes que preparar las pociones curativas como cualquier otro estudiante sin magia blanda en cambio Nikx que es una maga de magia blanca lo hace con su magia- Dijo mientras sacaba las cosas del botiquín.
-Está bien, tienes ra- Ouch!- se quejó al sentir un ardor en su mano derecha.
-Lo lamento pero es necesario- Se disculpó el otro.
Jack se quejó unos momentos más a causa del dolor hasta que este mismo terminó, Ryan guardó las cosas dentro del botiquín, agarró las manos del contrario y les dió un pequeño beso a cada una. Se levantó y fué nuevamente a la habitación a guardar las cosas. Cuando volvió el otro decidió preguntar algo que lo carcomía por dentro.
-Por qué actuaste así en el parque?- Preguntó curioso.
Lo único que supo hacer Ryan fué quedarse callado, realmente no sabía cómo explicarle al otro que se moría de celos cuando estaba hablando con ese chico, algo desconcertado por sus repentinos celos y sentido de posesión.
