10

422 25 11
                                    

Me quedé con la boca abierta, no supe cómo más reaccionar. "Nicki conociendo a su ídolo" decían los portales después, sin saber que en realidad era una expresión de desconcierto y predicción del desastre total.

Me esperaba una interacción incómoda pero, ¿por qué iba a serlo? Si él no tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando. Se acercó a mí con una gran sonrisa y me dio la mano.

-Me encanta tu música- dijo con un español bastante rústico.

-Gracias, qué honor. Sos un groso- asumí, porque en mi vida lo había visto jugar, ni a él ni a nadie.

Cada vez que recuerdo la situación, me sorprendo más de mi capacidad para haberla sorteado. Generalmente las interacciones con celebridades grandes me generaban ansiedad. No podía superar la tensión de tener tantos ojos sobre mí mientras estaba conociendo a una persona. ¿Qué pasaba si me caía mal?

Gracias a Dios, hasta ahí llegó mi vínculo con Neymar. Las luces se apagaron, y él fue a sentarse para la presentación. Yo no tenía idea de dónde ponerme, así que opté por quedarme parada atrás.

Entonces salió Emilia al escenario, junto con un grupo de bailarines. El humo y las visuales la acompañaron en su impecable performance de No Soy Yo, y yo me cuestionaba mi heterosexualidad históricamente asumida cada vez más.

Una vez finalizada, agradeció a todos los presentes por haber venido. Me resultaba muy raro que Fernando no estuviera presente en ese momento, y tenía la certeza de que tendría algo que ver con la presencia del futbolista. Este último no se privó de levantarse a aplaudir, ni de gritar eufóricamente.

En solo quince minutos, la presentación parecía haber finalizado. Eso confirmó definitivamente mis sospechas de que la presencia de Fernando estaba pronosticada, y cambió con tan poca anticipación que no hubo tiempo de inventar otra cosa.

Aproveché que todo el mundo seguía distraído con Neymar para pedir casualmente las direcciones hasta la suite en la que estaba Emilia. El camino fue confuso, pero tuve un indicador certero de que había llegado.

-¡Sos una puta de mierda!- escuché a Fernando gritar. -Me tenés cansado, no valorás nada de lo que yo hago por vos.

-Calmate, Fernando. Te dije que fueron dos mensajes, revisame el teléfono si querés. No sé qué hace acá.

-¿Querés que todo el mundo sepa que la mina por la cual me estoy jugando toda la carrera me paga garchándose a otro? ¿Te pensás que alguien me va a respetar después de esto? Estoy harto, hasta acá llegué. Mañana te voy a dejar en la calle, vos no sos nada sin mí.

Noté que la puerta estaba entreabierta, y me asomé despacio. A través del espejo podía verlos a los dos.

-Perdoname, gordo. A veces la pifio.

La respuesta de Emilia me había desconcertado, ¿qué era eso? ¿No estaba escuchando lo que él le decía? ¿Cómo podía responder con esa serenidad? ¿Por qué cedía?

-¡Andá a decirle gordo a Neymar!- dijo él mientras se acercaba a ella despacio.

-Te prometo que me voy a portar bien- afirmó ella, mientras él agarraba su pelo de una manera muy sospechosa.

-¡No te creo una mierda ya! Pensá cómo mierda vas a mantener a esa familia de negros que tenés, porque yo no lo voy a hacer más.

Tiró del mechón que sostenía y a Emilia se le escapó una queja. Él abrió la puerta y me miró despectivamente. Me empujó y se fue. Yo quedé inmóvil, mirando fijamente el espejo que me había servido de pantalla los pasados cinco minutos.

Nos encontramos | Nicki Nicole x EmiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora