Revved-Up Romance - Heesun

Prólogo

Destinos Cruzados

La ciudad nocturna cobraba vida con una intensidad frenética que parecía resonar en cada rincón. Neones destellaban como estrellas en el cielo, y los rugidos de motores se mezclaban con la música que retumbaba entre los edificios. En medio de esta sinfonía urbana, se encontraba Sunoo, un joven apasionado por las carreras clandestinas, donde el peligro y la adrenalina eran su combustible.

Sunoo tenía un corazón intrépido y manos que acariciaban los volantes con maestría. Su nombre resonaba en los oscuros callejones de la ciudad como un rumor esperanzador para algunos y como un desafío para otros. Pero detrás de cada racha victoriosa en las carreras había alguien en quien Sunoo confiaba más que en su propio talento: Heeseung.

Heeseung era el genio detrás de los motores rugientes, el hombre que hacía que los autos de Sunoo se convirtieran en máquinas de velocidad imparables. Pero su papel no se limitaba a ser el mecánico habilidoso. Había algo más entre ellos, algo que trascendía la relación laboral. Una complicidad profunda, una conexión que no podía ser descrita con palabras, sino con miradas que se sostenían un segundo más de lo necesario y sonrisas que llevaban secretos en sus pliegues.
Sin embargo, el destino no siempre favorece los deseos del corazón. Sunoo también estaba atrapado en una relación con Sunghoon, un hombre poderoso y prominente en la ciudad, pero que carecía de la chispa que encendía el corazón de Sunoo. Sunghoon ostentaba poder y control sobre la ciudad, pero su control sobre Sunoo era solo una fachada. Una fachada que Sunoo mantenía por deber, pero que no podía llenar el vacío en su alma.

En una ciudad donde los peligros eran tan reales como las luces de neón que la iluminaban, Sunoo y Heeseung compartían momentos robados en los garajes, en las sombras donde sus corazones eran libres de latir sin miedo. Anhelaban un futuro juntos, un escape de las garras de la ciudad y del hombre que tenía a Sunoo bajo su influencia.
El amor entre Sunoo y Heeseung era un secreto compartido entre las carreras ilegales y el brillo de las llaves inglesas. Sus miradas cruzadas durante los momentos robados, sus manos que se rozaban en medio del aceite y el sudor, eran fragmentos de un amor que amenazaba con cambiar sus vidas para siempre.

Así comenzó su historia, tras la línea de meta, entre el rugido de motores y el latir de corazones, entre la libertad de las carreras y los lazos que los ataban. Dos almas unidas por un destino incierto, dispuestas a correr a toda velocidad hacia un amor que desafiaba todas las probabilidades.