—Niall cariño, tengo hambre. —anuncio, llegando al sofá.
Dejo un beso en su mejilla, sentándome a su lado, él me mira de arriba a bajo y exhala antes de hablar.
—Yo también. —habla, sus ojos mirando el corto vestido que me he comprado.
—¿Te gusta? —me levanto del sofá para que él me pueda ver— Me lo he comprado esta mañana.
Paso mis manos por el vestido, Niall mira mi cuerpo fijamente y como no habla lo hago yo:— ¿Me queda mal?
Mi marido parpadea antes de mirarme a los ojos, negando con la cabeza en el proceso.
—Para nada, te queda muy bien. —sonrío, volviéndome a sentar a su lado.
—¿Cuanta hambre tienes? —pregunto, Niall ni se lo piensa al responder.
—Quince de diez.
—Voy a pedir comida...
Me levanto del sofá pero Niall me agarra de la muñeca, me giro para verlo y su sonrisa me hace sonreír a mí.
—No hablo de la comida, amor.
