Cap 1:Destierro

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Los dioses, seres de poder incalculable, se reunían en un vasto salón destinado a sus deliberaciones. En el centro de la habitación, un hombre corpulento, ataviado con la clásica toga griega, se erguía como el presidente del consejo: Zeus, el dios del rayo y el más fuerte entre todos.

-¡Hola a todos! -exclamó con una amplia sonrisa-. He convocado esta reunión para discutir un asunto de suma importancia.

Un hombre de cuatro brazos, vestido con ropajes típicos de la India, interrumpió:

-¿De qué se trata?

Era Shiva, el dios hindú de la destrucción y la creación.

-¡De la expulsión de un dios! -gritó Zeus, su sonrisa revelando la satisfacción que le producía el anuncio.

Un murmullo inquieto recorrió la sala. Preguntas como "¿Qué dios?" y "¿Por qué expulsar a uno de nosotros?" resonaban entre los asistentes. Sin embargo, una voz se alzó por encima del resto.

-¡Me niego! -gritó un anciano con un parche en el ojo y una armadura dorada, empuñando una lanza. Era Odin, el Padre de Todos y miembro fundador del consejo. A menudo lo acompañaban sus hijas o otros dioses nórdicos, pero en esta ocasión estaba solo.

-¡Estoy de acuerdo con Odin! -exclamó uno de los dioses.
-¡Yo también! -añadió otro.

El clamor se intensificó, pero Zeus, visiblemente molesto, interrumpió:

-¡Silencio! -su buen humor se desvaneció-. Primero escúchenme y luego decidan.

Respirando hondo para calmarse, continuó:

-El dios en cuestión es Zecro, el dios de la vida y la muerte.

Shiva frunció el ceño.

-¿Estás tratando de decirme que quieres expulsar a probablemente el dios más poderoso?

-Zecro siempre ha estado del lado de los humanos y ni siquiera asiste a nuestras reuniones. Está protegiéndolos y actuando en nuestra contra. Así que sí, quiero expulsarlo -explicó Zeus.

Odin se opuso con firmeza.

-Sigo negándome. Es un dios principal y fundador; no está aquí para defenderse.

En ese momento, una voz resonó desde la entrada:

-¡De hecho sí estoy aquí!

Un joven de cabello negro como la noche apareció en la sala. Sus ojos eran del mismo color, su piel pálida y su vestimenta consistía en guantes negros hasta la mitad de los dedos, un abrigo amplio que ocultaba su figura, jeans anchos y zapatos negros. Era Zecro, el dios de la muerte.

Zeus frunció el ceño al observar su atuendo humano, una aberración a los ojos de las deidades.

-Vaya, Zecro, hacía tiempo que no te veía -musitó Zeus con odio evidente-. ¿Qué te trae por aquí?

-Escuché que querías exiliarme. ¿Qué clase de hombre no acude a su juicio? -respondió Zecro con desdén-. La verdad es que no tenía ganas de venir.

-Seguro estabas observando a esos estúpidos humanos, ¿cierto? -preguntó Zeus, ya intuyendo la respuesta.

-Sí -confirmó Zecro.

La mayoría de los dioses gruñeron ante su respuesta; todos lo hicieron excepto Odin.

Zeus sonrió macabramente.

-Bueno, Zecro, ¿qué te parece una votación? Si la mayoría dice "sí", serás expulsado; si dicen "no", te quedas. ¿Te parece bien?

Zecro asintió.

-Está bien. Y en caso de empate, me quedaré igual -concluyó.

Zeus aceptó con un gesto.

Después de tres horas de deliberaciones, las votaciones no favorecieron a Zecro. Casi ninguna deidad estaba dispuesta a tolerar a un dios que mostraba interés por los humanos; para ellos, la humanidad era simplemente un grupo de insectos insignificantes.

Zeus, riéndose a carcajadas, proclamó:

-Zecro solo cuenta con cinco votos a su favor. *Su risa se intensificó* Los dioses que lo apoyaron fueron:

-Odin,
-Anubis,
-Shinigami,
-Shiva,
-Hades.

Al mencionar el nombre de su hermano mayor, la sonrisa de Zeus se desvaneció. La traición de Hades le molestó profundamente. Sin embargo, tan pronto como se fue, su sonrisa regresó.

-Con esto, el dios Zecro queda exiliado del consejo de dioses y despojado de sus poderes divinos -anunció Zeus con satisfacción.

Pero antes de que pudiera quitarle sus poderes, Zecro chasqueó los dedos y un portal se abrió debajo de él, tragándolo en un instante.

-¡BUSQUENLO, NO DEBE ESTAR LEJOS! -ordenó la deidad con evidente ira.

-¡No lo hagan! -interrumpió Odin, el anciano sabio.

-¿Qué crees que haces, Odin? ¡Debemos atraparlo y ejecutarlo por haber escapado! -gritó Zeus, frustrado.

-Mira -fue lo único que dijo Odin mientras señalaba una pantalla en el centro de la sala. En ella, se mostraba a Zecro en algún lugar de la Tierra.

-No hace falta atraparlo; ya está exiliado -comentó Odin con calma.

Zeus asintió, aún molesto, y ordenó que no persiguieran a Zecro. Todos los dioses se sometieron a su decisión.

Odin pensó preocupado por su amigo: *(Espero que estés bien, Zecro)*.

Y así fue como un dios terminó cayendo en el mundo de los humanos.

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Por fin corregí el capítulo,próximamente haré lo mismo con los demás

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