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Ambos fuimos a comprar algo para comer mientras miramos la película. En medio de la función el teléfono de Robleis empezó a sonar, se disculpó y salió para atender, tardó unos 5 minutos en volver.

Tengo que irme, los chicos ya llegaron y soy el único que tiene la llave- Me dice susurrando.

Está bien, cuidate- Le digo amable.

¿Querés venir a cenar?- Me pregunta un poco apurado.

¿Cenar con Carreraa, Robleis y Spreen? ¿Acaso estoy soñando?

Claro ¡vamos!- Acepté.
                                

Casi me caigo al sentir el roce de Robleis que se hechó a correr cuando vió a sus dos amigos que estaban sentados en la entrada con bolsos llenos

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Casi me caigo al sentir el roce de Robleis que se hechó a correr cuando vió a sus dos amigos que estaban sentados en la entrada con bolsos llenos. Escuché susurros entre Carre y Robleis, mis ojos chocaron con los de Carre que sacudía su mano como señal de saludo.

Hola Roier, un gusto- Dice educado.

Hola, el gusto es mío- Respondo.

Spreen, saludá- Le dice Robleis.

Spreen que estaba sentado mira hacia arriba, tenía unos ojos morados opacos, cabello negro sedoso y una mala cara como si no me quisiera allí. Se levantó y se quitó los audifonos.

Buenas- Dice con una sonrisa bastante forzada.

Hola Spreen- Respondo.

Pasamos los cuatro, Spreen subió y se encerró en su habitación sin decir nada.

¿Que vamos a comer?- Aparece Carre atrás mio.

Cabrón- Suelto del susto.

Cabrón- Me imita.

Callate a ti no te sale- Le saco la lengua.

Pedí pizza y para tomar unas "chelitas"- Dice Robleis leyendo su celular.

Delicioso- Carre hace una cara rara.

¿Sabés que le pasa a Spreen?- Pregunta un poco bajo pero aún llego a escuchar.

No sé, tecleaba rápido y luego discutió con alguien por telefono- Le cuenta.

Que raro- Responde.

Estuvimos unos 15 minutos esperando hasta que al fin llegó la comida.

Roier, anda y decile a Spreen que baje- Me manda Carre.

Claro pero no sé cual es- Le recuerdo que llevo poco mas de 30 minutos en su casa.

Cierto, es la última del pasillo- Dice mientras busca un mantel.

Subí y fui directo, toqué la puerta pero desde afuera se escuchaba que estaba discutiendo con alguien por teléfono.

¡Te dije que es mi vida, no te voy a pedir permiso para mudarme!- Grita.

Parece que está hablando con su madre, mudarse de país no es facil. Me hubiera gustado haber tenido otra opción pero no podía aguantar un maldito segundo más en esa casa.

Salí de mis pensamientos y volví a tocar, ya no se escuchaban gritos.

Pasá- Se escucha.

Abro la puerta y paso, veo que habían muchas cajas, esquivo algunas.

Ya llegó la comida para que bajes- Le digo tranquilo.

Bueno gracias amigo, ahí bajo- No me lo dijo de manera bruzca pero se notaba que no estaba bien.

Bien, ahi te ves- Le digo retrocediendo pero soy tan pendejo que me tropiezo con una haciendo que me caiga de culo.

Sos un boludo- Dice riendose.

Cállate y ayúdame- Me quejo con una risa entrometida.

Me agarra la mano para ayudar a levantarme.

Bueno, al menos me hiciste reir- Confiesa.

Para eso estoy, cambia esa cara- Le digo saliendo de la habitación.

No me dejes solo || Sproier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora