Relatos Cortos: Seulgi

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Seulgi tuvo una vida ajetreada y complicada desde él inicio. Hablando de historias interesantes, ella consideraba la suya así, pero muy pocos la conocían en realidad.

No era muy abierta con ello, después de todo no era normal llegar con alguien y contarle tus experiencias, miedos y dichas desde el inicio. Pero si alguien preguntaba, ella hablaba, y eso le gustaba, que supieran.

Cuando tenía 19 su padre murió y su abuela enfermó, teniendo solo a su madre y ella como apoyo es que fue por un camino que todos sugirieron. Bueno, tal vez fue solo una persona, y esta estaba llena de prejuicios, pero eso no importaba ahora. Buscó un club presentable y no tan desagradable y con una mirada segura exclamó: "quiero trabajar aquí".

Desde pequeña se le daba bien bailar y tuvo la oportunidad de mostrarlo en varias ocasiones. La gente se rió de ella en ese entonces pero al ver lo talentosa que era es que la contrataron. Fue así, de club en club, ganando fama y clientes, pero no se sentía orgullosa de ello. Ocultaba la ropa del trabajo bajo su cama antes de que su madre lo viera, y contaba los billetes para los medicamentos.

Entonces llegó a un club que lo cambió todo y se ganó su corazón. Después de un tiempo su abuela se recuperó y estaba más fresca que una lechuga y su madre era feliz, pero ella no dejó el trabajo porque le encantaba. Era un pequeño club exclusivo para mujeres llamado Red Velvet. Claro que tenía cortinas de terciopelo rojo, con un escenario parecido al de un clásico espectáculo de Moulin Rouge. Sus vestuarios eran extravagantes, con faldas rojas enormes y peinados altos. Y había algo muy diferente. Ser contemplada por hombres apestando a alcohol que gritaban cosas al escenario nunca fue algo halagador, pagaba las cuentas, pero no hacía que la emoción llenará su pecho. Sin embargo, en Red Velvet todo era diferente.

Tal vez era por la ardua protección de su jefa, Seohyun, o por el apoyo de las chicas que eran dulces, o los gritos de las mujeres que la veían con admiración. Bajo esas luces doradas y estruendosos aplausos se sentía hermosa.

Hizo buenas amigas, claro. E hizo muchos más billetes de los que vería en otro lugar, pero cuando su madre se enteró de su profesión en ese lugar es que las cosas cambiaron. Prometió no regresar a bailar en esos tipos de clubes, y de todas formas necesitaba un respiro, las jornadas largas de ejercicio habían dejado sus músculos adoloridos.

Fue entonces como llegó al Valhalla, decía que solicitaban una mesera según el anuncio. El lugar olía a sudor por las mañanas, cuerpos desnudos de hombres paseándose y encerando tubos, ella era la única chica ahí junto a una pelinegra alta y autoritaria que ordenaba al resto de los chicos, y con todo, se sentía extrañamente agradable estar ahí. Sí… podría trabajar en el Valhalla.

Ella presenció cada momento chico y enorme, recogió propinas brutales en charolas de clientes ebrios con Mark, ambos riendo entre dientes, y llegó a maquillar a los chicos, tapándose los ojos al llegar al vestidor, aunque sabía que el verlos semidesnudos era normal para ella a este punto.

Fue con Irene a comer hamburguesas al establecimiento que su amiga Wendy manejaba, y amadrinó a Yeri en sus primeros días trabajando en el lugar. Poco a poco, pequeños detalles la hacían sonreír. Y aunque extrañaba Red Velvet con todo su corazón, esta era una felicidad diferente, más madura y divertida como escandalosa.

Eso sí, las noches de vino y plática con sus amigas nunca desaparecieron.

Sentadas en el jardín de Jennie, observaban el cielo purpúreo, conversando. Rose se hallaba sentada en un enorme sillón rojizo, a su lado y bien pegada a ella Nancy murmurando cosas en su oído, a lo que la otra sonreía con sutileza. Lisa acariciaba las flores plantadas por su amiga, junto a Jisoo que se hallaba un poco ebria.

Love On The Floor || NCT Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora