VIII

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10 años después:

Finalmente, después de mucho rogar, y de darnos cuenta de que mi tía no me había buscado y jamás lo haría, logré quedarme junto a Rudolf, y debo decir que fue una de las mejores cosas que la vida me había dado. Mi infancia y parte de la adolescencia junto a él fueron entre muchas cosas, magnifica.

Rudolf me mostró sus cicatrices y yo las mías, y juntos logramos curarlas. El había perdido a una esposa y a una hija, y yo había perdido a mis padres, sin embargo, el ha sido un verdadero padre para mi y yo espero ser el hijo que el desea.

Junto a él, logré terminar mis estudios básicos, y logré desarrollar mis habilidades en el piano.

Ahora, estoy cursando mis estudios universitarios, y aunque es cansado, espero poder sobrellevarlo.

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Caminaba por las calles. Acababa de salir de la universidad, era tarde y estaba todo muy oscuro. No había señal de que hubiera personas por aquí.

Tenía hambre y hacía frío. Tendría que llegar a casa de Rudolf rápido.

De repente el viento se hizo más fuerte, más destructivo. Un movimiento, un gruñido, y un olor, espera.. ¿eso es limón?, ¿pero que mierda?

En ese lapso mi vida cambió, en tanto tiempo como el que te tomaría pestañear. En ese momento sentí el dolor más insoportable de mi vida. Me estaba quemando vivo.

Comencé a gritar con fuerza, acaso me estaba.. ¿muriendo?, no, no, no. No podía morir, no podía morir, tenía que vivir por ese hombre que se había hecho cargo de mi por 10 largos años. Debía ser fuerte por papá. Aguantaría por mamá, esa mujer que había dado su vida sin importarle nada, todo por mi tonta vida.

Nose cuantos días pase con todo este dolor. Sentí como si alguien me transportara. Percibí algo húmedo contra mi espalda. Y la lluvia me empapo completo.

*Joder, si finalmente voy fallecer, al menos que el asesino me coloque sobre algo cómodo*

Lentamente comencé a sentir como la vida se me salía de las manos. Pero de una manera diferente, aunque no me sentía vivo, me sentía fuerte y podía escuchar todo. Si, escuchaba cada maldito sonido.

Nose cuantos días pasaron, pero desperté en medio de un bosque húmedo. Tenía un hambre voraz, y estaba muy oscuro, aún más oscuro que cuando había comenzado todo esto.

*Maldito hijo de perra, mira donde me tiraste a morir*

Inmediatamente note algo que me hizo olvidarme por un momento del desgraciado o desgraciada que me había hecho esto; Mi hambre había cambiado. No tenía sed de agua, no tenía hambre de comida. Quería algo más oscuro, mi cuerpo me pedía algo que no podía, no debía concederle. Sangre 🩸.

Me sentí horrorizado de inmediato.

Sentí un nudo en la garganta. ¿¡Que maldita brujería es esta!?

Entre las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora