La música resonaba fuerte en las paredes de ese bar. El calor de los cuerpos bailando era tan sofocante que no imaginaba nada mejor que respirar aire fresco.
Pero no podía escapar de ahí. Sus amigos se habían asegurado de eso porque después de todo estaban ahí para él.
No se podía quejar porque estaba sentado cómodamente en la cabina que habían reservado para todos ellos, Gabriel estaba sentado entre uno de sus mejores amigos y una chica que no conocía pero que estaba muy interesada en establecer conversación con él. Un jarro de cerveza frente a ellos y los vasos de licor en sus manos.
Gabriel no estaba seguro de que estaba bebiendo de todas las opciones sobre la mesa.
—¿Por qué estamos aquí? —preguntó Gabriel, subiendo el tono de voz para que su amigo lo escuchara.
Tobias acercó su rostro sonrojado al de su amigo, pasando un brazo sobre el hombro de Gabriel y acercándose lo suficiente para que respiraran el mismo aire. Gabriel podía sentir el amargo olor de la cerveza en su aliento. A diferencia de Tobias, Gabriel no estaba ni cerca de emborracharse.
—¡Vamos Gabe! ¡Estamos celebrando tu manuscrito! —su nariz se hundió en la mejilla de Gabriel—. ¡Será un best seller como todos los demás! ¡Y te felicito por eso!
Gabriel sostuvo el brazo de su amigo y le dio leves palmadas para apreciar su comentario. A pesar de todo apreciaba que su amigo estuviera tan orgulloso como él de su nueva novela, aunque Gabriel ya era un autor conocido por el público, cada publicación venía con una ola de inseguridades que no podía entender, pero que existían de igual modo.
—Me lo has dicho mil veces.
—¡Y aquí va la mil y una! —Tobias exclamó, alzando su vaso y atrayendo la atención del resto de la mesa—. ¡Felicidades!
El resto de la mesa lo felicito con la misma energía. Gabriel sonrió.
Luego de meses de estarse carcomiendo la cabeza, sin dormir bien, sin comer bien y prácticamente viviendo encerrado en su departamento para poder cumplir con las fechas acordadas, Gabriel al fin había presentado su manuscrito. Y su representante había dicho que estaban seguros de que sería un éxito como todos los demás.
Eso lo llenaba de un gran sentimiento de orgullo.
Sus amigos se habían puesto de acuerdo para darle una fiesta de celebración desde hace semanas, pero lo que Gabriel tenía en mente era algo aún más privado y recatado, quizás en su propio departamento o en el bar que solían frecuentar, en vez de eso sus amigos decidieron hacerlo en grande y lo trajeron a una discoteca en medio de la ciudad, a beber.
Sin embargo, a pesar de estar agradecido por las celebraciones, tenía trabajo que hacer al día siguiente en la universidad donde impartía clases de escritura creativa en la facultad de literatura. Aunque ser un gran escritor le daba fama y dinero, este no era suficiente para pagar todas sus deudas y si que habían muchas de ellas por pagar.
—Gracias. Pero creo que debería irme ya, mañana tengo mucho que hacer.
Marcus, su otro amigo y colega de la facultad, le apunta con su vaso de licor. Chasqueó su lengua con burla.
—No seas aburrido, las vacaciones están terminando, aún queda tiempo para celebrarte.
—¡También tienes que trabajar mañana!
Marcus y él sabían que mañana era el primer día de clases para muchos estudiantes, lo que significaba que había demasiado papeleo por hacer. Tener una reseca entre tanto trabajo de oficina no era algo que recomendaría ni a su peor enemigo, ya lo había hecho y casi se mete en problemas por ello.
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Devoción (+18)
Teen FictionOlivia Miller se había esforzado mucho para ingresar a la facultad de literatura, para ser una gran escritora, por eso cuando recibió su carta de aceptación no dudó en salir a celebrarlo. La noche previa a su primer día de clases conoció a un compl...