𝗖𝗛𝗔𝗣𝗜𝗧𝗥𝗘 𝗨𝗡

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shinazugawa
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El sonido de un silbato fue lo primero escuchado por aquellos que transitaban en dirección a la preparatoria Kimetsu,  así mismo, aquellos que solo andaban pasando al rededor de la institución, apreciando al causante de aquel sonido tan molesto y frecuente, observando como el causante de este sonido era aquel maestro de cabellos negros con apreciaciones azuladas, así mismo aquellas esferas visuales tan hermosas y azules como la noche estrellada de van Gogh. El maestro de apellido tomioka se encargaba de supervisar que los alumnos de la preparatoria entraran como lo mencionaba el reglamento y protocolo de la misma.

Algunos de los pertenecientes a la institución lo saludaban, otros que ni lo volteaban a mirar siguiera, cosa que menos le importaba. Se mantenia con la mirada serena y tranquila, visualizando a los estudiantes que entraban, saludando a las hermanas Kochō que entraban como alumna y enfermera de la preparatoria. Suspiro pesado cuando la campana resonó en todo el lugar, tomo el portón de hiero y lo cerro hasta el final de las clases.

Circulaba por los pasillos de aquel lugar tan tranquilo las primeras horas del día, sin alumnos afuera, sin alguna clase a la cual entrar hasta la hora del almuerzo. Deslizo la puerta de la sala de maestros, encontrando al maestro de Historia; Rengoku Kyojuro, alguien agradable a simple vista.

─¡Buenos Días, tomioka!─ El animo que aquel hombre llevaba siempre lo hacia temblar, algo en realidad bueno, Tomioka aprecia que de vez en cuando aquel hombre de cabellos amarillos y rojizos siempre estuviera dispuesto a hablarle o integrarlo en el grupo de maestros, que ha decir verdad; Tomioka era el maestro menos querido por parte de los estudiantes hombres, y algunas chicas.

Este saludo por parte de Rengoku, llamo al mismo tiempo la atención de los maestros de artes y el maestro de matemáticas; Uzui Tengen y Sanemi shinazugawa, ambos mirando a dicha dirección de donde entraba el de menor estatura.

─Buenos Días─ Su voz serena salió en un saludo de vuelta hacia el mas alto, por apenas un centímetro. Aquel saludo hizo una pequeña sonrisa en el rostro del animado maestro de historia. Camino unos metros mas hasta llegar al lugar donde tenia mayormente sus cosas, sentándose en su asiento mientras hundía la cabeza en sus brazos, intentando dormir.

El sueño dominaba su mente como si fuera la cosa mas hermosa del mundo, pidiendo a fuerzas dormir y recuperar fuerzas, sin embargo debía estar al tanto de toda imprudencia o falta en las normas de la institución, soltó un pesado suspiro. 

─¿Se encuentra tomioka-san?─ Una voz dulce y calmada hizo un pequeño eco en la sala, una mujer de cabellos largos y unas pinzas de mariposa se asomo por la puerta con una pequeña sonrisa mencionando su apellido. Hizo que le hombre de cabellos negros alzara la vista. ─Tomioka-san, el maestro Himejima necesita ayuda con algunos alumnos revoltosos─

𝗕𝗘𝗦𝗢𝗦 𝗦𝗘𝗖𝗥𝗘𝗧𝗢𝗦 ┊ 𝖲𝖺𝗇𝖾𝖦𝗂𝗒𝗎𝗎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora