Elígeme a mi {Aziracrow}

Capítulo 1

El significado del sacrificio
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Decían que los ángeles y los demonios no sueñan, pero también decían que no era capaces de sentir amor así que en ambas cosas se equivocaron.

Y es que desde que Azirafel ascendió al cielo como arcángel supremo, en los momentos de relativa paz, solía dar rienda suelta a sus pensamientos, los dejaba vagar por los recuerdos que le llenaban el corazón, aquellos que compartió con Crowley, pero cuando se dejaba llevar podía soñar despierto.

Se veía a sí mismo envuelto en una espesa nube gris que no lo dejaba ver con claridad, a los minutos se percataba de que iba cayendo y frente a él, el ángel caído mudando el blanco de sus alas a un color más oscuro.

—No me dejes tocar el suelo— rogaba entre lágrimas y lamentos mientras Azirafel luchaba contra el viento para atraparlo.

—No te dejaré caer

Pero cuando estaba por tomar su mano, cuando las yemas de sus dedos alcanzaban a rosar su cálida piel, era abducido nuevamente a los cielos presenciando desde lo más alto como aquel ángel caído caía a la tierra. Ahí es donde solía despertar.

—Azirafel. ¿Te encuentras bien?— Metatrón había convertido su espacio de trabajo en uno más amenos y cómodo para el arcángel, algo que le recordara a casa para que no lo extrañará.

—Excelentemente bien— responde con su elocuente habla y sus ademanes exagerados.

—Perfecto. Te voy a estar esperando para presentarte a las legiones de ángeles

—Claro

—Tomate el tiempo que sea necesario para estar listo

Su nueva vestimenta era incomoda a su parecer. Un pantalón sastre a la medida de color gris, una camisa y saco a juego, parecido a lo que solía usar Gabriel, pero menos extravagante.

Se acomodó su vestimenta y salió decidido a empezar a trabajar por el resto de la eternidad. Dispuesto a ayudar y de un modo u otro, proteger aquello que dejó en la tierra.

—Listo. Estoy preparado. Que comience...— su entusiasmo decayó cuando vió que estaba solo en aquel espacio vacío. Se giró en busca de Metatrón, pero el lugar estaba vacío. —¿Hola?— el eco de su voz resonó en las paredes. Que solitario.

Caminó dispuesto a encontrar a Metatrón. Los pasillos parecían eternos y bastante desesperantes, era como dar vueltas en círculos sin llegar a ningún lado. Lo único que lo consolaba era la presencia de ángeles merodeando por ahí. Si iba a estar aquí debía aprenderse la estructura de este lugar.

—Por él no te angusties— y a lo lejos, un murmullo, una voz conocida. —Lo tengo controlado. Haré que lo busquen y lo eliminen, no es rival para nosotros, no con Azirafel de nuestro lado— el arcángel se quedó en silencio, totalmente inmóvil, como si el hecho de que se quedara paralizado lo convirtiera en un ser invisible.

—¿El infierno estará de acuerdo con eso?

—Ya es un traidor, no les va a importar

—¿Y Azirafel?

—Eligió el cielo sobre él. ¿Eso responde tu pregunta? Pronto será como si nunca hubiera existido. El recuerdo de Crowley y Gabriel será eliminado, solo un error en la ecuación

La conversación de Metatrón y Miguel dejó a Azirafel paralizado del miedo. El terror se apoderaba de cada fibra de su ser. La sola idea de olvidar quién fue Crowley lo hacía añicos.