Yuna sentada en el cómodo y elegante sofá aún está shokeada por todo lo que acaba de pasar, sin saber realmente como era posible que ahora mismo se encontrara en ese lugar, la casa de Hyera, sin duda fue un cambio muy drástico y tan repentino.
Por supuesto que sería así, una traición de un ser amado nadie se la espera.
Hyera vuelve a hacerse presente con un sexy y cómodo pijama de seda que la hace lucir tan provocativa a la vez, mientras sostiene dos copas con licor.
Se sienta a un lado de Yuna y las deja sobre la mesa de café.
- Puede que te sientas hundida en un inmenso vacío, pero créeme que la que ha perdido no has sido tú, si no ella - acaricia su mejilla.
Yuna simplemente se queda en silencio mirando el líquido de las copas frente a ella, dejándose hacer por la pelirosa, hasta que decide girar sus iris grises a esa presencia tan llamativa.
Sin duda es sumamente atractiva, lo suficiente para suponer que realmente valdría la pena pasar la noche, es la primera vez que la mira con esos ojos y esto Hyera por supuesto que lo nota y le hace sentir tanta satisfacción.
- Ahora brindemos por tú victoria, por qué al fin te has dado cuenta de que Minji solo te estaba haciendo perder el tiempo - Hyera toma ambas copas para entregarle una a Yuna.
Después de observarla unos segundos la toma de las finas manos de Hyera para darle un sorbo al mismo tiempo que ella.
- Es refrescante...- Yuna piensa al hacerlo.
- ¿Bien?, ¿te ha gustado? - De pronto Hyera comienza a acercarse, sus pechos suaves rozan el brazo de Yuna.
- Tiene buen sabor...- vuelve a dar otro sorbo para sentir de nuevo como la amargura quema su lengua y garganta al bajar.
Hyera la acompaña dando también otro sorbo a la copa sin apartar sus ojos rosas que miran como una felina a su inesperada visitante.
- Déjame hacerte sentir mejor - susurra en su oído.
Entonces juntan sus labios y Yuna simplemente se deja llevar por las sensaciones de el beso con sabor a licor, a este punto Hyera tiene el control, el deseo lentamente se desborda conforme aumenta la intensidad de el roze de sus lenguas.
Hyera la tumba en el sofá quedando sobre ella sin detener el apasionado beso, sus alientos se fusionan, ambas saben que es más un ejercicio de posesión que de amor o mejor dicho, no existe nada de amor solo un juego previo que surge de el despecho y necesidad.
Es muy tarde para detenerse.
Yuna la sostiene de su fina cintura, se siguen besándo, sus lenguas bailan una en la boca de la otra, sus salivas se van volviendo más y más espesas a medida de los minutos que pasan.
Hyera desliza lentamente una mano bajo la blusa de Yuna tocando sus pechos aún por encima de su bra, mientras Yuna con sus manos fue bajando al firme trasero de la pelirosa, hasta que la misma detiene el beso para ofrecerle nuevamente un trago que Yuna acepta sin más.
Una vez que sus copas están vacías Hyera se pone de pie extendiendole la mano.
- Ven conmigo - Yuna la toma y es arrastrada hasta la habitación de el departamento.
Ahí es donde vuelve a ser tumbada esta vez en la cama, obcerva como Hyera se aproxima con movimientos seductores para juntar sus labios nuevamente.
Hyera baja a su cuello, lame y chupa en busca de causar mayor deseo en Yuna que su piel al ser tan blanca delata sus sonrojos.
De manera sutil va desabotonando y bajando la cremallera de sus pantalones con el objetivo deshacerse de ellos, así lo logra con cada prenda hasta tenerla completamente desnuda.