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—¡El partido finaliza con la selección argentina llevándose el triunfo directo a los octavos de final!
En cuánto los altavoces dijeron aquello, la afición completamente emocionada en el estadio continuó ovacionado a los jóvenes que habían dado todo durante el partido.
Los titulares se despedían de sus contrincantes con un amable saludo antes de encontrarse con el cuerpo técnico que les daba las felicitaciones por el puntaje final.
—La verdad que estoy orgulloso de todos ustedes, hicieron un partido merecedor de pasar a la otra etapa. — fueron las palabras de Mascherano hacia sus jugadores. —Todos hoy demostraron que no importan las castas en el fútbol, porque si se tiene lo que corresponde, la magia se demuestra igual.
—Y el amor también. — interrumpió Alejo con una gran sonrisa después de beber agua.
—¿Qué dice este villero?— bromeó Infantino en un murmuro a Soulé, que únicamente se encogió de hombros, sabiendo que la mente de su pareja era capaz de decir cualquier cosa.
—Y si, gino. ¿No viste que el primer gol lo hizo el tucumano gracias al centro de su cuchurrumin?
—Ah no, ¿Pero a vos te falla el coco o es la adrenalina del partido?— preguntó el leproso, fingiendo demencia ante las risas de sus compañeros.
—Brian, Alejo; guarden esas energías para los entrenamientos. Ahora vayan todos al vestuario así pueden tener el festejo que merecen.
Los demás se abrazaban y elogiaban con suma alegría por saber que el esfuerzo que pusieron, valió la pena mientras seguían al resto del equipo por el camino que los guiaba hacia dentro.
Ignacio prefirió no decir nada con la joda del canalla, sabía que lo hacía solo para molestar a su omega después de tanto tiempo conociéndose al jugar para el equipo del clásico rosarino.
Caminando en dirección a los vestuarios, fue detenido por el grupo de periodistas que siempre deseaban unas palabras por tan buen partido.
Y por suerte, estaba de muy buen humor.
—¡Maestro! ¡Acá!— pidió la atención un beta que le extendía el micrófono para que le responda. —¿Qué puede decirnos del partido de hoy? ¿El mismo rendimiento entre sus compañeros continuará ahora que se encuentran en los octavos de final?
—Estoy seguro que el rendimiento va a ser mucho mejor. Estamos todos emocionados de estar un paso más cerca de llegar al sueño que todos nosotros tuvimos desde chicos. — contestó sonriente al momento de ver la cámara. —Tampoco puedo decir mucho, ya que todo el esfuerzo que pusimos se vio hoy en el resultado del partido.
—¿Y con respecto al-
—¡Vamo' tucumano!— gritó Luka Romero entre risas en cuánto pasó por detrás suyo, interrumpiendo al beta.
