Epílogo cuidándonos

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Mirio se estaba levantando muy alegre como cualquier viernes o maso menos ya que le costó más levantarse de su cama no por dolor sino por cansancio el se acerca a la pared del otro lado de su cama donde se encontraba un escritorio, el se coló alado del escritorio y tocó tres veces la pared sin recibir repuesta.

–Buenos días –dijo Mirio sonriendo, aunque el sabia que no lo escuchaba nadie del otro lado de la pared.

Mirio vio un movimiento en su cama, se acercó al bulto que se encontraba ahí, agarró la cobija bajando la para ver la cara de su hermoso novio, Tamaki por el movimiento se había despertado.

–¡Buenos días! –dijo alegre Mirio está vez a su novio y le dio un besito en la nariz, Tamaki lo termino jalando para darle un beso en los labios.

–Buenos días –dijo con un susurro audible Tamaki, se sentó y se estiro —vamos a desayunar.

–¿Qué quieres desayunar? – el rubio le preguntó mientras Le acaricia el cabello al contrario, luego sintió que algo lo rascaba al voltear abajo vio a fluffy con nieves y los subió a la cama con su papi.

–Lo que sea esta bien – respondió el contrario acariciando a sus hijos.

Con mucho esfuerzo Tamaki se paró y se cambió junto con Mirio para después salir del cuarto, ambos caminaron por el pasillo pasando por dos cuartos vacíos –ya pasó una semana y todavía los extraño –dijo Tamaki a lo cual Mirio asintió,  llegaron a la cocina para prepararse cada quien su desayuno como no tenían tanta energía ambos optaron por un cereal con leche, cuando terminaron de prepararlo se fueron a sentar con su curiosa amiga.

–¿Cereal con leche? ¿No tienen energía? – la peli celeste pregunta como siempre.

–¿T-tanto se nota? – nervioso lo dijo Tamaki.

–¿Estuvieron ocupados anoche? –pregunta la albina que estaba sentada alado de su novia.

Tamaki tocio ya que se le fue el cereal por el otro lado por la vergüenza y Mirio rio –no creo que más que ustedes –dijo soltando una carcajada al ver Nejire roja como tomate –no hicimos nada no somos pecadores como ustedes– terminó diciendo mientras que contenía la risa al ver la cara de las dos chicas.

Los cuatro empezaron hablar era sábado así que no había necesidad de apurarse y tuvieron una conversación amena, o si seria la manera civilizada de decir que estuviera presumiendo sus parejas y burlase de sus compañeros, cuando los minis se fueron habían sentido un vacío pero se dieron cuenta que estaban más juntos que antes, también gracias a ellos crearon una nueva tradición y es una vez cada dos semanas hacer alguna cosa para hacer todo el salón, hoy en la noche era cine en el patio.

En otra línea de tiempo dos niños estaban en una pijamada hace una semana habían tenido un sueño extraño y decidieron juntarse aprovechando también para dormir juntos, algo que también cambio en esa semana es la necesidad de tomarse de las manos o darse abrazos largos y duraderos, cosa que hacen en este momento Mirio sentado recargando su espalda en la cabecera de la cama y abrazando desde atrás a Tamaki recargando su cabeza en el hombro del contrario.

–solo recuerdo haber estado en un tipo de clases y en el hospital jugando contigo y una chica y otras pocas cosas muy borrosas –dijo Tamaki jugando con las manos de Mirio pasando sus dedos entre los de el.

–yo igual y también de haber jugado con alguien con una cicatriz en su ojo y otro que hacía explosiones –dijo Mirio ya con un poco de sueño.

–Fue un sueño raro y agradable –expreso el azabache –quisiera otro sueño igual para recordarlo mejor.

–pienso igual, pero es hora de dormir mañana podemos seguir hablando –el rubio vio a su amigo asentir le dio un beso en su cabeza para después acostarse.

~cuidándonos~ // miritama Donde viven las historias. Descúbrelo ahora