Hoy es mi primer día de vuelta en Amalfi. Quería aprovechar el máximo deldía, ya que cuando vives en Italia, quedarse en casa no es una opción. Haymucho para ver, hay demasiadas aventuras, esperándote allá afuera.
Hoy me levanté temprano y salí a pasear por los lugares de Amalfi en el Fiatde mi madre. Estaba feliz paseando cerca el mar y mirando paisajes en completapaz, mientras escuchaba Andrea Bocelli. Por alguna razón la música suenamejor en ese carro. Hasta que un loco pasó frente a mí, frené lo más rápidoque pude y me desvié para evitar chocar. Por poco lo atropellaba, paré el carroy me bajé corriendo hacía la persona, que también se había desviado y chocadoun muro de piedra.
"¿Que te pasa? Pudiste haberle hecho daño a alguien, o causado un choque.¿Estás loco?"
"Scusa, soy un poco distraído. ¿Te hiciste daño?" Me dice una personadándome su mano, cuando levanto la cara veo a alguien muy familiar,inmediatamente se me cayó la cara de amargura. No puede ser. Pero esos ojosverdes y cabello marrón claro ondulado lo reconocería en cualquier lado, sufísico y su rostro habían cambiado muchísimo desde esa última vez que lo vi,estaba más guapo, más maduro también. "¿Alessandro?"
"Sí?". No pude evitar cubrirme la boca con mis manos, pero quecoincidencia. No esperaba encontrármelo tan pronto.
"Scusa, ¿Te conozco?" Me pregunta un poco confundido, sentí un golpe enel pecho cuando me dijo eso, pensé que se había olvidado de mí por unmomento, hasta que recordé, que, así como él había cambiado yo también habíacambiado. No dije nada por un rato, solo me quedé viéndolo asombrada, laúltima vez que vi a Alessandro fue hace años cuando solo éramos niños.
"Soy Amara" le digo, esperando a que se recuerde de mí. Los ojos deAlessandro se hicieron grandes, así como si brillaran en un instante, como si leacaban de pasar mil recuerdos de nosotros en su mente.
" ¿Amara?" Se queda mirándome por un rato, así como si estuviesechequeando la probabilidad de que lo sea, me miró de los pies a la cabeza. " ¡Nolo puedo creer, mírate!" Yo me río y allí mismo extendió sus brazos para 5abrazarme. Recordaba su aroma como siempre oliendo a grama o creyones,pero ahora solo olía a café y un toque de vainilla.
Alessandro me levantó y me dió una vuelta en el aire "Estás Bellisima" Medice mientras me bajaba. Al bajarme creo que se dió cuenta de lo que habíadicho, ya que se veía un poco avergonzado. Alessandro y yo nos quedamos unrato en el mismo lugar, después de mover el carro para un lado, para no estorbara quien estuviera pasando. Nos quedamos hablando y contándonos todo lo queteníamos que saber por el tiempo perdido. Alessandro se ofreció a caminar porla plaza donde caminábamos de pequeños. Si, la de la manta blanca y así medaba un pequeño tour, obviamente le dije que sí. En Amalfi no hay tiendasgrandes y de lujo, todas las tiendas son de familia y pequeñas. Los dueñossiempre están parados en la puerta para saludar a quien esté pasando. Pero mifavorito, era el del queso. Un señor mayor que siempre estaba en la puertadando muestras para quien pase, todos lo llamaban Señor Formaggio. Y justoahora estábamos pasando por ahí, No había cambiado en absoluto.
"¡Alessandro! ¿Quién es esa Ragazza que está contigo?" "¿Ya tienes novia?"Le pregunta con una cara un poco extraña, cuando volteo mi cara hacia él conuna sonrisa, él ya lo sabía todo. "¡Señor Formaggio!" el señor se alegró de verme,y aceptó que le diera un abrazo. "Que gusto verte Amara, Toma un formaggiobella." yo me río "Seguro tienes mucho tiempo sin comerlo". Le di un mordiscoy tuve la misma sensación que Remy en la película de Ratatouille.
"Muchas Gracias" le digo. Me quedé un rato contándole al señor sobre misaventuras en los Estados Unidos, pero seguimos caminando ya que se estabahaciendo un poco tarde y aún tenía cosas que contarle a mi Madre. MientrasAlessandro me llevaba a casa hablamos un poco más, hasta que nosencontramos con tres de sus amigos
Ellos se emocionaron al ver a Alessandro y con las palmas de sus manos sesaludaron. Uno de ellos tenía labial puesto y podía ver que se había rizado laspestañas, su cabello era negro y tenía ojos oscuros, tenía puesto una camisa debotones abierta de diferentes tonos de azul. Cuando Alessandro me presentó,él no me saludo con su mano solo me abrazo. Así como si ya me conociera ohabía escuchado cosas sobre mí.
"Oye Bebé, Necesito tu skin routine. Tienes esa cara super hidratada" Me caíamuy bien, se veía muy simpático, la chica al lado de él se rió como si era normalpara el chico verles las caras a las personas y preguntarles por su rutina debelleza.
"Él es Gio, siempre es así, trata de buscar su propio personaje" La chicadice, sosteniendo su mano hacia mí para saludarme "Yo soy Isabella, peropuedes llamarme Bella" Ya veo porque su apodo es Bella, es muy hermosa, tiene 6el cuerpo que toda chica quisiera tener, una cara perfecta, un vestido blancolargo y un pelo rubio hermoso (es la chica ideal de todos) estaba usando lentesde sol,pero por lo poco que podía ver, creo que tenía ojos azules.
Me quedé viendo al otro chico, ya que era el único que no me había saludado,él estaba sentado en una moto con su celular, pareciera como si estuvieseperdido en otro mundo, pero definitivamente era el más lindo de todos. Bellalo empujó para llamar su atención, el chico un poco moreno, cabellos hacia loslados, típico de un italiano y con una camisa abierta negra de botones, levantala mirada hacia Bella, ella le hace seña con la cara para vea hacia mí y Alessandrole quita el celular.
"No seas idiota Fran, Acaba de llegar" El chico se para pensando que no erade aquí, aunque entiendo porque pensaría eso, ya que perdí muchas costumbresAmalfitanas.
"Scusa, Mi chiamo Fran" Fran me agarra la mano dándome un beso. Bellavoltea los ojos riéndose y lo empuja para atrás por la camisa. "No es de aquí"Le dice. Se ve que le gusta coquetear. Nos quedamos compartiendo un rato,pero después de un poco me dejaron en casa, ya que estaba muy cansada por elviaje.
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Hasta El Final
Lãng mạnAmara, una joven recién graduada con el sueño de convertirse en escritora, regresa a Amalfi en busca de inspiración y a reencontrarse con su pasado. Sin embargo, lo que comienza como una búsqueda de creatividad se transforma en un verano lleno de so...