Capítulo 2.

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Mi nueva odisea como guionista empezó al llegar a China e ir a la casa del señor Xiang, si se le puede llamar así, pues nada más llegar me quede impactada al ver que de vez casa parece más un palacio, aunque a pesar de ser grande no creía que la arrogancia del señor Xiang cupiese en ella.

Ya dentro intente decir que era la invitada del señor Xiang y que vine a trabajar, más aprender chino, pero una señora que no aparentaba ser lo fuerte que es, me agarro de la muñeca y me llevó con ella diciendo cosas en chino que no entendía, incluso al llegar a una
habitación insistió que me pusiera un uniforme de sirvienta , así que por miedo lo hice y seguí a la señora por donde me decía, sin entenderla.

-Al fin le encuentro señor Xiang, hágame el favor de decirle a esa señora quién soy- él me miraba como si maquinara algo -señor Xiang ¿Me va ayudar? Él le dijo algo a la señora y luego tirando de mí me llevó a una habitación enorme.

-Sentémonos aquí. Aun tirando de mí me llevó a una butaca y me hizo sentar sobre de él.

- ¿A qué viene esto de sentarme así?

-Nada, solo deja que nos tomemos una foto- la tomo, pero la borro -no me gusta así, parece forzado, anda, actúa más cariñosa.

-Pare el carro, ya dime ¿A qué viene esto?

-Mira, tú solo has lo que digo y te pagaré una extra en tu sueldo.

- ¡Uhm!

-Venga, ser cariñosa con tu jefe te hará mejor que ser arrisca como cuando estábamos en tu país… Le di una bofetada y me aparté de él.

- ¡Soy así porque se lo dije bien claro una vez, a mi usted no me agrada y porque ya firme, más no puedo pagar la penalización, sino me iría de vuelta a mi casa o me hubiera venido!

-Ju. Molesta me intenté ir, pero tras llegarle un mensaje, él rápido fue a por mí y cargándome como si nada sobre uno de sus fuertes hombros se puso a llevarme.

- ¡Gyaah! - yo me asuste como no, así que pateaba para que me soltara - ¡Suéltame bruto!

Te necesito para algo, pero no puedo hacerlo como fingido- me tiro en la cama y no me dejó escapar, a la vez que me arrancaba la ropa -solo déjate llevar y no luches, no quiero pegarte, odio forzar a una mujer, se puede decir que eres la primera a la que le obligó, pero necesito hacerlo.

- ¡Que te jodan, dejame…! Cumplio con lo que dijo, me pego dejándome medio inconsciente y luego continuó tras taparnos con las sábanas, aunque yo lo único que podía hacer era llorar más ver cómo de donde me golpeo salía algo de sangre.

-Joder, no digas que no te lo dije, incluso me duele hacerte esto- al ver que deje de luchar él empezó a ser más delicado, pero no bajaba la guardia y besaba mis labios o mi piel -voy a empezar a la parte buena, si nunca lo has probado puede que te duela al principio, pero
pronto se irá y te acostumbraras. Al decir eso de nuevo yo me asuste, más porque note que no tenía un pene para nada pequeño o fino, se podría decir que él rompía el mito de que los asiáticos lo tienen pequeño, porque para nada lo es.

- ¡No, paré…! Volvió a pegarme.

- ¡Te dije que no me obligues a pegarte! Chillando eso él acabó cogiendo su corbata y amarrando mis muñecas.

- ¡Uhm!

-Bien, así ya no tendremos más problemas. Él apretando mis piernas consigue hacer que las tenga bien abiertas para conseguir lo que quiere, penetrarme mientras yo solo puedo
gritar de dolor.

- ¡Pare…se lo suplico…duele…! Le digo entres gemidos de dolor.

-Dios, tu vagina es increíble, en mi vida había sentido igual- yo asqueada aguantaba como me besa, toca y mueve su pene dentro de mí -siento que estoy… Apretando mis nalga pego sus caderas a las mías mientras tras dentro de mi descarga una cantidad de semen que noto caliente dentro de mi.

- ¡Snif!

-Nova, Nova, ya eres una mujer de verdad, pero para mi no es suficiente, hoy necesito mucho más de ti.

Él siguió más haciéndome tener relaciones sexuales este día, ni viniendo una mujer él paraba, es que le daba igual ver que esa mujer chillaba, él pasaba de ella y seguia tomandome, incluso perdí la conciencia cuando ya no pude más con todo lo que me hace o
saber que pasara conmigo.

- ¡Uhm! Desperté en la misma habitación, pero me encontraba bien cuidada, como si alguien me hubiera lavado, curado los golpes y puesto un pijama.

-Veo que ya has despertado- a la habitación entró el señor Xiang con una bandeja con comida -llevas durmiendo un día entero, en parte es por el jetlag y el agotamiento de hacerlo.

- ¿A qué juega señor Xiang? Puso la bandeja en mi regazo tras incorporarme.

-Que tiene una nueva función, no solo serás ahora mi guionista, también mi prometida.

- ¡¿Qué de qué?!

-Mientras lo haciamos te habrás percatado de que una mujer intentó interrumpirnos. Él dijo eso cogiendo un mechón de mi cabello y luego lo olió.

-No entiendo a qué viene todo esto.

-Verás, digamos que desde joven he sido acosado por esa mujer, pues desde que mi madre invitó a su familia a una comida, ella lo tomó como si un compromiso fuera, por eso me
pasaba la mayor parte del tiempo viajando con temas de negocios de la productora.

- ¿Y ahora me quieres usar para engañarla para que te deje en paz?

-Se puede decir que sí, pero puedes usar esto como inspiración para alguna historia.

-Es un poco tópico ¿No? Y lo que me hizo innecesario, pues me duele.

-Perdoname, eso es algo que no me gusta hacer, pero no podía fingir una relación sin mostrar que algo de verdad hemos hecho, ya que el tener sexo no se puede fingir, se siente en la piel, el olor y las emociones. Él lentamente beso mi cuello.

- ¡Uhm!

-Bien, come tranquila, hoy te he dejado tiempo para que descanses, mañana te daré personalmente clases de chino, a la vez que adaptamos la historia tuya que quiero para producir.

-Sigo pensando que esto es una locura.

-Ju, pues relajate, ya sabes lo que pasa cuando me incomodo.

-¿Me pegarías de nuevo solo para salirse con las suya?

-No me gusta ser violento, pero si nada sale como quiero, sí, usó la violencia.

-Lo que me dice que es un maltratador.

-No lo seré si te portas bien, sé una buena prometida, luego esposa y todo te irá bien.

- ¡Uhm!

-Bueno, ya no hables más, tomate todo lo que te traje y si necesitas salir de la cama, hazlo, caminando se va el entumecimiento. Me dio un beso en la comisura de mi labios.

- ¿Se marchá?

-Tengo mucho que arreglar, una boda no se hace en un día, tú descansa. Dijo eso y me dejó allí en la cama preguntándome en qué movida me había metido.


Continuará…

La vida correcta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora