Yuna no tardo mucho en llevarla hasta su habitación, pues en el fondo ambas son conscientes de que solo sería una tregua momentánea. La pasión volvió a desatarse muy pronto.
Mientras Yuna se pierde de nuevo en los dulces labios de Hyera, acariciándole el muslo.
Están completamente desnudas, Yuna comenzó a besarle lentamente el cuello, saboreando la suavidad de su piel.
Deposita pequeños besos por toda la línea de la mandíbula y baja hasta el hueco de la clavícula.
Hyera suspira de placer, con los ojos entre abiertos, concentrándose en las sensaciones que los labios de Yuna despiertan en ella.
Sin dejar de besarla, Yuna le pasa las manos por la espalda sintiendo cómo ella se estremece entre sus brazos.
Pronto baja a sus pechos. Los contempla extasiada. Los acaricia y besa incontables veces, pues no dejan de parecerle los más perfectos.
Con delicadeza rodea uno con la mano, sintiendo su peso y suavidad, mientras su boca se dirige hacia el otro para saborearlo.
Hyera gime cuando siente los labios cálidos de Yuna envolviendo su pezón. Se abraza a la cabeza de Yuna contra ella entregándose a la exquisita caricia.
Pasan minutos dedicados únicamente al placer de los enormes pechos de Hyera, entre lamidas, succiones y delicadas mordidas que la tienen al borde de la locura.
De pronto, en un arranque de pasión, Yuna la empuja acostandola por completo en la cama. Hyera cae de espaldas sobre el colchón, soltando una risa traviesa de sorpresa.
- ¿Así de delicada eras con Minji? - pregunta con sarcasmo mirando a Yuna, que se relame los labios ligeramente mientras la observa con deseo.
- Si vuelves a mencionarla a ti te irá peor - amenaza abriéndole las piernas.
Yuna contempla una vez más el cuerpo desnudo de Hyera, firme y fuerte, curvilíneo que se contrapone en gran medida al de Minji. No solo tiene unos años más que ella, sino que esta visiblemente más desarrollada.
Con una mano le acaricia el vientre, bajando lentamente hacia su entrepierna.
Es extraño el simple hecho de verla cómo se deja someter. Sin embargo, ese juego de poder es lo que lo hace tan excitante para las dos. ¿Cómo podían evitarlo?.
Los dedos de Yuna rosan la entrada vaginal de Hyera, ante tal muestra de pasión, Hyera no puede evitar ponerse algo tensa al pensar que pronto sería penetrada por los dedos firmes de Yuna.
- Tan suave... - susurra al sentir la humedad en los pliegues de Hyera. Comienza a masajear delicadamente el clítoris con movimientos circulares, arrancando suspiros de placer cada vez más sonoros.
Ella suspira echando la cabeza hacia atrás extasiada.
Viendo su reacción, Yuna aumenta la velocidad y presión sobre el sensible clítoris. Introduce un dedo en la estrecha vagina de Hyera, estimulando también sus paredes internas.
Sus gemidos llenan la habitación, retorciéndose de gozo ante las hábiles caricias de Yuna. Ésta siente como el cuerpo de Hyera empieza a tensarse, señal de que el orgasmo se acerca.
- Córrete para mi - susurra la pelinegra sin dejar de masturbar a Hyera hasta que ella libera un grito de puro éxtasis al alcanzar un intenso orgasmo bajo las expertas caricias.
Los dedos de Yuna resplandecen cubiertos con los jugos femeninos de Hyera, esta se llevá delicadamente la mano a la boca y, mirándola fijamente con sus lascivos ojos grises, introduce el dedo índice en su boca. Comienza a lamerlo y chuparlo sensualmente, deslizándolo entre sus labios en un ritmo lento.
Yuna repite el proceso con el resto de sus dedos. Los succiona de manera extremadamente erótica como si del más delicioso dulce se tratara, sin apartar la vista de los ojos de Hyera. Con la otra mano, la pelinegra masajea sensualmente los pechos de la pelirosa, pellizcando los pezones erectos, haciendola soltar leves gemidos de placer.
Hyera yacía jadeante y satisfecha. Yuna se acerca y la besa ferozmente con el sabor de sus propios fluidos.
Sus pieles, aún erizadas por el roce y los besos con la danza de sus lenguas y manos. Claman por más. Hay mucho más por explorar en ese mundo de sensualidad que les pertenece.
Hyera besa su cuello, Yuna se estremece al sentir el cálido aliento de la pelirosa y se pierde en sus caricias. Hyera va deslizando la lengua por su pecho hasta llegar a uno de sus pezones, el cual lame en círculos para luego succionarlo con delicadeza.
- Ahh - jadea Yuna excitada.
Hyera sonríe y sigue estimulando los pezones erectos con su boca, mientras baja con su otra mano y comienza a estimular los pliegues húmedos de Yuna, de igual manera como esta había hecho antes con ella. Entre suspiros de placer, Yuna intenta apartar la mano pero su cuerpo se paraliza y jadea cuando Hyera encuentra el ritmo adecuado.
La penetra lentamente con un dedo, sintiendo las cálidas paredes vaginales apretarlo. Continua moviéndolo en un vaivén coordinado con la estimulación de su clítoris.
Ahora son los gemidos de Yuna los que llenan la habitación. Agarra con fuerza las sábanas, retorciéndose de placer bajo el tacto de Hyera.
Hyera aumenta la velocidad hasta que Yuna deja escapar un grito extasiado, empapando a Hyera con su néctar.
Yuna la toma por el cuello y la atrae bruscamente hasta que sus bocas se unen en un beso voraz y apasionado. Sus lenguas se enredan con fuerza, intercambiando saliva.
Se aferran la una a la otra con urgencia creciente y sus manos exploran avariciosas sobre la piel sudada. El beso transmite toda la lujuria contenida, subiendo la temperatura de sus cuerpos excitados.
Tras largos minutos devorándose mutuamente, se separan para recuperar el aliento, sonriendo cómplices y satisfechas tras compartir este apasionado contacto.
El deseo sigue latente entre ellas y la noche tan solo a empezado. Ahora Yuna puede estar más segura de que definitivamente valdrá la pena tener la compañía de Hyera, la mira fijamente a los ojos y le acaricia la mejilla con dulzura.
- Te estás enamorando rápido cariño - acaricia la mano de Yuna.
Yuna simplemente ríe antes de volver a besar sus labios - No me confundas...
Se funden en un nuevo beso, esta vez más lento y profundo. Se dejan llevar a las caricias que despiertan sus sentidos y estan ansiosas por descubrir todo lo que pueden compartir. Sin duda habrá experiencias inolvidables.
Al mostrarse el sol Yuna ya se encuentra empacando sus cosas teniendo ventaja con algunas que aún no habían sido desempacadas al llegar.
Con ayuda de su hermana juntas lograron encontrar otro lugar donde Yuna podra vivir cómodamente sin ser perseguida por los recuerdos de Minji.
Es una casa grande con jardín y una piscina en el.
- Este es tú hogar ahora, cuida de el, no dejes entrar a cualquiera - comenta Yeon dando palmadas a la cabeza de Yuna.
- No te preocupes así será.
- Esa si es la Yuna que creció conmigo.
Las hermanas se sonríen, ambas han tomado ese día de vacaciones para poner todo en su lugar.
- El camión de mudanza está por llegar - dice Yuna obcervando su reloj.
- Estoy al tanto...- hace una pausa - ¿Y quién es la chica con la que Minji afirmaba que la habías traicionado?.
Esta pregunta toma a Yuna por sorpresa, ¿eso le ha dicho a su hermana?. Que sin vergüenza.
- Es solo otra amiga de la universidad...
- ¿La conozco?.
- No...- dice con cierto nerviosismo.
- ¿Es bonita?.
- Por supuesto que lo es.