(Capitulo 1) (El Comienzo)

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Esta es la historia de como mi vida cambió en un abrir y cerrar de ojos.

 Mi historia comienza cuando solo tenía seis años. Estaba en Amalfi, el lugarde mi niñez. Estaba jugando en el pueblo junto a mi mejor amigo Alessandro.Nuestras madres siempre fueron muy cercanas, ya que en Amalfi todos seconocen.

 Recuerdo que estaban viendo ropa en un pequeño local junto a mí. Mientrastanto yo estaba revisando un baúl y me encontré con una manta blanca, erasuave y delicada. Recuerdo llevármela a casa, con el permiso de mi madre parajugar un poco. Ese mismo día fue el día que hice un pacto con mi mejor amigoen el jardín sin saberlo

.En su casa, jugamos a casarnos, ya que en ese entonces parecía estar demoda. Recuerdo haberme colocado la manta sobre mi vestido como si ese fuesemi traje para la boda. Agarré un poco de flores que se encontraban fuera de lacasa de Alessandro y las coloqué juntas para que fueran mis flores de la boda,igual que me puse algunas en el cabello. 

Tomamos nuestras manos por primera vez, haciendo que sudaran un poco.La última y primera vez que le agarré las manos a un chico, fue a mi padre, (Enaquella época donde parecía que realmente le importaba). Recuerdo que nosabíamos qué decir o hacer y simplemente dije"¿Yo acepto y Tú?" Eso es lo que recordaba que decían en las películas cuandoalguien estaba por casarse. Esto le causó risa a Alessandro pero él siguió con eljuego.

 "Yo también", dijo levantando sus hombros y bajándolos de nuevo, los dosnos reímos, acerqué mi puño hacia el suyo, en esa edad no estábamos pensandoen besos o en abrazos, un puño era suficiente. 

"Hasta el final" le dije cerrando la supuesta boda, Alessandro se rió sabiendoque la frase no era esa, si no hasta que la muerte nos separé, él sabía que eramuy pequeña para entenderlo, ya que nos llevamos tres años. Sonriendo,chocamos los puños otra vez. "Hasta el final", él repitió.

 Cuando tenía catorce años me fui de Amalfi para estudiar en los EstadosUnidos, allá descubrí que quería ser escritora. Al tiempo que estaba allá, 

Alessandro estaba unos años de graduarse en Amalfi, Unos años despuésregresé justo cuando me gradué de mi último año de escuela, Y ahí es queempezó la aventura...

 "Bene signore e signori, siamo arrivati ad Amalfi" Escuchar eso hizo que mi corazónse vuelva loco, pero, sobre todo, hizo que se sintiera una vez más como en casa.No me quejo de Estados Unidos, al final del día es el país que abrió sus puertashacía mí, mientras estaba en la escuela, solo no podía esperar hasta que terminede comenzar este verano antes de que empezara la universidad. Amalfi es unaisla, para llegar tienes que venir en bote y está rodeada por el océano. Yafortunadamente, amo el océano. De pequeña, recuerdo haber ido siempre adonde hay agua y no querer salir nunca. Mi mamá decía que en otra vida tal vezfui sirena. Pareciera como si cuando estoy en el agua, nos volviéramos uno.Segundos después, el bote paró y cargando mis bolsas me bajé oficialmentellegando a Amalfi. Mi corazón se volvía loco al ver mi isla. Tenía años sin estarallí y nunca me había sentido tan bien. No me había dado cuenta la falta que mehacía estar en mi hogar hasta que llegué y sentí como si de repente pude respirarmejor. Al bajarme del bote cerré mis ojos un momento solo sintiendo el olordel mar y la brisa que me pegaba a la cara, Justo como me la recordaba, Por finestaba en casa.

"Figlia!" Mi corazón nunca se había sentido tan a salvo y encontrado, comoen este momento cuando escuché esa voz, esa voz que tanto me hacía falta. Misojos sin haberme volteado se comenzaron a aguar de tanto que había imaginadoeste momento. A veces en la escuela cuando tenía días malos me sentaba a soñardespierta en este momento, el momento cuando vuelva a ver a mi Madre.

"¿Mamá?" Tan pronto como me di la vuelta, mi madre estaba allí, me lancéa sus brazos, mi corazón latiendo a millón, me sentía como una niña pequeñadesprotegida encontrando los brazos de su Madre y volviéndose a sentir a salvo.

"Mia cara figlia, no puedo creer que estés aquí". Mi madre me abraza, lo másfuerte que un abrazo pudiera ser. Mi madre coloca una mano en mi cachete conuna sonrisa y lágrimas deslizándose. "A pasado tanto tiempo, no sabes cuantosoñé con este momento", yo sonrío comenzando a llorar por ver a mi madrefrente a mí. Aún no lo podía creer, Traté de evitar llorar al frente de ella paraque no se dé cuenta de todo lo que viví en los estados unidos, pero eraimposible. mi madre y yo nos abrazamos más fuerte, sin querer soltarnos porlo que se sintió como dos minutos. Pudiera ser más. Después de un rato desaborear el momento, mi madre empieza a buscar a los lados. "¿Tu Padre?" Mepregunta, no se veía muy contenta o preparada para verlo, no la juzgo. Puedeser mi padre, pero nadie niega que cuando está presente las vibras solo cambiande bien a mal.

"Decidió no venir, dijo que ya estaba un poco grande y podía venir sola.  Igual, últimamente está muy ocupado, ya no tiene tanto tiempo", le expliqué.Estas palabras no sorprendieron a mi madre. Al final del cuento ella sabe cómoes, lo conoce mejor que yo.

"Qué raro", mi madre dice sarcásticamente, poniéndome su mano detrás demi cabeza, aún feliz de tenerme en casa. Me ayudó con los bolsos, metiéndolosen su pequeño auto, que si no me equivoco pareciera un Fiat 500x. Los Fiat sonmuy común en Italia, son fabricados aquí, así que los vez en cada lado.

El Fiat de mi madre siempre me ha gustado, aunque me sorprende que aúnesté rodando después de todo este tiempo. El carro de mi madre es un azuloscuro muy interesante, tiene un techo corredizo que desde pequeña me gustó.Recuerdo sacar la cabeza por ahí de pequeña y extender los brazos para sentirla briza del mar pegarme en la cara. Siempre encontré paz en el mar, para míestar en el mar es como corregir todo el mal que tengas y sanarlo.

"Te vez más grande" me dice mi madre con una sonrisa viéndome yvolviendo a ver al frente del volante. Yo, le sonrío. "No, Puedo decir lo mismode ti" le digo jugando con ella. Mi madre me puso una cara de ofendida de juegoy comenzó a reírse mientras estaba pendiente de la carretera."Extrañaba tus juegos" me dice mi madre, yo me río al ver como se lecomenzaron a aguar los ojos de nuevo. Lo bueno de que tú madre sea tu mejoramiga es que pueden jugarse así, es tú madre, pero al mismo tiempo tú amiga.

Volví a ver a la ventana y ya se veían los acantilados debajo del carro, lasmontañas y casas al frente. Me encanta que las estructuras de Amalfi son coloresque pegan entre ellos, no hay azul chillón o morado. Son solo blanco, naranjapastel, marrón pastel y amarillo claro. "Amo este lugar" dije mientras nosacercábamos más hacía el pequeño pueblo.

Hasta El FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora