Cap 3

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Capítulo Anterior:

Jenni: "Mañana en la mañana quiero que ustedes me ayuden. Más vale que cooperes, Zecro."

Zecro: "Sí, jefa."

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Actualmente:

Jenni: "Solo tenemos una semana para salir de este lugar. Necesito que hagan tiempo mientras yo me encargo del resto," dijo la mujer, acercándose a unas hojas y comenzando a anotar algo.

Zecro miró a Yinsen, quien solo se encogió de hombros.

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Al día siguiente:

"No pude hacerle las pruebas. Su piel es impenetrable," le informó Yinsen al terrorista. "Puedo seguir intentando, pero dudo que obtenga algún resultado," terminó de explicar.

El hombre asintió, visiblemente molesto. "Sigue intentando," ordenó antes de marcharse.

Yinsen suspiró y se dio media vuelta, dirigiéndose de nuevo hacia los otros prisioneros.

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En la cueva:

Se escuchaba un gran escándalo mientras docenas de hombres llevaban armas y herramientas para Jenni, quien observaba todo con calma. Estaba anotando algo cuando vio a Yinsen llegar hace unos segundos y le entregó el papel.

Al verlo, Yinsen asintió y se acercó a un hombre con barba, comenzando a explicarle los materiales necesarios.

Zecro observaba desde lejos, sin querer involucrarse.

Después de unos minutos, todos los terroristas se marcharon, dejando en la cueva todo lo que Jenni necesitaba para "construir el misil".

Jenni: "Zecro, acércate," llamó. Zecro se acercó a ella con curiosidad, y Yinsen también se unió.

¿Qué es? preguntó el de anteojos.

"Estira el plano y míralo tú mismo," le dijo Jenni. Yinsen asintió y tomó los planos, estirándolos ante sus ojos.

Al abrirlos, sus ojos se iluminaron. "Esto es... impresionante," alabó Yinsen.

Zecro no dijo nada, pero por dentro estaba sorprendido. Lo que veía era asombroso; sin duda, Jenni Stark era la humana más inteligente.

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Al día siguiente:

"Sabes, es incómodo que un desconocido mire tus pechos," comentó Jenni despreocupadamente mientras Zecro la ayudaba a colocar su mini reactor ARC.

Zecro: "Estoy seguro de que no es la primera vez que lo haces," respondió el dios, concentrado en lo que hacía. Hasta el momento, todo iba bien.

"Así que, ¿tu piel es impenetrable?" preguntó, alzando una ceja.

Jenni: "No del todo; sí puedo sufrir daño," explicó tranquilamente.

"Entonces, ¿eres un superhéroe o algo así?" volvió a interrogar.

Zecro: "No, superhéroe no. Soy un dios," comentó distraídamente, tan concentrado en colocar el reactor que no se dio cuenta de lo que había dicho.

"¡¿DIOS!?, ¡¿ERES UN DIOS!?," gritó sorprendida, aunque jadeó un poco cuando el reactor se acopló a su cuerpo.

"¡Shhh!," dijo Zecro mientras le tapaba la boca con una mano. "No grites," ordenó.

Jennifer solo asintió. Ante esto, Zecro retiró su mano de su boca.

"¿Eres un dios? ¿Qué dios eres? ¿Cuál es tu verdadero nombre?" preguntaba la mortal con curiosidad.

Zecro: "Sí, soy el dios de la vida y la muerte. Mi nombre es Zecro; eso no cambia," respondió con seriedad.

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